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Alzira (Valencia)

  • La Murta, Alzira. Valencia.
  • Murallas de Alzira, Valencia.

En el siglo XI, Alzira era una plaza amurallada rodeada por el río Júcar. De hecho, su nombre proviene del árabe "isla". Ibn Jafaya, el poeta alcireño coetáneo del Cid, alabó sus huertas y jardines -"rostros florecientes"- y sus aguas -"boca fresca"-. Junto a Alzira se encuentra la Murta, un paraje natural montañoso desde donde se contempla un extenso mar de huertas.

En tiempos del Cid Alzira, junto con Xàtiva, se hallaba en la órbita almorávide. Los almorávides eran unas tribus bereberes del Norte de África con una concepción del Islam más rigurosa, que contrastaba con la percepción religiosa, más laxa, de los gobernantes musulmanes peninsulares. Los almorávides habían demostrado ya su fortaleza y terminarían conquistando Al Andalus a principios del siglo XII, pero en 1093 aún eran sólo una amenaza latente (para los cristianos y musulmanes peninsulares) con presencia en distintos puntos del territorio peninsular.

En el verano de 1093, ante la posible llegada de los almorávides, el Cid firmó un acuerdo de ayuda mutua con los señores musulmanes de Valencia, Corbera y Xàtiva al que no se unió Alzira, motivo por el cual el Cid lanzó un ataque de represalia contra la ciudad y sus territorios, ordenando recoger toda la mies, para que la llevaran a El Puig. 4 años después, en otoño de 1097, una expedición almorávide sorprendió a un contingente de hombres del Cid en Alzira (que se hallaba del lado de Xàtiva, ya bajo la autoridad del gobernador almorávide de Murcia) y los derrotó, causándoles grandes bajas. En 1098, el Cid donó a la Catedral de Valencia heredades, villas y almunias de Alzira.

La ciudad de Alzira controlaba el paso del Júcar y fue plaza de importancia durante la dominación musulmana y foco de arte y pensamiento. Contaba con un número importante de mezquitas, casas de baño, molinos, etc. El tratado geográfico de Al-Zuhví­ -escrito hacia el año 1147- señala la existencia de un gran puente de tres arcos que atestiguaba el poderío de la localidad.

Qué ver y hacer en Alzira

Alzira se encuentra a los pies de las sierras de la Murta y les Agulles, en el corazón de la Ribera Alta del Júcar, de la cual ostenta la capitalidad. La población se encuentra a menos de 20 metros sobre el nivel del mar, algo que durante siglos ha permitido comunicar la población con el mar, ya que el río Júcar era navegable para embarcaciones de poco calado. 

En el paisaje de Alzira predominan los extensos campos de cultivos dominados por los naranjos, pero también encontramos importantes espacios naturales al abrigo de las mencionadas sierras que alcanzan cotas considerables como los 625m del pico de la Raya. Precisamente en este entorno se encuentra el paraje de la Murta y Casella, un espacio emblemático por su riqueza natural en el que se integra el bonito conjunto monumental del Monasterio de los Jerónimos o de la Murta.

El espectacular crecimiento de su población, paralelo al de algunas poblaciones del entorno, ha provocado la expansión de su núcleo, formando una gran conurbanización junto con las poblaciones de Carcaixent y Algemesí, que aglutina a más de 90.000 habitantes. En este contexto, nuevas zonas industriales han ido surgiendo alrededor de la población en detrimento de la agricultura, que han redefinido el perfil de la ciudad como una moderna y próspera urbe.

Así, al llegar, el visitante del Camino del Cid se encuentra una ciudad de grandes avenidas, con altos edificios y amplias plazas con zonas verdes, que dan paso a un casco antiguo, de traza más abigarrada y calles adoquinadas. Este espacio, sobre el que se asentaba la ciudad medieval, se denomina la Vila, que puede definirse como un pueblo dentro de una ciudad. Marca el límite del mismo su muralla, de origen islámico, fabricada en mampostería.

Paseando por la Vila, descubriremos la esencia de un pueblo valenciano, con sus callejones y plazuelas, en el que se dan cabida buen número de antiguos palacios tardo-góticos, como la casa consistorial, o edificios neoclásicos y modernistas. No podemos dejar de visitar la iglesia de Santa Catalina, un monumental edificio de apariencia barroca que sin embargo conserva numerosos elementos góticos del templo original, construido, como era costumbre, sobre la mezquita mayor.

Alzira, además, tiene especial importancia simbólica para los valencianos, ya que aquí murió Jaime I, el rey que en el siglo XIII conquistó estas tierras a los musulmanes y construyó el reino de Valencia. Todo indica que Jaime, que había renunciado al trono y tomado los hábitos cuatro años antes, murió en la , aunque una leyenda enclava este hecho, de una forma más dramática, en la Cruz Cubierta, un cruz gótica levantada en las inmediaciones de la ciudad, protegida entre los carriles de la carretera CV-42, en plena vía Augusta.

Alzira es también conocida por sus fiestas, dos de ellas declaradas de Interés Turístico Nacional, y ambas entre los meses de marzo y abril: Las Fallas, y la Semana Santa.

 

Información práctica

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