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Óscar Martín: "El Cid es el caballero por excelencia"

El artista plástico Óscar Martín ante su obra "Úterus"


El artista scar Martn, frente a dos de sus piezas, en el Museo de la Evolucin Humana de Burgos (Foto: volandoando.es) El artista scar Martn, frente a dos de sus piezas, en el Museo de la Evolucin Humana de Burgos (Foto: volandoando.es)


Patricia Ansótegui

Si viajas desde el sur y entras en Burgos será tu anfitrión. Si lo miras de frente verás su corazón porque el Cid lo tiene y eso, en un caballero medieval, lo es todo. Hace ya once años, el ministerio de Fomento decidió instalar en el Autovía A-1 a su paso por Burgos – en el conocido como “nudo Landa” – el Cid de Óscar Martín, artista multidisciplinar y prolífico escultor de trato exquisito y amabilidad desbordante. Durante estas semanas lleva dedicado en cuerpo y alma (sobre todo alma) a explicar su obra en el Museo de la Evolución Humana de la capital burgalesa. Nos dedica buena parte de su tiempo para explicarnos sus piezas y para ofrecernos su particular visión de la vida y del arte

Recibo aquí a las personas – explica Óscar Martín antes de adentrarnos en la exposición. Es importante aficionarlas y estimularlas aunque lo primero de todo es relajarlas porque vienen a ver un espectáculo

- ¿Un espectáculo?
Sí. Yo he tenido mucho conflicto con otros artistas, sobre todo artistas mayores, que afirman que el arte se ha convertido en un espectáculo. No tiene por qué ser negativo, no tiene que ser banal o soez, todo lo contrario ya que nos puede proporcionar una experiencia espectacular. El trabajo plástico se ha convertido en una especie de experiencia únicamente intelectual y yo creo que va a más allá, es una experiencia emocional. Ahora mismo nos hayamos inmersos en una sociedad dispuesta a reconocer las emociones que son aprendibles y modificables.

- ¿Y qué se pueden dominar? 
Hoy en día está comprobado que quien domina la emoción eres tú, la emoción es una expresión de un sentimiento, de algo que hay que resolver, una vez que lo resuelves, que lo aceptas o que te entregas, la emoción se diluye. Se trata de no ser un barco a la deriva.

- Habrá quien prefiera desviar la nave, no tener un rumbo fijo…
Yo prefiero que la emoción no me arrastre porque me puede destruir y desequilibrar. Me gusta sentirme equilibrado y en paz. Eso me permite sentir la emoción pero navegando yo, llevando yo el timón lo que no impide sentir el viento en la cara. Hay que conjugar el cerebro y el sentimiento, jugar con ambas energías. En mi caso busco aficionar con mi obra, que el espectador tenga una experiencia, si luego quieren buscar un significado, buscar asociaciones, ir más allá, perfecto, pero lo primero es que se abran a sentir porque eso es lo verdaderamente importante.

Caminamos hacia las primeras piezas de la exposición y en una vitrina, aparecen las primeras obras. Los ojos se van a las esculturas del Cid.

El escultor con el Cid que se entrega en los premios "Ciudad de Burgos"El escultor con el Cid que se entrega en los premios "Ciudad de Burgos"

- Un buen recibimiento trabajando para el Consorcio Camino del Cid…
Tengo cuatro cides y aquí expongo dos. En la exposición empiezo con el Cid de los premios “Ciudad de Burgos”, son unos galardones que se llevan entregando nueve años a personas o instituciones que han desempeñado un papel relevante. 

En el año 2007 propuse al ayuntamiento de Burgos poner este Cid en la calle, en el entorno de la catedral. Mi intención era que en la parte dorada (las manos del Cid y su espada forman un círculo cuyo interior es dorado) se pasara la mano antes de iniciar el Camino del Cid para que los viajeros se cargaran con esa energía del Cid antes de empezar su recorrido. La exposición la comienzo a explicar con esta pieza.

- Me llama la atención la humildad que se desprende de ella. Su postura, su actitud de rodillas ofreciendo todo lo que tiene… 
Muestro un Cid respetuoso, que se entrega. No creo que un guerrero como el Cid matara por matar. Creo que era honesto y que siempre tendría una razón: protegerse, defenderse, conquistar…  A mí no me gusta la guerra ni me gusta la violencia pero entiendo que un caballero ejercería desde el honor y siempre dentro de un proyecto que es, en definitiva, lo que hacemos todos. 

- ¿En qué sentido? 
Yo estoy entregado totalmente a la comunidad. Si te ofreces es como si no puedes dar más.

- ¿Buscando recibir algo a cambio?
Normalmente hay una carencia afectiva y nos ofrecemos porque buscamos amor. Muchas veces creemos que el amor que viene de fuera vale más que el amor propio. Si  uno se ofrece y se ama, el reconocimiento lo tienes. El problema es cuando te ofreces y no te amas, entonces buscas el reconocimiento externo y si no lo consigues hay un gran vacío. El Cid es un caso de plenitud, fíjate si se ama que se enfrenta a su mayor superior.  

Seguimos repasando la exposición y nos detenemos en su segundo Cid. El que miles de viajeros han visto, el que da la bienvenida en el nudo Landa a todos aquellos que deciden entrar en Burgos. 


El Cid de la Autova A1 a su paso por Burgos se instal en el ao 2009 (Foto: Luis-Lpez-Araico-DB)El Cid de la Autova A1 a su paso por Burgos se instal en el ao 2009 (Foto: Luis-Lpez-Araico-DB)

 - Un Cid totalmente diferente al anterior…
Sí, está de pie, con la espada en alto, mostrando su escudo y si te pones frente a él verás un hueco en el centro, es el corazón del Cid, es el corazón de un guerrero. Esto cambia mucho. 

- Encaja muy bien con los primeros versos del Cantar, que muestran la humanidad del héroe, que abandona Vivar  “intensamente llorando”... 
Antes estaba mal visto que los hombres expresaran sus emociones, muchos lo retenían. Fíjate cómo comienza el Cid su destierro, enfrentándose a un superior en un acto de valentía. Se va pero siempre con esa visión hacia su casa, su hogar, su familia, todos nos vemos representados en eso. 

- Te he escuchado decir que esta escultura es como un hijo para ti
Sí, lo he comentado en alguna otra entrevista. Después de una relación íntima con la pareja que tenía entonces me dormí. A las tres de la mañana, de repente ¡boom! me desperté y me fui a mi estudio a trabajar. Mi trabajo es muy esotérico y me entregué a esa magia, a esa inspiración. Estuve trabajando toda la noche en el boceto, en la idea. Efectivamente para mí es como un hijo, me sentí como una madre que había sido fecundada.  

- Confieso que cuando conocí tu Cid agradecí enormemente contemplar una nueva visión del mito. Sin embargo, romper los tópicos que habitualmente han acompañado la imagen del personaje no le caería bien a todo el mundo...
Tuve una crítica muy desagradable en una publicación, en teoría de una persona entendida. Cuando alguien hace algo así lo hace desde el miedo, está claro que las personas tienen miedo a que las cosas cambien y no puedan sostenerlas. Yo se lo digo mucho a mi madre, no se puede evitar que la vida cambie, no se puede sujetar, no se puede pedir que se quede todo como está y que no pase nada. Ahora nos encontramos en el Museo de la Evolución, que es en lo que nos basamos los humanos. Hay gente de nuestra edad (no me refiero a personas mayores) que quizás por conectarse mucho con sus antepasados abanderan la idea de que las cosas no cambien y es una pena. Hay que hacerlo poco a poco pero cada uno tiene que poner su granito de arena porque si no, si sostenemos mucho las cosas, acabamos generando una gran ruptura. Es como si intentas sostener una presa que se va llenando, un día, ante la imposibilidad de abrir una compuerta, la presa revienta.  

 - Expones dos esculturas del Cid y comentas que tienes otros dos… 
Sí, pero a los otros no les he dado visibilidad. Tengo uno a caballo y a un Cid en su lecho de muerte. De ninguna otra pieza tengo tantas. Es como si me hubieta conectado con el personaje. Por eso te comentaba mi idea de que todo aquel que iniciara el Camino del Cid pudiera pasar la mano antes de iniciar el viaje, es como conectar con esa esencia, con esa energía, es una especie de vibración arquetípica, eso es lo interesante. El Cid es el caballero por excelencia. 

- Recuerdo una muestra colectiva en la galería de arte Río 10 de Quintanilla Vivar (Burgos) en el año 2007 en la que también expusiste una escultura de Jimena… 
Sí, también tengo una escultura de Jimena, haciendo un reverencia muy sutil, se ve su vestido y su cabeza. Un día presentaré los dos. Es curioso, no lo había pensado. A lo mejor la fundo en aluminio, la pieza quedó ahí y no le había dado más importancia. Me has dado una idea.

- ¿Por qué cuatro representaciones del Cid?
El Cid es una figura que con el paso de los años ha conseguido ser un gran símbolo. Tiene detrás el Cantar de mio Cid que quien lo lee percibirá una representación arquetípica de una vida. Sin embargo hay otros aspectos del Poema que podemos trasladar a la época actual. El que escribió el Cantar, quizás el que lo narró, fue alguien  que supo resumir una serie de vivencias que representan un gran conocimiento. El personaje en sí mismo, con el paso de los años, ha conseguido ganar peso no sólo aquí, también en el resto del mundo.

Retomamos el recorrido por la muestra. La pieza del VIII Centenario de la Catedral de Burgos, la pelvis “Elvis”, Neolito, el ángel protector o el estuche del Manuscrito Voynich salpican la exposición. Me llama la atención ésta última pieza.

El escultor explica su obra en una de las visitas celebradas recientemente en el MEH (Foto: volandoando.es) El escultor explica su obra en una de las visitas celebradas recientemente en el MEH (Foto: volandoando.es)
- Interesantísima…
Esta obra la enlazo con la culpa. El Voynich es un manuscrito del siglo XV que tuvieron que codificar para que no se entendiera lo que ponía en él. Hablo de no juzgar el pasado desde el presente porque es injusto. 

- Lo mismo ocurre con el Cid...
Claro y tampoco se puede juzgar el Cantar desde una visión actual. Es como si dentro de 300 años nos juzgan a nosotros. Fíjate en el espacio en el que estamos… en la evolución. Yo no voy a repetir las atrocidades del pasado porque me han servido para aprender. 

- Escuchar tus explicaciones debe generar interesantes reflexiones a quienes vienen a conocer tu obra.
Yo lo aprovecho para que junto a la experiencia visual o estética se sume una experiencia general porque para mí, cada pieza, tiene su propia historia emocional. Si yo no estuviera aquí también podrían jugar con mi obra, podrían sacar sus propias conclusiones pero esto es una oportunidad de reflexionar y de sentir. 

Concluimos frente a la pieza principal de la exposición “Úterus”. Mientras la obra se mece suavemente, le pregunto sobre su significado

"terus", obra principal de la muestra (Foto: volandoando.es)"terus", obra principal de la muestra (Foto: volandoando.es)
Es una pieza muy especial ya que la empecé a hacer hace 21 años. Era diferente y la he ido adaptando. Este año con la ayuda de varios colaboradores la he hecho de mayor tamaño, así, ahora se puede entrar en su interior, meditar y entrar en resonancia con lo que es el útero, un espacio sagrado, un espacio de creación.

- Eso sí es volver al inicio de todo…
Sí, al origen. Después pasamos a una sala donde se produce una meditación y un encuentro con uno mismo para entrar en resonancia y liberarse de las emociones y de las sensaciones que son innecesarias. 

- Tiene que ser agotador aunque también enriquecedor conocer de primera mano cómo se percibe tu obra
Un músico puede percibir cómo sienten los que le están escuchando, un cocinero cómo se disfruta de su plato pero en lo plástico, haces la pieza y te vas. Hay muchos artistas que no quieren saber nada, lo dejan ahí y desaparecen. Aunque la obra en sí tiene que hablar, por supuesto, no pasa nada por seguir hablando de ella.


"Iniciar un camino es una aventura hacia el conocimiento. 
El caminante es pasajero en el tiempo, efímero, 
siempre deja unas pisadas a su paso 
a la vez que se lleva las huellas del camino"
(Extracto del catálogo de la exposición)




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