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Javier Gómez (Desperta Ferro Ediciones): "El Cid es un personaje inviolable"

Javier Gómez junto a los otros dos fundadores de Desperta Ferro Ediciones: Carlos de la Rocha (izda.) y Alberto Pérez (dcha.)

Javier Gmez junto a los otros dos fundadores de Desperta Ferro Ediciones: Carlos de la Rocha (izda.) y Alberto Prez (dcha.)Javier Gmez junto a los otros dos fundadores de Desperta Ferro Ediciones: Carlos de la Rocha (izda.) y Alberto Prez (dcha.)
Patricia Ansótegui 

“Ni en mis sueños más locos me imaginaba estar en la situación en la que estamos ahora” y es que Javier Gómez, historiador y uno de los fundadores de Desperta Ferro Ediciones, reconoce que aunque en el año 2010, momento en el que lanzaron su primera revista sobre historia militar medieval, sí se planteaban apostar por diferentes líneas de divulgación, no sospechaban alcanzar el volumen de publicaciones actual. Contar con los mejores especialistas, sus cuidadísimas infografías, los detalles de su cartografía y mimar como miman a sus lectores, son factores determinantes para hablar del éxito de una editorial considerada por muchos de alta divulgación histórica. 

- En 2010 tres historiadores con diferentes trayectorias pero con un interés común decidís apostar por una publicación de historia militar medieval. ¿Qué es actualmente Desperta Ferro?
Hay mucha gente que aún sigue hablando de la revista Desperta Ferro como un todo. Nosotros empezamos en el año 2010 con una revista de historia político y militar de la antigüedad y la Edad Media. Si ya de por sí las publicaciones de historia son publicaciones de nicho, hacer una revista monográfica con estas características es un ultra nicho. Pero fíjate, diez años después tenemos cuatro cabeceras y una serie trimestral de especiales entre las que publicamos un total de 28 números al año. Y desde 2015, sumamos una línea editorial de libros en la que pronto contaremos con un centenar de títulos. Los fundadores somos tres historiadores: Alberto Pérez, Carlos de la Rocha y yo que seguimos al frente aunque ahora en un equipo formado por  17 personas.

- ¿Qué os impulsa a dar el paso y apostar por esa primera publicación?
Inicialmente decidimos montar una revista y aunque ya teníamos en mente ampliar líneas de publicación, ni en mis sueños más locos me imaginaba estar en la situación en la que estamos actualmente en cuanto a volumen de publicaciones. Al principio ni siquiera se vendía en quioscos, solo en librerías porque considerábamos que era un producto más cercano al librero y a su público. No fue hasta el número 7, con un año de recorrido, cuando decidimos dar el salto a los quioscos.

 - Es fácil relacionar Desperta Ferro Ediciones con la alta divulgación histórica. ¿Nacisteis con esa vocación?
Sí, ese era nuestro objetivo desde el principio porque somos historiadores y como tal, unos apasionados de la historia, especialmente de la historia militar bien entendida. No es una historia militar tradicional de batallitas como se ha venido haciendo especialmente en España hasta hace relativamente poco. El mundo académico no es que la rechazara pero no se sentía para nada atraído por ella. Primaba la historia social y otras cuestiones pero a la historia militar, fundamentalmente desde el mundo académico, no se le hacía ningún caso. Además estaba muy ideologizada y eso, a su vez, provocaba el rechazo de una parte de la sociedad que directamente la etiquetaba como algo facha. Hubo pioneros evidentemente, pero no se estaba haciendo una buena divulgación y ahí entramos nosotros. Lanzamos nuestra primera publicación pensando en qué nos gustaría encontrar en los quioscos y no encontrábamos. Por un lado teníamos las publicaciones generalistas, dirigidas a un público más amplio, pero se nos quedaban cortas. Nuestro objetivo era cubrir ese nicho dirigiéndonos a un lector de historia más ambicioso, queríamos subir ese escalón hacia la alta divulgación, una etiqueta que no nos pusimos nosotros pero que nos encanta (risas). 

"Muchos de nuestros lectores,
más que clientes,
forman parte del proyecto
"


- Me llama la atención el altísimo nivel de fidelización de vuestros lectores…
Cuando hay crisis los que más sufren son los productos generalistas y los que más capacidad de supervivencia tienen son los de nicho. Nosotros no tenemos el volumen de lectores de otras publicaciones pero cuanto más te especializas, logras tener un nicho mucho más militante, más fidelizado lo que te ayuda a crear una mayor sensación de comunidad. Nuestros lectores no son tanto un cliente como una parte del proyecto. Participan en redes sociales, nos escriben, nos proponen, nos llaman e incluso a veces les llamamos nosotros.  

- ¿Cómo seleccionáis los temas de vuestras publicaciones?
Nuestras revistas tienen tres patas fundamentales. Una de ellas es nuestra labor editorial. Hacemos una planificación anual en la que seleccionamos los temas que irán a cada número. Buscamos temas que estén equilibrados entre historia antigua, medieval, de España, universal, de diferentes épocas, diversos ámbitos, etc. Cada una de nuestras revistas tiene un director y contamos con un coordinador de todas las publicaciones. Todos nuestros números son monográficos por lo que intentamos ofrecer al lector una visión lo más completa posible. Si hay temas especialmente amplios los dividimos. Por ejemplo ahora estamos abordando la Segunda Guerra Púnica y aún no hemos llegado a la batalla de Cannas, con eso te puedes hacer una idea. Si hay fenómenos particularmente amplios los partimos para poder profundizar todavía más y aportar aspectos novedosos. 

- Una vez escogidos los temas os encargáis de buscar a los expertos que los van a tratar... 
Sí, esa es la segunda pata de nuestro trabajo. El director hace una planificación de cada uno de los números y propone una serie de autores. Si estamos trabajando un número de vikingos tiramos de autores británicos, escandinavos o incluso rusos. Hubo un número sobre la batalla de Little Bighorn en el que la mayoría de los autores eran especialistas norteamericanos aunque en ese caso contamos con un español que es una autoridad internacional en la materia. Hicimos un número de la batalla de Lepanto en el que colaboraron expertos españoles, italianos y turcos que nos daban el punto de vista otomano de la batalla. Hemos trabajado con historiadores de todo el mundo. Tienen que ser lo mejor del panorama.

 - Y partir de ahí llega el apartado gráfico. Tanto vuestras infografías como la información cartográfica que ofrecéis es excelente… 
 A diferencia de otras publicaciones que en buena medida es casi un recurso estético, en nuestro caso la información gráfica es contenido puro y duro. Cuando ves una ilustración en una de nuestras revistas detrás hay una capa de información tremenda. El ilustrador es un artista y no tiene por qué saber de historia. Nosotros le trasladamos un dossier de documentación completísimo en el que incluímos hasta el más mínimo detalle. Esto se refleja también en los pies de imagen de descripción de las ilustraciones que pueden llegar a tener hasta 500 palabras. Es información nueva que no está en el texto, no es información duplicada. Luego, dentro de este aparato gráfico, tenemos la cartografía, cien por cien original. Tenemos dos cartógrafos en plantilla, uno de ellos es Carlos de la Rocha, uno de los fundadores de Desperta Ferro y un pionero en cartografía histórica. Creo que es un aporte imprescindible ya que para entender la historia hacen falta mapas y en esto Carlos es un auténtico maestro.

El apartado grfico es uno de los buques insignia de la editorial. En la imagen algunos ejemplos del nmero "Vivir en tiempos del Cid"El apartado grfico es uno de los buques insignia de la editorial. En la imagen algunos ejemplos del nmero "Vivir en tiempos del Cid"
- Cerramos vuestras revistas para abrir uno de vuestros libros. Me refiero a la edición de “El Cid, historia y mito de un señor de la guerra”, del historiador David Porrinas. Un auténtico éxito editorial.  ¿Os lo esperabais?
Tanto evidentemente no pero cuando planteamos el libro del Cid hubo una alineación de astros clarísimamente. Nosotros habíamos publicado un número de Antigua y Medieval dedicado al Cid y había sido un éxito de ventas…

- (Interrumpo) ¿Éxito de ventas que atribuyes al personaje?
De nuestras diferentes colecciones vamos sacando patrones sobre qué es lo que suele funcionar mejor o peor y hay alguno que se repite. Los temas sobre historia de España y sobre historia medieval suelen vender muy bien. El número sobre el Cid funcionó fenomenal ¿por qué exactamente? en este momento no lo sabíamos. Quizás porque es historia medieval, porque es historia de España, por el propio magnetismo del Cid… Con esa experiencia previa  decidimos publicar un libro del Cid. Sabíamos que David Porrinas era un grandísimo especialista y decidimos plantearle el libro. Tuvimos una serie de retrasos y coincidió con la publicación de “Sidi”, el libro de Arturo Pérez-Reverte que cada cosa que toca la populariza. Teníamos el libro para sacar justo un par de meses después de la publicación de Sidi, obviamente fue una coincidencia absoluta porque David llevaba trabajando en el libro cerca de dos años. Aprovechamos esa feliz coincidencia y la verdad es que el libro ha sido un éxito. Es evidente que el personaje tiene un magnetismo  innegable quizás porque está muy enraizado en nuestra cultura popular, no todo el mundo sabe quién es Pedro I el Cruel ni otros muchos personajes de la Edad Media española pero el Cid… ¡quién no conoce al Cid!, lo conoce todo el mundo. Todos vimos de pequeños la serie de dibujos de “Ruy, el pequeño Cid”, todos hemos visto la película de Charlton Heston… además es un personaje internacional que trasciende el ámbito español y  que a través del Cantar, fundamentalmente, se ha convertido en un arquetipo de muchos valores que son identificables para cualquier persona, valores de justicia, de rebeldía contra el poder establecido cuando éste es injusto… y eso hace que sea muy atractivo.


"La gente nos decía:
¡no me toquéis al Cid!
¡no me lo toquéis! 

 

- Personalmente me cuesta encontrar un personaje histórico que despierte unas filias y fobias tan desmedidas. ¿Es posible hallar algún otro?
Sería muy complicado porque el Cid es un personaje que está a medio camino entre lo mítico y lo histórico y a través del Cantar es un espejo de los valores que queremos tener. El Cid ha sido utilizado por diferentes ideologías. Es evidente la utilización que desde la derecha se ha hecho de la figura del Cid durante el franquismo, pero también en democracia (es famosísima la foto de Aznar disfrazado del Cid). No obstante también hay que recordar que durante la República también se puso en valor la figura del Cid, de hecho en el himno de Riego aparece, es decir que en diferentes ideologías, en diferentes momentos históricos se ha querido entroncar con los valores que simboliza el Cid. Quizás por eso despierta tantas pasiones porque cuando un personaje histórico se convierte en mito y en cierto modo casi en mito fundacional de la nación, no puedes tocarlo. Sería muy difícil encontrar un personaje que despierte esas filias y fobias y más que filias y fobias…  un personaje que sea tan sacrosanto, quizás esa sea la característica que más nos hemos encontrado. Mucha gente nos decía ¡no me toquéis al Cid! ¡no me lo toquéis! Es una figura inviolable, es como si estuviéramos cometiendo un pecado.

- Sin embargo el libro de Porrinas desnuda buena parte del mito…
Sí, nos acercamos a todas las caras del Cid incluso a sus momento más crueles en Valencia, se habla del Cid sin ningún tipo de tapujos. Ese es el trabajo que tiene que hacer un historiador,  un historiador no tiene que recrear mitos, mitos patrios si quieres llamarlo así, un historiador tiene que ser fiel a las fuentes, a la documentación que encuentra y hacer una interpretación lo más coherente y honesta posible. 

 - ¿Y es posible interpretar la historia con objetividad?
Esa es la gran pregunta. Lo primero que hay que definir es qué es la historia. Recuerdo una discusión que tuve a través de redes sociales en la que una persona me decía que a él no le interesaban las interpretaciones de los historiadores, que lo que le interesaba era lo que realmente pasó pero…  ¿qué es lo que pasó?. Cuando estudié en la universidad, lo primero que te dicen en esas clases de epistemología, de concepto y método, es que la historia como ciencia es la interpretación que hacen los historiadores del pasado y que éste es interpretable. Si es interpretable el presente ¡cómo no va ser interpretable el pasado del que lo único que tenemos son fuentes!. Imagínate que dentro de 300 años un historiador quiere interpretar nuestra época y lo único que tiene son periódicos del ABC y acceso al diario.es ¿Qué interpretación haría? Las fuentes hay que filtrarlas y el historiador tiene que hacer un estudio crítico y comparativo de esas fuentes. Lógicamente cada historiador tiene una ideología y no se puede despojar de ella, pero tiene que ser lo suficientemente profesional para ser objetivo aunque en mi opinión más que objetividad la interpretación de la historia tiene que ver con la honestidad.  .

- En un momento en el que la crispación es el pan nuestro de cada día ¿es complicado hablar y divulgar historia en España?
No, no  lo es. La crispación es una crispación buscada de gente que la está provocando. Sí es cierto que la historia se está convirtiendo en una trinchera pero hay un gran público que está demandando este tipo de temas al margen de ideologías. A nosotros nos han acusado de  conservadores y retrógrados, otros de rojos y filoseparatistas. Nos han acusado de todo pero lo que más nos gusta es que la mayoría de gente no nos identifica con una línea ideológica determinada porque no la tenemos. Cuando planteamos temas históricos no buscamos la polémica fácil si no a los máximos especialistas en cada uno de los temas independientemente de donde sean. Si tuviéramos que filtrar ideológicamente a las personas con las que trabajamos sería muy complicado. 

- Para finalizar, un pequeño compromiso. Si tuvieras que escoger un personaje histórico y un momento determinado de la historia ¿Cuál sería? ¿a qué época te gustaría viajar?  
Buf (risas) ¡sería a qué época no me gustaría viajar! Me fascina especialmente el siglo XIX entero, me parece un momento de profundas transformaciones en lo político, en lo económico, en lo tecnológico, lo social… En buena medida somos todavía hijos de ese siglo. Una de mis grandes pasiones es viajar pero cuando ahora viajas por el mundo, todo es muy igual. En ese siglo XIX viajar tenía que ser increíble.

- El personaje no me lo has dicho…
Por huir de lo fácil… Talleyrand, sería fascinante poder hablar con él por todo lo que podía contarte, por la larga vida que tuvo como uno de los principales protagonistas de la política europea y por todo lo que tendría que contar sobre la intrahistoria del desarrollo político del siglo XIX.

- Te podrás imaginar a quién escogería yo…
(Risas)  Si quieres algo medieval también te lo puedo decir. El Bizancio medieval me fascina, me parece un momento increíble. ¿Otro personaje? Heraclio, un personaje tremendo, quizás no tan conocido ahora pero en su época reverenciado.

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