Gregorio G. Vilches, Mirbind: El Cid es el personaje ideal para todos a los que les guste la fantasía y las leyendas
Patricia Ansótegui
El dedo corazón de su mano izquierda le delata... y le presenta. Gregorio González Vilches lleva su pseudónimo inscrito en un anillo que es difícil dejar de mirar: Mirbind, leo mientras charlo con él. El mismo nombre con el que firma las viñetas, dibujos y cómics que dedica a Rodrigo Díaz de Vivar, un personaje que quiere y al que reivindica por encima de todo.
- La primera pregunta es casi obligada ¿de dónde viene lo de Mirbind?
En el colegio me gustaba dibujar, solía hacer caricaturas de los profesores que luego fotocopiaba y repartía en clase. ¡Tenía que buscarme un pseudónimo para evitar problemas! (risas). Desde siempre he tenido ordenadores y recuerdo que tenía un programa que se llamaba mir.bin de ahí, y añadiendo una "d", salió el nombre.
- ¿Cuándo y por qué surge esa pasión por el Cid?
Me gusta porque soy un apasionado de las leyendas, también de la historia y de todo aquello relacionado con la Edad Media. Además, el Cid es un héroe de mi tierra y, sin lugar a dudas, es el personaje ideal para la gente a la que como a mí le gusta la fantasía, lo medieval, las batallas, las luchas... y, además, al ser de aquí ¡perfecto!.
- Historia y leyenda... ¿con qué Cid te quedas con el histórico o con el legendario?
Sin dudarlo: con el de las leyendas. Estoy muy cansado del Cid canónico, del Cid histórico. Me parece bastante más interesante ese Cid que igual no ganó todas las batallas que dicen pero que tiene mucho más que ofrecer.
- Siendo una persona joven ¿no les sorprende a tus amigos, a tu entorno que te guste tanto el Cid?
Yo estoy de acuerdo con aquellos que dicen que el Cid es un personaje "casposo" pero creo que hay que romper ese estereotipo y, para ello, yo aporto mi granito de arena. Hay que presentar un Cid más desenfadado, tiene que ser un embajador de nuestra ciudad, de nuestra cultura, con sus cosas buenas y sus cosas malas. La imagen del Cid del siglo XVIII o XIX hay que romperla. Al Cid se le ha manipulado, se le ha utilizado como un adalid de España y él no supo lo que es España tal y como la entendemos ahora.
- Ese papel de embajador que nos mencionas parece que no terminamos de otorgárselo ¿por qué?
No se le está aprovechando absolutamente nada. Vas a Londres y te encuentras, por ejemplo, la ruta de Jack el Destripador y aquí no tenemos nada parecido.
- Salvando las distancias...
Sí (risas), pero lo que quiero decir es que en otros lugares se aprovecha lo que se tiene. Los enclaves que tienen valores históricos, literarios o humanos los amortizan muy bien y nosotros no lo hemos hecho.
- Una de tus principales aportaciones para dar a conocer el "universo cidiano" son tus cómics. Comenzaste dibujando tiras en blanco y negro y un buen día, decidiste dar un giro rediseñando el personaje y aportando color...
Sí, el primer concepto del Cid fue en blanco y negro. Yo realizaba una serie de tiras para un periódico de Burgos (ya desaparecido) en las que traía al Cid a la época actual. Le metía un poco "a calzador" dentro de la actualidad de la ciudad o del país. A partir de ahí hice un restyling, lo simplifiqué y le di color. A su vez, le metí dentro de su propia época pero descontextualizándolo. Utilizo mucho este término porque si el Cid por ejemplo pasa al lado de la catedral de Burgos y dibujo una iglesia como la que había en la época del Cid la gente no lo va a reconocer. Yo dibujo la catedral como es hoy en día, no tengo ningún problema. Luego me gusta unir realidad e historia y hago un mix, mezclo distintas leyendas y, al final, cuento un cuento.
- A la hora de editar un cómic, ¿qué te lleva más, el dibujo o la historia?
A partes iguales. Yo no empiezo a dibujar un cómic sin tener toda la historia desarrollada. Son dos trabajos diferentes. Lo primero de todo es tener una idea vaga de lo que quiero hacer y, a partir de ahí, doy forma a la historia. Tengo que tener un inicio, un desarrollo y un desenlace. Con esa estructura, voy siguiendo un ritmo para dar forma al cómic.
- Además del Cid en tus cómics aparecen muchos más personajes relacionados con él. Yo por ejemplo me declaro fan incondicional de Jimena (muy rubia, por cierto) pero ¿tú tienes especial predilección por alguno de ellos?
Bellido Dolfos. Me encanta. Es ese ser que sabes lo que va a hacer y al que le pongo todas las pegas para que no lo consiga. Es el "Coyote" del Correcaminos. Le meto, le hago que vaya siguiendo las pistas pero al final siempre se queda al borde de conseguir su objetivo .
- A través de la web www.miocid.es también podemos ver a tus personajes...
Sí aunque como he estado en otros proyectos reconozco que la tengo un poco olvidada. Ahora espero relanzarla
- En esta web ofreces lo que, en mi opinión, es una ocurrencia muy divertida: las "tomas falsas" de Mío Cid...
Es una gracia personal que a mí también me encanta. Es como si esos personajes del cómic asumieran el rol de actores.
- Tal y como está la situación económica hoy en día, ¿no es muy complicado editar un cómic?
Sí. O te dedicas profesionalmente a ello y ya tienes el engranaje montando de edición, imprenta, distribución... o lo que tienes que hacer es autoedición, como es el caso de los cómics del Cid. Con la autoedición te conformas, simplemente, a cubrir los gastos de la inversión.
- No sólo de cómic vive el hombre ya que, en torno a tus personajes, has creado una serie de merchandising que incluye chapas, imanes...
Sí, pero también me lo hago yo y, lógicamente, lleva su tiempo. Yo me dedico a esto en mis ratos libres (risas)
Vieta con los personajes de Las Aventuras de Mo Cid publicada con motivo del 2 aniversario de Las Aventuras de Mo Cid- Tus personajes han salido de sus viñetas para colarse en algunos de los eventos culturales que se han celebrado en la ciudad de Burgos. ¿Tienes en proyecto alguna colaboración nueva?
Por el momento no, pero estoy abierto a cualquier cosa ya que si alguien me llama yo tiendo una mano. Todo lo que sea difundir la figura del Cid me gusta y si tengo tiempo y es interesante, lo apoyo. Además, esas colaboraciones no dejan de ser difusión ya que te permiten llegar a sitios a los que, de otra forma, no podría llegar. Además no es lo mismo hacer un cómic que una viñeta o un cartel para un determinado evento.
- Tus personajes empiezan a ser muy reconocibles, sobre todo los niños lo identifican enseguida...
¡Sí!, cada vez que se acercan a un dibujo de los míos los distinguen y dicen: "mira mamá ¡el Cid!" y eso es algo que me gusta. Que los niños, gracias a un dibujo mío, identifiquen a un personaje histórico me encanta.
- Por último, no quiero cerrar la entrevista sin preguntarte algo que suelo plantear a todos los cidianos con los que hablo ¿cómo te imaginas al Cid?
Yo creo que era una persona ilustrada, con muchos conocimientos, enérgica, con mucho temperamento e incluso arrogante aunque, ante todo, muy culto.