Muralla urbana de Burriana
El antiguo núcleo urbano de Burriana, de origen islámico, estaba protegido por un conjunto circular amurallado y reforzado por torres cuadradas y accesibles desde tres puertas diferentes orientadas a Onda, Tortosa y Valencia.
En la actualidad sólo se conservan vestigios de las murallas en algunos restos de dos torres cuadradas en La Vila, la parte antigua de la ciudad. Éstas se ubican en la calle de San Pascual y en el patio de la Casa Abadía, junto a la iglesia Parroquial del Salvador. Resulta muy difícil imaginarse la línea de murallas medievales; sin embargo, un paseo por la calle el Barranquet nos dará pistas sobre su perímetro.
El Cid conoció bien estas tierras de Burriana, cuyas murallas traspasó pacíficamente en varias ocasiones. La primera vez en 1089. Por entonces Burriana pertenecía a la taifa de Valencia, al frente de la cual se encontraba el príncipe Al Qadir, el rey destronado de Toledo. Burriana era ambicionada por Al Hayib, príncipe de la Taifa de Lérida-Tortosa. Ante esta amenaza, Al Qadir compró la amistad del Cid, quien acampó en los alrededores de la ciudad para evidenciar su apoyo al príncipe de Valencia frente a las pretensiones del leridano.
Un año después, en otoño de 1090, Rodrigo regresó plantando aquí su campamento hasta marzo de 1091, dedicándose a someter a los tenentes de la zona que no querían aceptar la autoridad de Al Qadir.
Finalmente, tras conquistar Valencia, en noviembre de 1094 el Cid se reunió aquí, en Burriana, para cerrar una estrecha alianza de ayuda mutua con Pedro I de Aragón.
El Cantar de mío Cid también se acuerda de Burriana y la cita como una de las plazas que el Cid conquistó tras la batalla del Pinar de Tévar.
Visita: Libre.
Rev. ALC: 18.10.2024