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F. Javier Peña: "El Cid no quería volver a Castilla ni muerto"

El catedrático e historiador, Javier Peña
Patricia Ansótegui

El catedrtico e historiador, Javier PeaEl catedrtico e historiador, Javier PeaCatedrático de Historia Medieval de la Universidad de Burgos, Francisco Javier Peña (Las Celadas, Burgos, 1948) es autor de varias publicaciones relacionadas con el Cid, entre otras, "El Cid. Historia, leyenda y mito" o "Mío Cid el del Cantar. Un héroe medieval a escala humana". Con él hablamos del Cid histórico y del Cid de leyenda. Incluso nos aventuramos a abordar los motivos que tuvo el Cid para no regresar jamás a Castilla.
 
 
  
- Parece que, al menos en la ciudad de Burgos, se quiere recuperar la figura del Cid. ¿Está todo dicho (o escrito) acerca del personaje?
El personaje tiene mucho fondo y recorrido histórico acumulado y se pueden aportar cosas nuevas perfectamente. Basta con incidir en algún aspecto personal para ofrecer algunas variables o nuevas claves. Además el Cid no es sólo su vida histórica si no que ha sido recreado muchas veces literariamente y de ahí podemos sacar nuevos argumentos para estudiarlo mejor.

- Es curioso porque precisamente en Burgos se le asume como "algo propio". Sin embargo poco tiempo estuvo en esa ciudad...
Es cierto pero el Cid que se conoce en Burgos no es el Cid histórico es el Cid literario y éste está identificado perfectamente con Burgos y con San Pedro de Cardeña. Él salió de Castilla con más o menos treinta años y no apareció más que algunos meses y no sólamente eso: después de muerto nadie habló de él hasta que pasaron 100 años. Cuando murió en 1099 nadie se acordó de él e incluso existía una intención más o menos latente de no querer hablar de él o de identificarse con él.
 
- En la historia más reciente Franco recuperó la figura del Cid para ensalzar determinados valores. Años más tarde, y precisamente por este motivo, hubo sectores muy críticos en torno al personaje. ¿Cree que ya se han superado esas etapas?
No creo, si bien es cierto que en torno a determinados personajes se ha producido un cambio de valoración bastante brusco o incluso bastante negativo. En el conjunto de la población lo que queda es, por un lado, la película de Hollywood y, por otro, la versión de los pensadores franquistas que dieron una imagen del Cid totalmente acomodada a la imagen reciente de España. De todas formas es normal: cuando una persona pública acapara un símbolo o un personaje quien odia a esas personas también odian esos símbolos o a esos personajes.
 
- ¿Qué opinión le merecen aquellos que consideran al Cid un mercenario?
La imagen del mercenario que tenemos ahora es la del soldado que se va a cambio de un dinero suculento a defender un país o un ejército ajeno él, con el que no tiene nada que ver y que tal vez dista mucho de sus principios. Ese soldado que no tiene principios, moralidad ni patria no se acomoda nada con el perfil del Cid pero ni con él ni con ningún otro personaje de la Edad Media. El Cid cobraba dinero de los musulmanes pero Alfonso VI o García Ordoñez también. Los cristianos del norte tenían pactos con los musulmanes para defenderles y cobraban mucho por ello. El Cid hacía lo que hacían todos lo que pasa que mejor y seguramente durante más tiempo.
 
"La leyenda se ha comido al personaje
histórico y eso, es una pena"
 
- Lo que no cabe duda es que es un personaje atractivo. Pero en su opinión ¿qué es más atractivo el Cid de la historia o el de la leyenda?
Yo creo que el Cid de la leyenda tiene más cualidades intemporales pero claro, ese personaje legendario nos ha hecho olvidar lo que fue la historia real. Tuvo unas cualidades militares, unas facultades para gobernar, para negociar... que ya de por sí nos dan un perfil bastante admirable de lo que es el personaje. Pero la leyenda se ha comido al personaje histórico y eso es una pena.
 
- Hay algunos elementos biográficos del Cid que aún desconocemos como por ejemplo el año de nacimiento o el lugar aunque en Vivar del Cid (Burgos) parecen tenerlo bastante claro?
No podemos atribuir al Cid Vivar como el lugar en el que nació. En la Historia Roderici, por ejemplo, no se da cuenta ni de la fecha ni del lugar de nacimiento. En la Edad Media no se daba importancia a esos datos. Sí a la fecha de la muerte ya que servía para celebrar aniversarios. En el Cantar de mío Cid sí aparece Rodrigo Díaz "de Vivar" pero es porque el juglar se toma determinadas licencias y se puede permitir ese lujo, por ejemplo, para hacer rimar un verso. Quizás le cabía mejor Vivar que Sotopalacios, Burgos o Ubierna. El Cantar de mío Cid está escrito 100 años después de la muerte del Cid y es un trabajo fruto de la imaginación y a partir de ahí sacar la conclusión de que nació en Vivar no se puede afirmar categóricamente al igual que tampoco se puede negar.
 
- Al hablar de los verdaderos motivos por lo que el Cid fue desterrado el profesor y medievalista Gonzalo Martínez Díez nos dijo que al Cid se le desterró "por imprudente". ¿Comparte esa opinión?
Sí porque el Cid se fue a hacer su guerra con territorios aliados del rey. Eso era una imprudencia temeraria pero además el Cid sabía que si se enteraba el rey le iba a desterrar por lo que creo que fue una imprudencia pero no ingenua, fue imprudencia buscada y consciente para provocar el destierro ya que él no podía avanzar más en Castilla.

- Desterrado y ya en Valencia ¿cree que alguna vez se planteó regresar a Castilla?
No. Él estaba muy bien situado allí. Era el Príncipe de una gran taifa, tenía un alcázar para él, los tributos los gestionaba y los cobraba él. Tenía unas condiciones como militar y como guerrero que no podía disfrutar en Castilla en ningún caso. Su techo de promoción social en Castilla era muy bajo y lo que había alcanzado allí hacía impensable que quisiera volver. Además decide dotar generosamente con muchos recursos a la catedral de Valencia y él se entierra allí ya que no quiere volver a Castilla ni muerto. De hecho allí estuvo enterrado dos años pero cuando Jimena ante la presión de los almorávides tuvo que abandonar Valencia se le trajo aquí (en alusión a Burgos) ya que si le dejaban allí sus restos iban a ser profanados.

- ¿Se aventura Javier Peña a dar alguna característica acerca de la personalidad del Cid?
Era una persona muy comprometida y creo que lo fue hasta el final. Primero con Sancho I de Castilla y después con Alfonso VI o con el príncipe de Zaragoza al que sirvió. Muy comprometido con su proyecto, con sus soldados, con su gente, con su familia (de hecho buscó muy buenos matrimonios para sus hija) pero también, en el sentido negativo, sus proyectos venían fijados por la obsesión que tenía de alcanzar la gloria para él al margen de cualquier planteamiento de interés general.
 
- Por último ¿cree que el Camino del Cid es un buen vehículo para conocer al personaje?
Supongo que sí porque este tipo de elementos culturales te permiten conocer al personaje evocado, Además puede darse la situación que ocurre muchas veces, después de haber hecho el Camino quizás la gente quiera conocer al Cid en todas sus vertientes. Se trata, en definitiva, de conocer la historia y el pasado y eso le hace a uno ser más hombre del presente.
 

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