En la mañana del domingo de Pentecostés de 1162 los arrieros de Atienza salvaron al rey niño Alfonso VIII cuando la villa fue sitiada por su tío Fernando II de León. Era el siglo XII la reconquista avanzaba y retrocedía entre la competencia de unos reinos con otros, de unas familias nobles con otras.
Desde entonces los miembros de la Cofradía de la Santísima Trinidad, heredera de la antigua cofradía de arrieros y popularmente conocida como “de la Caballada”, recuerdan el hecho a lomos de sus caballerías ataviados a la antigua usanza y al son de la dulzaina y el tamboril.
Cuándo: En mayo (Domingo de Pentecostés).