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Geneviève Dubois-Taine: Viajar por el Camino del Cid me ha dado la llave para entender una parte de España

Hace algo más de un año decidí recorrer el Camino del Cid. Recientemente, se pusieron en contacto conmigo desde el Consorcio Camino del Cid para conocer algo más sobre esta experiencia que inicié en la primavera de 2011. En primer lugar, recorrí Burgos - Daroca (aproximadamente 500 kilómetros en prácticamente un mes). Ya en 2012 cubrí la distancia entre Calatayud y Elche (cerca de 700 kilómetros en seis semanas). Concluí mi recorrido en esta última localidad ya que, para mí Elche - con su "Dama"- tiene algo especial.

Me llamo Geneviève, tengo 72 años y vivo en Francia, muy cerca de París. He trabajado toda mi vida en temas urbanísticos, un trabajo en mi opinión muy interesante y más cuando, en mi caso, lo he hecho a nivel internacional. De hecho he viajado por todo el mundo por lo que la historia, la cultura local, las tradiciones, las gentes... me interesan mucho. Tener una vida laboral tan intensa y con muchos hijos (tengo cuatro hijos y doce nietos) no me ha permitido tener demasiado tiempo para mí. Cuando me jubilé, en marzo de 2005, decidí recuperar el tiempo perdido. Ese año, empecé el Camino de Santiago francés, fue una experiencia muy importante para mí. Después, cada año, procuraba recorrer otro camino, andar uno o dos meses para estar en contacto con la naturaleza, con la gente siempre tan acogedora... Recorrí la Vía de la Plata, el Camino de Valencia, el camino mozárabe, desde Granada a Santiago... Acabar el camino mozárabe me mostró la diferencia de andar con amigos y hacerlo sóla. No es lo mismo, andar sóla te permite encontrarte de manera profunda. Es muy importante para mí. En invierno de 2009 me puse enferma pero quise seguir andando. Como ya había hecho los caminos de Santiago opté por recorrer mis propios caminos. Hice el camino del Ebro, recorrí Andalucía, anduve desde Faro a Albacete... tan sólo utilizaba mis mapas, yo misma planificaba mi camino, era un gran placer descubrir regiones sin nadie andando por los senderos y siempre con gente deseosa de charlar, de hablar de su pueblo, de su región...

Un día decidí recorrer el Camino del Cid. Conocí la ruta a través de Internet. ¿Por qué lo escogí?, por muchas razones. Después de todos los caminos que había hecho sabía los tipos de paisajes que me gustaban: llanuras, mesetas, sierras con pequeños senderos, bosques y árboles (sabinas especialmente), caminos viejos... y todo esto unido a la fascinación que siento por la historia de España, por su riqueza, por la influencia de todas las sociedades que han cohabitado en la península. Aquí han vivido celtíberos, romanos, godos, musulmanes, cristianos... y todo eso se nota cuando atraviesas España. El Cid vivió en un momento estratégico en España y el Camino del Cid pasaba por regiones con sierras desiertas a lo largo del Duero, con una historia de frontera tan presente que yo quería conocer. Recuerdo fortalezas como, por ejemplo, la de Gormaz, las iglesias prerrománicas, las ciudades fortificadas como Jadraque, Sigüenza o Albarracín, puestos como Somaén... Pasé por Aragón donde la convivencia entre cristianos y musulmanes fue tan importante, no olvido el arte mudéjar de Teruel, Molina de Aragón... Valencia... tan modernista, los campos de arroz de La Albufera.... y en cada ciudad, recuerdos del Cid, ese hombre que siempre navegó entre musulmanes y cristianos. Gracias a los cuadernos de viaje redactados por Alberto Luque, viajar por el Camino del Cid me dio la llave para entender las ciudades, sus monumentos.

Es cierto que no he seguido siempre exactamente el Camino ya que cuando entendía que algo me podía gustar especialmente, me desviaba. También he de decir que los caminos y senderos elegidos por el Consorcio Camino del Cid nunca les habría encontrado sola, están secretos y pasan por lugares muy salvajes aunque reconozco que, en general, están muy bien señalizados.
Todo me ha gustado y lo que más, los paisajes y la naturaleza. Caminar durante horas a través de vegas infinitas me hace muy feliz. Me gusta tumbarme al sol, soñar y meditar. Los monumentos puedes visitarlos en coche pero disfrutar de esta manera sólo puedes hacerlo andando, es la razón por la que hago todos estos caminos, para andar y disfrutar de la naturaleza sola.

No puedo acabar de contar mi experiencia sin hablar de la acogida siempre tan agradable de la gente. Había reservado todos mis alojamientos antes de salir. La acogida fue generalmente maravillosa. En Algimia de Alfara había 15 naranjas en el frigorífico, en Somaén encontré a Rosita, alguien con quien espero encontrarme de nuevo este verano. En La Puebla de Valverde una señora me ayudó a encontrar alojamiento para el día siguiente porque el hotel que había reservado había cerrado. En Segorbe charlé mucho sobre París... nunca olvidaré a estas gentes.

Afortunadamente, hoy por hoy, tengo salud para recorrer un nuevo camino aunque todavía no sé dónde iré. La Sierra Norte de Madrid me atrae, recorrer Sigüenza hasta Lisboa por las Sierras de Guadarrama... no lo se... por el momento siempre tendré un recuerdo maravilloso del Camino del Cid. Gracias a las personas que "le inventaron", gracias a la página web de la ruta, gracias a quien mantiene la señalización, gracias a los cuadernos de viaje.... Espero que mucha gente lo haga y no solamente con el coche, recomiendo recorrerlo a pie ya que es la mejor forma de descubrir la historia de la regiones que atraviesas, su naturaleza y sus paisajes. A todos gracias y mucha suerte.


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