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El 95 por ciento de las grullas que existen pasan por Gallocanta en algún momento de su migración

Patricia Ansótegui

Un año más miles de aves migratorias regresan a la laguna de Gallocanta (Zaragoza), uno de los entornos naturales más fascinantes del Camino del Cid. Esta laguna, situada a 1.000 metros de altitud, se convierte en parada para numerosas aves migratorias. De hecho, el 95 por ciento de las grullas que existen pasan por este enclave en algún momento de su migración. Hablamos con Diego Bayona, de la Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental (Sarga), entidad pública dependiente del Gobierno de Aragón que gestiona este enclave de gran valor medioambiental.

La llegada de aves a Gallocanta y los movimientos migratorios de las grullas comienzan a darse durante estos días ¿Ya han comenzado a llegar?
Sí, los primeros bandos importantes ya lo han hecho y en estos días ya hay miles de grullas en la laguna de Gallocanta

Proceden del norte de Europa ¿qué buscan en este entorno, una zona más cálida?
Sí aunque no vienen tanto por eso ya que son aves que aguantan temperaturas muy bajas, de hecho en Aragón, en Gallocanta, pueden registrarse hasta 20 o 25 grados bajo cero. Llegan sobretodo por la disponibilidad de alimento porque en las zonas del norte las nevadas son más copiosas y suelen cubrir el suelo y estas aves, que se alimentan de semillas, lo tienen más difícil para poder comer.

Ahora se produce la llegada y hacia los meses de febrero-marzo es cuando se produce el regreso de las aves...
Exacto, a partir de esos meses es cuando las aves sienten la necesidad de criar y regresan a esas zonas de cría del norte de Europa y esto suele coincidir desde mitad de febrero hasta principios de marzo.

¿Hay, por tanto, un período en el que se mantiene constante la población de grullas?
Sí, hay un período de invernada que abarcaría estos meses intermedios, es decir, desde mediados de diciembre, que acabaría del paso desde el norte de Europa hacia el sur principalmente de España y hasta febrero, en el que las grullas vuelven a sus zonas de cría. En esos meses intermedios aquí en la laguna de Gallocanta suele haber poblaciones más o menos estables, unos años un poquito más otros años un poquito menos... pero hay un buen número de grullas que sí se quedan aquí todo el invierno.

Hablamos de cuando llegan, de cuándo se van... vosotros diferenciáis tres períodos muy concretos: el paso postnupcial, la citada invernada y el paso prenupcial
Sí, junto a la invernada hay dos períodos que hacen referencia a la época de cría de estas aves que lo hacen en primavera. El paso postnupcial, después de esa cría, se da en noviembre. Los pollos son más grandes y ya pueden volar y desplazarse con los padres. El paso prenupcial es en febrero, es el momento previo a la cría que se produce en los países del norte.

¿Cuántas aves se pueden llegar a concentrar en este entorno?
Desde Sarga realizamos censos periódicos. En los meses en los que hay migraciones puede cambiar porque ellas están pasando un día y al día siguiente puede variar mucho porque, por ejemplo, pasen muchas más o muchas menos. Los momentos de invernada sí que son más estables y por lo tanto sí son datos más fiables. En esos meses suele haber entre 10.000 y 15.000 grullas. Luego se han alcanzado picos de que, hasta en un mismo día, pasen hasta 120.000 grullas por Gallocanta entre las que llegaban y las que se iban en ese momento.

¿Los censos los realizáis semanalmente?
Sí, aunque en la época de invernada como las poblaciones son más estables se hacen cada dos semanas porque la cifra suele ser menor. En los momentos de migración, los técnicos de Sarga hacen un conteo todas las semanas y en todas aquellas zonas en las que están presentes las grullas. Ellos ya tienen controlados los dormideros y las contabilizan todas. En un número tan grande siempre hay un margen de error pero la cifra suele ser bastante cercana a la realidad.

Hay estudios que sugieren que el cambio climático ha "revolucionado" los movimientos migratorios de algunas aves ¿también se percibe en la laguna de Gallocanta?
La laguna de Gallocanta es muy variable anualmente y en ciclos más largos también. Se notan mucho los períodos largos de sequía así como los períodos húmedos. Hace treinta años la laguna podía tener una profundidad máxima de casi tres metros y ahora estamos hablando de que en otoño está prácticamente seca o tiene una lámina muy pequeña de agua. Hasta finales de los años 70 las aves no empezaron a pasar por la laguna de Gallocanta. En mi opinión personal no creo que sea tanto por un fenómeno de cambio climático sino por un fenómeno de desaparición de humedales, de degradación de espacios húmedos donde éstas aves se pueden refugiar. La laguna de Gallocanta es uno de los que queda en buen estado de conservación en mucho territorio de nuestra península.

En cualquier caso ¿se puede considerar como el lugar de reunión de grullas más importante de Europa?
Eso es un poco relativo, digamos que es un paso muy importante de grullas ya no tanto de invernada, en la que las grullas se concentran más en otras zonas como por ejemplo en Extremadura o en Andalucía, pero sí como una zona en la que se estima que el 90 o el 95 por ciento de las grullas que existen o que migran pasan por Gallocanta en algún momento de su migración. Estamos hablando de un punto imprescindible para las migraciones de estas aves.

Durante el mes de noviembre ofrecéis una serie de visitas o paseos guiados para contemplar y conocer este fenómeno ¿no es así?
Sí, desde los Centros de Interpretación que se gestionan desde la empresa pública Sarga durante los meses de noviembre y febrero, que son los meses de mayor afluencia de grullas por los principales movimientos migratorios, se hacen visitas gratuitas los fines de semana, los sábados y los domingos en dos horarios diferentes desde las once de la mañana hasta que acaba la visita que suele durar dos horas y media o tres y a partir de las cuatro de la tarde.

Habitualmente el viaje se suele concebir en estaciones donde el clima es algo más benévolo pero el invierno también puede ser un buen momento para viajar...
Aunque a priori puede ser más incómodo por las temperaturas, el espectáculo que se puede contemplar en Gallocanta durante estos meses, de noviembre a febrero, es algo único con el paso tan importante de aves. Además, se trata de unas aves que son espectaculares, son muy grandes, pueden verse relativamente cerca, emiten un ruido muy característico que cuando se están moviendo en grupos grandes impresiona. Esto sólo puede verse en invierno y por lo tanto merece la pena. Además el invierno, a pesar de ser frío, nos da unos colores y unos atardeceres que igual en épocas más cálidas no los hay

¿Cuál es el perfil del visitante?
El perfil concreto suele ser población de España, de las comunidades limítrofes de Aragón como Madrid, Valencia, Cataluña... de ahí procede el grueso de los visitantes. También vienen de otros países de Europa pero no sólo atraídos por las grullas sino por otro tipo de aves de Gallocanta, se trata de unos viajeros muy relacionados con el turismo ornitológico.

Como conoces, el Camino del Cid sigue los pasos del Campeador narrados en el Cantar. En una ocasión tuvimos oportunidad de hablar con un biólogo que nos dijo que el Cid es probable que en el siglo XI encontrara paisajes muy similares a los actuales ¿podíamos afirmar lo mismo con respecto a la laguna de Gallocanta y a la presencia de aves si echamos la vista... unos cuantos siglos atrás?
En los últimos años no ha habido modificaciones importantes sí en cambio si nos vamos un poco más allá, cuando comenzó la mecanización de la agricultura. Ahí el cambio fue mayor. Ten en cuenta que es una zona eminentemente agraria donde predominan los campos, las grandes llanuras con campos de cultivo. Al final es el hombre el que modela el paisaje del entorno de la laguna de Gallocanta y esos cambios sí han ido ligados a los cambios de la agricultura.

Aquellas personas interesadas en obtener más información pueden consultar la página web www.rednaturaldearagon.com o llamar al centro de interpretación de la laguna de Gallocanta al número de teléfono 978 73 40 31.

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