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Josema Cobas (viajero): "El Salvoconducto te engancha, quieres conseguir todos los sellos"

Josema Cobas en la Legua Cero en Vivar del Cid (Burgos), inicio de la ruta

Josema Cobas en la Legua Cero en Vivar del Cid (Burgos), inicio de la rutaJosema Cobas en la Legua Cero en Vivar del Cid (Burgos), inicio de la ruta
Patricia Ansótegui

En 2015 tuvo su primer contacto con el Camino del Cid. Tras informarse sobre la ruta en la oficina de Turismo de Molina de Aragón (Guadalajara), Josema Cobas, junto con su hermano y su madre, decidieron modificar el viaje que tenían previsto para seguir los pasos del Cid, un personaje al que admira al igual que el Cantar de mio Cid “obra que he leído en innumerables ocasiones”. Apasionado de los viajes, el turismo y las rutas, no concibe el recorrido sin su hermano. Ambos han conseguido sellar el Salvoconducto en 172 pueblos. Curiosidades y anécdotas no les faltan. Hablamos con Josema Cobas sobre su recorrido y sus viajes por el Camino del Cid

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¿Cuál fue tu primer acercamiento al Camino del Cid? 
Fue en agosto de 2015, íbamos de viaje mi madre, mi hermano y yo hacia la provincia de Teruel, la primera parada fue Molina de Aragón. Entramos en su oficina de turismo a por un plano, allí nos enseñaron por primera vez el Salvoconducto y nos informaron un poco sobre el Camino del Cid. Al ya conocer el Cantar de mio Cid  y ver que el sello de la localidad era el de Avengalbón, rápidamente nos enganchó y nos metimos en la web para ampliar la información y aunque no estaba previsto, modificamos parte del viaje para poder conseguir nuestros primeros sellos.

- ¿Recuerdas cuál fue tu primer viaje por la ruta? 
Como te comento, conocimos el Camino del Cid por casualidad, desde entonces no lo hemos dejado de tener presente en nuestras vidas, estando atentos a todas las novedades sobre todo a los nuevos sellos y recorriéndolo en cada oportunidad que tenemos. Nuestro primer salvoconducto, el primer sello y contacto con el Camino del Cid fue un 28 de agosto de 2015.

- Desde entonces, hace ya seis años, habéis dedicado parte de vuestro tiempo libre, de vuestras vacaciones a recorrer la ruta ¿habéis hecho todo el Camino del Cid? 
Así es, incluyendo sus anillos y ramales aunque es cierto que la mayoría de todos estos viajes han sido en coche, ya que combinamos el Camino del Cid con el turismo y visitamos todos los pueblos y zonas con cierto encanto que creemos merece la pena conocer. He de confesar que tengo pendiente hacer en bici el trayecto Burgos-Valencia por la ruta directa sin desviarme en los anillos. Es un proyecto que tengo muchísimas ganas y que por motivos laborales todavía no he podido realizar. Lo tengo en mente y tarde o temprano estoy seguro de que tendré la posibilidad de hacerlo.

- Aunque la mayor parte de la ruta la habéis hecho en coche, también habéis recorrido algún tramo andando...  
Sí, como nos encantan las rutas, en algunas ocasiones hemos hecho algún tramo a pie. Recuerdo el tramo entre Miedes y Romanillos de Atienza. Llegamos a Miedes a primera hora de la tarde con idea de recorrer parte del camino a pie, aunque no podía ser mucho ya que luego nos tocaría la vuelta también andando. A las afueras del pueblo vimos a un agricultor de la zona que nos preguntó qué hacíamos y al explicarle se ofreció para irnos a buscar hasta Romanillos y traernos de vuelta a Miedes donde dormiríamos en el albergue, gracias a él pudimos hacer un tramo andando más largo de lo que teníamos previsto.

- Antes de hablar de los sellos, me gustaría detenerme en tu experiencia como viajero. El Camino del Cid atraviesa ocho provincias españolas: Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante. ¿Qué zona, qué pueblo, qué localidad te gustó especialmente? ¿De cuál guardas un recuerdo especial? 
Para mi gusto, uno de los mayores atractivos que tiene el Camino del Cid además de su fantástica gente, son los pueblos, ciudades y paisajes tan bonitos por los que pasa. Es muy difícil quedarme con una, pero si lo tengo que hacer, diría que el pueblo más bonito de la ruta y diría que de España es Morella, una localidad que en su conjunto es verdaderamente fascinante, y cuenta con monumentos individuales que también tienen un gran atractivo. La muralla con sus impresionantes torreones, el castillo, la iglesia de Santa María, la escalinata que sube hasta la zona alta del pueblo… todo Morella en su conjunto es verdaderamente espectacular.

No puedo olvidar otros pueblos que también nos han encantado, como AlbarracínAtienza, Sigüenza, Daroca, Covarrubias, Bocairent o Segorbe. Curiosamente, y aunque no tenga el patrimonio de alguna de estas localidades que comentaba, guardamos un gran recuerdo de Quintanarraya, donde dormimos en la casa de acogida que tiene habilitada el ayuntamiento en la antigua casa del profesor, era invierno llegamos ya de noche y la tranquilidad reinaba en las calles, cuando nos estábamos acomodando en la casa, una vecina abrió sus puertas y nos preguntó que estábamos haciendo allí, tras explicarla, nos dejó unas mantas porque como finalmente pasó, nos dijo que íbamos a pasar frío, además guardamos en nuestra memoria con mucho cariño una frase que nos dijo al comentarla que éramos de un pueblo de Toledo: “Toledo... ¡si está casi en África!, abrigaos bien hijos que aquí hace mucho frío”, cada vez que recordamos esa anécdota se nos dibuja una sonrisa en la boca.


"Gracias a los sellos del Camino del Cid
nos acordamos de todos los pueblos
en los que hemos estado"


- Entramos de lleno en los sellos del Camino del Cid. Recientemente dábamos a conocer el sello 200. Poco os falta para alcanzar esa cifra ya que tenéis ¡172 sellos!. Una cifra importante… 

Los sellos son una fantástica excusa para poder viajar, pero es verdad que una vez que has comenzado a sellar el salvoconducto te engancha de tal manera que quieres conseguirlos todos. Creo que el verdadero encanto de los sellos es que cada uno es diferente y te cuenta una parte de la historia o del patrimonio de la población en cuestión, además que es un auténtico recuerdo del viaje, gracias a los sellos nos acordamos de cada uno de los pueblos en los que hemos estado, yo a veces lo comparo con el típico imán que muchas veces se compra cuando vas de vacaciones.

- No siempre es fácil conseguirlos, me imagino que te tendrás un montón de anécdotas. ¿Puedes contarnos alguna? 
¡Tengo anécdotas y curiosidades como para escribir un libro!. En Alcozar el sello estaba en una casa particular donde vivía un hombre mayor, después de estar calentándonos con la chimenea del salón de su casa y compartir un rato de charla, estampamos el sello. De allí pusimos rumbo a Miño de San Esteban, una vez que contactamos con el alcalde que nos hizo el favor de abrirnos el ayuntamiento para estamparnos el sello tenía la tinta seca, tenemos un salvoconducto "de prueba" y cuando lo puso apenas se notaba. Nos fuimos al coche y nos dimos en cuenta de que no teníamos la tintas ¡se nos olvidaron en la casa de Alcozar!. Tras decírselo al alcalde nos esperó en la plaza mientras volvimos a Alcozar a por las tintas, allí estaba el hombre esperándonos en la puerta de su casa con la bolsa de las tintas, tras agradecérselo volvimos a Miño y por fin conseguimos estampar perfectamente el sello, en este caso, en nuestro salvoconducto "bueno".

En Alcubilla de Avellaneda llegamos al bar donde tienen el sello pero estaba cerrado, sin embargo en las proximidades había un hombre trabajando en la fachada de una casa, le preguntamos y curiosamente era el propietario del bar, pero nos dijo que hasta que no terminase no nos podía abrir el bar par conseguir el sello, esperamos pacientemente no sin antes pasarnos de vez en cuando por donde estaba para recordarle que no nos iríamos sin él, la insistencia mereció la pena ya que tras una hora larga pero sin haber terminado todavía el trabajo se compadeció de nosotros y nos abrió el bar para estampar su precioso sello. Como éstas, un montón de bonitas anécdotas que nos ha regalado el Camino del Cid. En Quintanilla de las Viñas, cuando llegamos para sellar, nos abordaron las cámaras de Televisión Castilla y León, nos hicieron una pequeña entrevista donde contamos que estábamos en el pueblo para conseguir el sello del Camino del Cid.

- ¿Solíais llamar con antelación para aseguraros conseguir el sello?
Sí. Recuerdo que en Aguilera, Soria, por ejemplo llamamos por teléfono a la persona encargada el día anterior, nos dijo que no iba a estar en casa y que nos dejaría el sello en la ventana. Apareció sin esperarla y, después de estar hablando un rato con ella, nos abrió la iglesia exclusivamente para nosotros y pudimos ver in situ la arpía del capitel que ilustra el sello. 

Desde 2015 que comenzó vuestro primer viaje por la ruta ¿habéis percibido que los puntos de sellado estén más implicados con el Camino del Cid? 
Sí, sobre todo en las oficinas de turismo se lo toman muy en serio. Al principio cuando decíamos que queríamos sellar, en algunos sitios no sabían muy bien a lo que nos referíamos y nos sacaban el sello de la oficina o del bar. Sin embargo últimamente saben perfectamente a qué nos referimos. Incluso al tener tantos sellos, en más de una ocasión nos preguntan por ellos o incluso han hecho fotos a nuestro Salvoconducto.  


"Todos los sellos nos gustan
por cuentan un pedacito de historia" 


- Siempre has valorado los diseños de los sellos y a su diseñador: Julián de Velasco. ¿Cuáles son tus sellos favoritos o alguno que te guste especialmente? 
Los sellos relacionados con el Cantar. Molina de Aragón con Avengalbón además por ser el primero es uno de nuestros favoritos, pero también CellaRobledo de Corpes, Navapalos, Tramacastilla, Villena…son de los que más nos gustan.

Y algunos que también nos encantan aunque su temática esté más relacionada con el pueblo que con el Cantar, son Luzón, Cubillo del César, Atienza, Castejón de las Armas, Cubillo del CampoCox, Huesa del Común, la verdad que todos nos gustan porque cuentan un pedacito de historia.

- Has montado en tu casa un pequeño museo en tu habitación dedicado al Camino del Cid, incluso una vitrina con las chapas de los sellos ¿Cómo surge la idea?
Soy un coleccionista empedernido de todo lo que me apasiona, y al ver que la colección de chapas y sellos cada vez iba más, decidí dedicarla un espacio en mi habitación para ello. Aunque tengo más colecciones, el rincón del Cid es mi preferido.

Cuéntanos que elementos tiene ese pequeño museo… 
- Lo principal son los 4 salvoconductos que se encuentran enmarcados y la vitrina iluminada con las chapas, pero también tengo Tizonas y Coladas de diferente tamaño, una de ellas es de damasquinado de Toledo, dedales del Cid, figuras del Campeador, una moneda conmemorativa del Desencuentro del Cid de la Asociación de vecinos del Rabal de Villena, llaveros y demás souvenirs del Cid.

Espacio dedicado al Camino del Cid. A la izquierda, la vitrina con las chapas. A la derecha los 4 SalvoconductosEspacio dedicado al Camino del Cid. A la izquierda, la vitrina con las chapas. A la derecha los 4 Salvoconductos
- ¿Teneís previsto volver a la ruta? ¿Cuántos sellos os quedan?
Sí, nos quedan alrededor de 30 sellos por conseguir para completar la colección actual y también repasar alguno que ya hemos conseguido pero que con el paso del tiempo se ha ido borrando. Siempre que vamos de ruta, nuestro compañero inseparable son las tintas de varios colores, ya que nos ha pasado en muchas ocasiones que en el lugar de sellado tienen la tinta seca y apenas se ve, así que nosotros nos llevamos las tintas para que, llegado el caso le podamos sellar perfectamente.

Por supuesto, la ruta nunca la vamos a dejar, tardaremos más o menos pero nuestro objetivo es conseguir todos los sellos, y como no dejáis de ampliar la colección intuyo que todavía nos quedan muchos viajes por el Camino, el próximo confío y deseo que le podamos hacer en septiembre.

- ¿Qué consejo darías a aquellas personas que quieran ponerse en ruta?
Animar a todo el mundo a descubrir el Camino del Cid porque es apasionante y te atrapa. No quiero olvidarme de agradecer a todos los componentes del Consorcio Camino del Cid su trabajo y dedicación.

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