ENTREVISTA: Recorrer el Camino del Cid en moto requiere tomárselo con calma: hay mucho que ver y disfrutar.
Patricia Ansótegui
Se compraron la moto hace algo más de tres años y la primera gran ruta que recorrieron fue el Camino del Cid. Durante dos veranos - el del año 2008 y el de 2009 - visitaron todos y cada uno de los pueblos que integran el itinerario. Sin prisas y disfrutando de cada momento, Alfredo y Virginia visitaron lugares que - tal y como afirman - no hubieran conocido jamás sino hubiera sido porque forman parte del Camino del Cid. Ambos se lamentan de haber descubierto una pasión - la del mundo de las motos - un poco tarde. Quizás cuando lean esta entrevista ya haya nacido su hija Julieta. Ella tendrá toda una vida por delante para descubrir ésta y mil aficiones más. Hablamos con Alfredo López y Virginia de la Fuente, dos moteros "tardíos" que supieron extraer el jugo a un camino al que se lanzaron con una mochila, un mapa, dos salvoconductos y, por supuesto, con su scooter de 400 cc.
Ambos regentáis una tienda de muebles de cocina ¿qué es más difícil trabajar juntos o viajar con tu pareja en moto?
Alfredo: (Risas) Nosotros nos entendemos muy bien pero, sin lugar a dudas, es más importante llevarse bien cuando se viaja en moto. Si llueve, hace frío... hay que aguantarlo. El que va delante va encantado de la vida, el que va detrás... lo sufre bastante.
Virginia: Hace poco un amigo nos comentaba que es complicado encontrar una pareja a la que también le guste. Lo suyo es ir relajada. Si vas tensa, a él le va costar conducir más.
Reconocéis que vuestra afición al mundo de las motos ha sido un poco tardía....
A.: Sí, sin duda. Hace unos tres años me saqué el carné y lo hice un poco "a lo tonto", por tenerlo. En principio pensé en comprarme una moto de 125 cc. para ciudad. Al final compré una un poco más grande, una scooter de 400 cc. Lo primero que pensé fue... vamos a hacer alguna ruta.
Y os decidisteis por el Camino del Cid. ¿Por qué?
A.: Vi un reportaje en televisión antes de comprarme la moto. Cuando lo vi pensé: "Si algún día me compro una moto haré el Camino del Cid".
Estabas predestinado: acabaste comprando la moto y recorriendo la ruta...
A.: (Risas), Sí, parece que sí. Además, nuestra primera intención era irnos a Asturias pero el verano de 2008 hizo muy malo y, prácticamente, de un día para otro saqué los dos salvoconductos y nos lanzamos a hacer el Camino.
Recorristeis la ruta en dos veranos, en 2008 y 2009, ¿lo hicisteis los dos solos?
V.: Sí. En 2008 estuvimos diez días e hicimos la etapa de Burgos a Teruel. En 2009 estuvimos algo más, quince días. Fuimos directamente a Teruel y desde allí terminamos la ruta hasta llegar a Orihuela, en Alicante.
¿Os encontrasteis a algún otro motero?
V.: No, lo que sí que vimos fue a gente en bici y alguna otra andando.
¿Hubo algún tramo especialmente duro?
A.: En líneas generales, el mayor problema que nos encontramos fue el calor. Recorrer el Camino del Cid en moto en pleno mes de agosto por la comunidad valenciana no se lo aconsejo a nadie.
V.: Es una zona muy bonita pero, quizás, es mejor recorrerlo en primavera o a finales de verano. Desde Burgos a Teruel es más llevadero ya que, aunque hace calor durante el día, por la noche refresca y eso se agradece.
Hay muchos viajeros que deciden recorrer el Camino del Cid al revés. Salen de la Comunidad Valenciana para llegar a Burgos o a Vivar del Cid. Intentan así evitar jornadas de excesivo calor.
V.: Eso es lo ideal.
¿Qué otro consejo daríais a aquellos que quieran recorrer el Camino del Cid en moto?
V.: Tomárselo con calma. Si no pueden hacer todo el Camino del Cid, que lo hagan por tramos. El Camino del Cid tiene muchísimo que ver y disfrutar. Tener dos meses para recorrerlo sería perfecto pero entiendo que es complicado. El Camino del Cid en moto hay que disfrutarlo minuto a minuto.
A.: Nosotros no teníamos ningún plan. ¡Sólo teníamos la ropa preparada para ir a Asturias! (risas). El primer año llevábamos muy poca ropa y en el móvil de Virginia un excel con los sitios en los que podíamos dormir. No llevábamos más.
V: El problema es marcarte objetivos ya que eso te obliga a ir rápido y no disfrutas, aunque entiendo que cada uno se organiza su viaje como quiere. Nosotros tenemos amigos que serían incapaces de viajar sin una planificación previa. Es muy difícil ir sin planes pero si se puede hacer, insisto, merece la pena.
¿Os topasteis con muchas trampas en el Camino (curvas, grava...)?
A.: Si porque pasábamos por pueblos que no son nada turísticos. Circulamos por caminos casi de concentración parcelaria.
No teníais cerrados los lugares en los que pasar la noche... ¿tuvisteis algún problema?
A.: Sí (risas). La primera noche fue la peor de todas. Salimos de Burgos y llegamos al Burgo de Osma un 15 de agosto que, además, caía en viernes. Nada más llegar empezó a llover. Nos metimos en unos soportales, llamamos a un montón de alojamientos ¡y no encontrábamos ningún sitio en el que quedarnos!.
V.: Yo ya me veía durmiendo en los soportales...
Gran parte de los pueblos de España celebran sus fiestas en torno al 15 de agosto...
A.: Claro además, siendo viernes, todos los que empezaban las vacaciones ya habían llegado a su destino y los que las acababan aún no se habían ido ¡se juntaron todos!. Para colmo había muchísimas bodas
V.: ¡Y un montón de mercados medievales!
A.: Llamamos hasta al Parador de Soria, al final, se pusieron en contacto con nosotros desde una posada de Calatañazor. Una pareja había anulado su reserva y fuimos a dormir allí.
A pesar de estos inconvenientes, consideráis que es la ruta ideal para hacerla en moto...
A.: Sí, pero para hacerla en nuestra moto (risas). A nosotros no nos gusta coger una autovía y arrear. Como mucho, carreteras nacionales y con poco tránsito. Este es el camino ideal para ir despacito. Hay muchos tipos de moteros, está al que le gusta correr, al que le gusta hacer kilómetros, al que le gustan las curvas o al que le gusta hacer rutas como ésta.
V.: El Camino del Cid es ideal para conocer sitios. Ves pueblos por los que en tu vida pasarías si no fuera porque forman parte del Camino del Cid
Hay tramos que son muy... "moteros"
A.: Sí, como el anillo de Morella, en Castellón. Está pensado para un motero pero para uno al que le gusten las curvas. Llegas a Castellón curva tras curva.
V.: Además en tan bonito que merece la pena recorrerlo.
Hay gente que comenta que, incluso, hay alguna carretera del Camino del Cid que es realmente bonita... Si me permitís la valoración personal - y desde el más absoluto desconocimiento - nunca me había planteado la belleza de una carretera...
V.: Efectivamente es así. Cuando vas en moto percibes los paisajes de otra forma, percibes los olores... ¡todo!.
A.: Lo que en coche es un problema, en tu moto se convierte en una auténtica gozada.
Aunque llevabais poco equipaje, el salvoconducto que no falte...
A.: Con el salvoconducto te terminas picando...
V.: Además hay sellos muy trabajados.
A.: Terminas entrando en una dinámica muy curiosa. Llegas a un pueblo, te apetece conocer el lugar y ya que has llegado hasta allí quieres tener el sello.
¿Os encontrasteis con algún problema para conseguir los sellos?
A.: Sí, con alguno. Fundamentalmente por el tema de los horarios. Hubo un pueblo en el que el ayuntamiento estaba cerrado, fuimos a un bar y allí nos dieron el teléfono del Teniente de alcalde. Al final le llamamos y conseguimos el sello.
V.: También hubo otro pueblo en el que tuvimos que ir a buscar al secretario al bar...
Mejor no os pregunto por el pueblo del secretario no vaya a ser que le metamos en algún problema...
V.: ¡No!, (risas). Nosotros salíamos muy pronto, eran ayuntamientos muy pequeños y el secretario estaba desayunando.
Supongo que tendréis mil anécdotas que contar pero, puestos a elegir, ¿con qué lugar del Camino del Cid os quedáis?
V.: Con las provincias de Soria y Teruel. También con el Anillo de Morella, en Castellón.
A.: A mí me gustó mucho Albarracín (Teruel) y, para todo aquel al que le gusten los castillos le recomendaría que recorra la comunidad valenciana. Se pueden hartar de ver castillos
¿Os gustaría volver a alguna de las poblaciones que habéis visitado?
V.: Yo volvería a recorrer toda la provincia de Soria. Todos los lugares... los olores de la mañana....Los amaneceres tenían un olor especial. Me llamaron mucho la atención las atalayas de Soria, no las había visto en mi vida ¡y toda la provincia está llena!
¿Cómo os recibía la gente que os ibais encontrando en el Camino?
V.: En moto las cosas son diferentes. Todo el mundo nos preguntaba desde dónde habíamos llegado. La gente, en general, era muy amable y nos decía qué lugares no nos debíamos perder.
¿Y en las oficinas de turismo encontrabais la información que buscabais?
V.: La gente era muy amable, estaban muy dispuestos a explicarte todo.
A.: En San Esteban de Gormaz fueron especialmente amables. También tenemos muy buen recuerdo de los lugares en los que dormimos.
Para hacer vuestro viaje ¿os documentasteis sobre la figura del Cid?
V.: A Alfredo le gusta mucho. Nos llevamos el Cantar de mío Cid para leer qué ponía sobre las localidades que visitábamos. Al final no nos hizo falta ya que en la mayor parte de los pueblos podíamos leer la relación existente entre el municipio y el Cid. En la mayoría, incluso, venía reflejado el verso del Cantar en el que aparecía citada la localidad.
¿Os habéis propuesto hacer otro viaje en moto?
A.: Íbamos a ir a Venecia.
¿Y os atrae alguna otra ruta "nacional"?
V.: Sí aunque hemos empezado tarde con esto de la moto. Hay gente que en vacaciones quiere parar. A nosotros no nos gusta frenar. Necesitamos actividad para desconectar, para olvidar completamente lo que has hecho a lo largo del año.
Por último... creo que vuestra última parada no fue, precisamente, el último punto del Camino del Cid (Orihuela)
V.: No (risas). Terminamos en Vivar del Cid, en lo que se considera el inicio del Camino. Decidimos concluir nuestro viaje en la legua Cero.