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Xàtiva (Valencia)

  • Xàtiva, Valencia
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Mandaban sus saqueadores y hacían trasnochadas,

llegan a Cullera y llegan a Játiva,
y aún más abajo, a Denia, la plaza;
junto al mar, la tierra de moros con dureza la trata.
Versos 1159 y ss. CMC

Situada a los pies de un macizo montañoso, la ubicación estratégica de Xàtiva ha propiciado el asentamiento de diferentes pueblos desde la antiguedad. Poblada por íberos, y posteriormente por griegos y fenicios, durante la dominación romana pasó a denominarse Saetabis. En época visigoda fue sede episcopal.

Xàtiva alcanzó su mayor esplendor durante época islámica. Tras la desaparición del califato a principios del siglo XI, situada en una geografía política inestable, fue adscrita a diferentes taifas (Toledo, Córdoba, Almería, Denia, Murcia, y también Valencia). Durante sus últimos tiempos como ciudad islámica fue capital de una kora o provincia que se extendía desde el río Xúquer hasta Biar.

En época musulmana, con el nombre de Madinat Satiba, se desarrolló una importante "industria papelera", hecho insólito en la Península, y aquí se instalaron las primeras fábricas de papel de arroz, aunque el papel también se fabricaba con lino y  cáñamo. En el siglo XI se instaló aquí el primer molino papelero de Europa.

Durante la época de taifas (a partir del siglo XI), Xàtiva fue también sede de la cultura y el conocimiento: entre los numerosos intelectuales y poetas que residieron aquí destacan Ibn Hazm (994-1064), autor de El Collar de la Paloma -una de las obras poéticas amorosas más importantes de nuestra literatura-, o Ibn Yubair (siglo XII), el "Marco Polo" español, cuyo libro de viajes o Rhila describe sus estancias en Alejandría, la Meca, El Cairo, y Bagdad.

En el Cantar, Xátiva, como muchas poblaciones de la zona, es saqueada por las huestes del Cid durante una trasnochada.

Más allá de la literatura, la historia nos aporta datos interesantes. En 1091 el Cid estableció en el Levante un extenso protectorado, y Xàtiva pasó a ser tributaria del Cid junto con los territorios de Tortosa y Denia, que conjuntamente le pagaban la muy cuantiosa suma de 50.000 dinares anuales (Valencia pagaba 12.000). Rodrigo perdió esta importante fuente de ingresos poco después, en 1092, ante el avance almorávide iniciado en 1090 con la conquista de Tarifa. Los almorávides, eran tribus nómadas provenientes del norte de África que acudieron en auxilio de los musulmanes de Al - Ándalus ante el avance cristiano.

La amenaza almorávide marcó la relación de Xàtiva con el Cid. En 1093, a instancias del Cid, el gobernador musulmán de la ciudad firmó un acuerdo de socorro mutuo en caso de ataque almorávide con las ciudades de Valencia y Corbera. Al año siguiente, en 1094, el Cid libró batalla contra el ejército almorávide en Cuarte, derrotándolo. Parte de las tropas musulmanas se refugiaron en Xàtiva, que se convirtió en un importante bastión almorávide. Desde Xàtiva salieron buena parte de las tropas almorávides que se enfrentaron al ejército de Pedro I de Aragón y el Cid en la batalla de Bairén (enero de 1097), cerca de Gandía.

En realidad. y especialmente tras la muerte del Cid, la influencia cristiana en Valencia fue prácticamente nula, sobre todo por la presencia almorávide. El gobierno islámico de la ciudad sobrevivió hasta 1244, año en que Jaime I la conquistó tras cinco meses de asedio.

 

Qué ver y hacer en Xàtiva

Xàtiva ofrece al viajero numerosas sorpresas. La primera es, desde luego, su castillo, uno de los más emblemáticos de todo el Camino del Cid. Desde allí, las vistas son fascinantes.

La más interesante para el viajero cidiano es la vista sur, donde se divisa un cinturón de sierras. Una de ellas es la del Benicadell, en una de cuyas peñas se alzaba el hoy llamado castillo de Carbonera, un punto fuerte y una importante punta de lanza del Cid en territorio almorávide, cuya guarnición más importante se hallaba, en la ultima década del siglo XI, en Xàtiva, verdadera "zona caliente" en aquella época.

El castillo de Xàtiva es, en realidad, un conjunto fortificado con dos castillos diferenciados: el Mayor y el Menor, unidos a través de la cresta por una muralla que formaba parte del cinturón defensivo de la ciudad. La muralla urbana que hoy conocemos es del siglo XI, aunque ha sido reformada en siglos posteriores.

Aunque el castillo ha sufrido numerosas modificaciones, el aspecto que hoy ofrece nos retrotrae en general a los siglos XIV y XV, aunque poseen elementos de épocas más antiguas y también modernas. De época musulmana encontramos muy diversos elementos constructivos, como las puertas en codo o los aljibes.

Después de visitar el castillo podemos bajar siguiendo la muralla urbana para encontrarnos con la iglesia de Sant Feliu (San Félix). Situada a los pies del castillo, es la iglesia más antigua de la ciudad: construida tras la conquista sobre la antigua basílica visigótica, fue finalizada en 1269. Aún conserva algunos elementos románicos muy tardíos, como la portada, hecho que manifiesta la diversidad de la realidad peninsular, pues por entonces, en los territorios hispánicos cristianos, predominaba el gótico y ya se había iniciado la construcción de las grandes catedrales.

Desde la ermita nos adentramos ya en el casco histórico, declarado Conjunto histórico artístico. La importancia secular de Xàtiva  ha dado como resultado un casco antiguo monumental en cuyos edificios religiosos y civiles se suceden los siglos y los estilos artísticos: torres, iglesias, fuentes, palacios y casas nobiliarias dan lugar a diversos recorridos propuestos desde la Oficina de Turismo. Uno de ellos le conducirá hasta la casa natal del papa Alejandro VI. El viajero no puede olvidar que Xàtiva es la cuna de dos papas Borgia: Calixto III (desde 1455 a 1458) y Alejandro VI (desde 1492 a 1503); podrás ver sus estatuas en bronce a la entrada de la Colegiata de Santa María.

El patrimonio gótico de la ciudad es realmente envidiable e incluye tanto edificios religiosos (la ermita de Santa Ana, el Real Monasterio de Santa Clara, o las iglesias de San Francisco, San Pedro, o de Santo Domingo) como de uso civil (el Antiguo hospital Municipal o el Acueducto entre Bellús y Xàtiva, este a la salida de la ciudad).

 

Además, no puedes perderte...

  •  El Museo de L´Almodí o El Almudín. Este edificio de planta renacentista del siglo XVI utilizado durante varios siglos como lonja de trigo es hoy sede del museo arqueológico y de Bellas Artes. La sección arqueológica tiene interesantes piezas iberas, romanas y visigodas, pero destaca por algunas piezas singulares de época musulmana: artesonados, arcos, lápidas funerarias, cerámicas e incluso algún juguete, pero entre todas destaca una pila de marmol rosa del siglo XI esculpida por sus cuatro caras con diferentes escenas que podrían recrear idealmente la vida de las clases dirigentes en los reinos de taifas antes de la llegada de los almorávides. No hay muchas posibilidades para ver algo parecido en el Camino del Cid: sobre todo para el viajero que venga de Castilla,  la exuberancia de estos relieves contrastará con el austero arte de repoblación románico.
  • La Feria de Agosto. Se trata de una fiesta antiquísima que hunde sus raíces en el siglo XIII, gracias a un privilegio concedido por Jaime I para que pudiera celebrarse en Xàtiva una feria ganadera. Hoy es un evento multitudinario que supera con creces los límites comarcales. Tiene lugar entre el 15 y 20 de agosto. En 2001 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Información práctica

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