Vicente Orden Vigara: "Al Camino del Cid no hay quien lo pare
A principios del siglo XX, el filólogo e historiador Ramón Menéndez Pidal y su mujer, María Goyri, recorrieron las rutas castellanas descritas en el Cantar de Mío Cid siguiendo las huellas del caballero medieval. Se convirtieron así en los primeros viajeros contemporáneos del Camino del Cid. Desde entonces, y a lo largo del siglo XX, han sido miles de personas las que, con mayor o menor fidelidad, han recorrido las rutas cidianas basadas en el Cantar. Hace ya 14 años - en 1996 - la Diputación Provincial de Burgos lanzó la idea de habilitar un camino cultural y turístico que uniera Vivar del Cid con San Pedro de Cardeña, a través de la ciudad de Burgos, siguiendo la narración del Poema. Este itinerario, en origen de 18 kilómetros, es el germen del Camino actual, que cuenta con más de 2.000 kilómetros de recorrido. Vicente Orden Vigara lideró los primeros trabajos que se realizaron en torno al Camino del Cid.
El proyecto nació con la intención de cubrir aproximadamente veinte kilómetros y ahora, el Camino del Cid suma prácticamente 2.000... ¿esperaba que la ruta iba a alcanzar esas dimensiones?
Cuando empezamos a pensar en el proyecto era, de partida, una idea casi romántica. Eso sí, estábamos convencidos de que en el Camino del Cid merecía la pena. Pensábamos que, junto al plano histórico, había multitud de recursos turísticos, patrimoniales... que había que explotar. En aquel momento, Jesús Berzosa - un hombre con las ideas muy claras de qué era lo que había que hacer - estaba al frente de la Comisión de Cultura de la Diputación Provincial de Burgos. Nos pusimos a pensar y solicitamos un estudio histórico al Padre Gonzalo Martínez Díez - Jesuita -. A partir de ahí, nos pusimos a trabajar.
Conscientes del interés que generaba el proyecto burgalés, la Diputación Provincial de Soria se sumó a la iniciativa. Posteriormente, en sesión celebrada en Guadalajara, esta Diputación se unió a las de Burgos y Soria, y desde allí se invitó al resto de Diputaciones que actualmente integran el Consorcio Camino del Cid (Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante) a formar parte del proyecto, ¿cómo recuerda esos inicios?
Las relaciones con todas las diputaciones eran cordiales y la idea, en principio, no pareció mal. Sí es cierto que encontramos algunas dificultades ya que cada diputación tenía un signo político diferente. Sin embargo, había una cosa que desde el primer momento nos unió: la idea de hacer algo en conjunto que pusiera en valor histórico y, al mismo tiempo, turístico todo lo que afortunadamente hoy es el Camino del Cid. Tuvimos una serie de contactos, celebramos una serie de reuniones en Burgos y hablamos con las comunidades autónomas.
¿Cómo acogieron la idea?
Inicialmente, se mostraron recelosas. Yo creo que no creían mucho en la fuerza que hoy en día tiene el Camino del Cid. Al final pienso que, aunque cediendo todos un poco, el Camino del Cid se convirtió en una realidad.
Y, finalmente, se materializó el proyecto...
Fruto de estos contactos, decidimos crear un consorcio del que formaran parte las ocho diputaciones provinciales. Acordamos ubicar la sede en Burgos. Conscientes de las múltiples obligaciones que tenemos todas las diputaciones provinciales decidimos crear la figura de un gerente que coordinara el proyecto. A partir de ahí hicimos una especie de juramento en el Monasterio de San Pedro de Cardeña, era el sitio ideal por todo el significado y la relación que guarda con la figura del Cid. Ese fue el comienzo de lo que iba a ser y actualmente es el Camino del Cid.
Al ubicar la sede del Consorcio Camino del Cid en Burgos, el resto de diputaciones podían sentirse al margen de la ruta...
No, ya que nosotros no queríamos ningún protagonismo. Una vez que estuvo en funcionamiento, se estimó que la mejor manera de coordinarlo es que todos nos implicáramos y que la presidencia del Camino fuera rotatoria y anual. Esto fue lo que dio mayor credibilidad a todo y así logramos todos implicarnos de una manera más directa. Sí es cierto que a algunas diputaciones les está costando entrar pero creo que con el empuje de todos, el Camino del Cid llegará a ser lo que todos aspiramos: un camino que se pueda recorrer y que cree satisfacciones no sólo en el campo turístico sino también científico. Queremos que se de a conocer en todo el mundo y que todo el mundo sepa lo que realmente significa el Camino del Cid. Yo creo que todavía no es el Camino de Santiago pero aspiramos a que un día pueda ser y tenga la misma importancia y la misma trascendencia que el Camino de Santiago.
Llama la atención que ocho diputaciones, cada una de ellas de un color político diferente, con unos intereses provinciales propios, estén unidas en torno al mismo proyecto ¿esto es un valor añadido, un punto a favor de la ruta?
Sí, nos une más en torno a la idea de la promoción y del desarrollo científico e histórico del Cid. Si hubiesen pesado más las ideas políticas posiblemente a estas alturas el Camino del Cid no hubiera existido. Fuimos lo suficientemente inteligentes para poder aparcar aquellas cosas que nos hubieran podido separar políticamente y, puesto en la balanza, era muchísimo más lo que nos unía que lo que nos separaba. Creo que lo vimos con claridad desde el principio. Desde un primer momento nos pusimos a trabajar juntas aunque es lo que siempre hemos hecho las diputaciones. Creo que, en estos momentos, somos una pieza muy importante en la unidad de España y, en relación con el Camino del Cid, creo sinceramente, que así lo vieron las comunidades autónomas. No obstante, soy de la opinión que hace falta que las comunidades autónomas se impliquen un poquito más con el Camino. Al Camino de Cid, hoy por hoy, no hay quien lo pare, está bastante bien diseñado y una vez que se termine la señalización en toda la ruta creo que nos dará satisfacciones a todas las provincias que, en estos momentos, estamos integradas.
La Diputación de Burgos acaba de asumir la presidencia del Patronato Provincial de Turismo. Son muchas las bazas por las que va apostar, entre ellas, el Camino del Cid. Sin embargo los recursos turísticos de la provincia de Burgos son muchos y algo similar ocurre en el resto de provincias ¿hay sitio para todos y para todo?
Sí, yo creo que sí. El Camino del Cid es suficientemente amplio y el público que puede recorrerlo también.
¿Considera que la figura del Cid es el burgalés más universal? ¿Cree que ya se han superado determinados complejos que, en ocasiones, han existido en torno al personaje?
Independientemente de los detractores que siempre ha habido, la figura del Campeador el Cid es un personaje universal y de alguna manera los historiadores ahí están para demostrarlo. Además, creo que la labor que están haciendo las ocho provincias en torno al Camino del Cid están contribuyendo a destacar un poquito más al personaje. Si es así, bienvenido sea. Lo que sí es cierto es que cuando se habla de Burgos fuera de nuestra provincia es inevitable pensar en la catedral, en los Jueces de Castilla y, cómo no, en la figura del Cid. Burgos - y que me perdonen los compañeros del resto de diputaciones - goza de una serie de privilegios entre las que, además, cabe destacar la hospitalidad de nuestras gentes, de nuestros alcaldes, alcaldesas, de nuestros concejales... supongo que el resto de diputaciones provinciales pensarán lo mismo que yo pero, eso sí, la figura del Cid es incomparable cuando se habla de fuera de España. Esa nadie nos la puede arrebatar.
A aquellas personas que van a recorrer el Camino del Cid ¿qué consejo le daría?
Lo que tienen que hacer es bien equipados y bien informados. Que pidan la información bien al Consorcio Camino del Cid - en el Monasterio de San Agustín, en Burgos - o a cualquiera de las ocho diputaciones que integran el Consorcio. Creo que merece la pena, en Burgos, a través del departamento de Cultura o en la página web del Camino del Cid (www.caminodelcid.org) pueden obtener toda la información necesaria para hacer el Camino. A los viajeros que estén interesados en la ruta, también les diría que si no pueden recorrerlo en su totalidad que lo hagan por tramos o por etapas. Yo animaría, especialmente, a los chavales de los colegios. La mejor manera de conocer al Cid y al Cantar es pateándose el Camino y recorriéndolo porque yo creo que merece la pena. Los chavales pueden ir acompañados de los padres, ir con los colegios... De todas formas, a todo aquel que quiera realizarlo y, una vez vencidas las dificultades que hemos tenido sobretodo en cuanto a la señalización se refiere, le diriía que, sobretodo,lo disfrute.
Por último, ¿qué lugar, punto, población cree que no deberían perderse?
Ninguno, desde la legua cero (inicio del Camino, en la localidad burgalesa de Vivar del Cid) hasta el último rincón, todo el Camino del Cid merece ser recorrido.