De ruta con las grullas de Gallocanta
Pareja de grullas en Gallocanta
(M Carmen Tornos)La Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta, en Zaragoza, ya ha comenzado a recibir a las primeras grullas tras un largo viaje desde el norte de Europa. La Laguna, situada a 1.000 metros de altitud, se convierte en parada para numerosas aves migratorias y constituye un auténtico espectáculo visual para el viajero que recorre el Camino del Cid.
Desde el Centro de Interpretación de la Reserva, ubicado en Bello, además de dar información y orientar al visitante, se realizarán salidas por el entorno de la Laguna en horario de mañana y tarde, para conocer mejor a las grullas y explicar por qué eligen este enclave, haciendo de esta época un lugar realmente espectacular. Las rutas estarán guiadas por un educador ambiental que explicará las costumbres, hábitos y los grandes recorridos migratorios que realizan estas aves.
Las salidas se realizarán los días 29, 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre así como todos los fines de semana de noviembre. Los horarios de las visitas son a las 11 y a las 15.30h. Desde la organización se recomienda llevar ropa y calzado de abrigo, prismáticos y cámara. El educador ambiental por su parte llevará catalejo y guías de campo. Es necesario llevar vehículo propio y se aceptan hasta 10 vehículos máximo por visita por lo que es conveniente reservar con antelación llamando al número de teléfono 978 734 031, en horario de 10 a 14h. y de 15 a 18h. La actividad es gratuita.
Gallocanta en el Camino del Cid
El Anillo de Gallocanta es una de las rutas del Camino del Cid de mayor interés medioambiental. Está preparado para ser recorrido en coche o moto, en bici por carretera, andando o en bicicleta de montaña (BTT-MTB). Se trata de un recorrido circular que comienza en Daroca, Zaragoza, localidad en la que acampó el Cid histórico durante unos días. El Cantar de mío Cid, a su vez, también se refiere a Daroca refiriéndose a ella como localidad tributaria del Campeador. Para imponer su ley, el Cid, siempre según el Cantar, estableció varios campamentos desde los que lanzaba sus algaras. Uno de ellos, el más conocido, lo situó en El Poyo del Cid (Teruel). El otro, en Allucant. No se sabe con exactitud donde se encuentra este lugar, aunque algunos estudiosos opinan que se trata de Gallocanta, población que era conocida como Allucant en el siglo XIII.