Resulta muy emocionante atravesar el Duero junto a Navapalos y toparse con este pequeño pueblo, tan ligado al Cantar, vigilado por una solitaria atalaya islámica. Lo abandonamos para encarar un corto pero divertido puertecito, desde donde observamos asombrados y un poco aturdidos la gran plantación de manzanos que se extiende por la vega del río Duero, Espacio Natural protegido.
Tras un suave descenso por una carreterita muy entretenida con algunas formaciones rocosas singulares, vislumbramos entre las copas de álamos, fresnos y sauces de la vega, la gran fortaleza califal de Gormaz, uno de los lugares icónicos del Camino del Cid, y la ermita románica de San Miguel. Recomendadísimas las vistas desde el castillo.
La carretera tiene muy poco tráfico. Los cicloturistas sudarán un poco pero disfrutarán de lo lindo.
Recorrido: 15 km
ALC: 05.10.2021