El Cid en Valencia: en defensa de la literatura
Alberto Luque Cortina
La Diputacin de Valencia acaba de sealizar 180 km de rutas de senderistas del Camino del Cid en la provincia. Aunque ya exista desde hace aos una sealizacin provisional, se trata de una actuacin muy ambiciosa que sin duda va a ayudar a la dinamizacin de este itinerario.
La verdad es que el Cid no se entiende sin Valencia. En el siglo XI, la taifa de Valencia era un principado islmico muy rico pero igualmente inestable, y por ello codiciado por todos los reyes y prncipes vecinos, cristianos o musulmanes. El Cid aprovech esta situacin para jugar su propia partida, y ganarla, en un tablero de ajedrez geoestratgico muy complicado.
Antes de conquistar Valencia el Cid gozaba de un gran prestigio
gracias a sus xitos diplomticos y militares
al servicio de los reyes musulmanes de Zaragoza
La conquista de Valencia se produjo en junio de 1094, tras un dursimo asedio. Aunque el Cid ya era conocido en la frontera, pues haba alcanzado un gran prestigio tras sus aos al servicio de los reyes musulmanes de Zaragoza, la conquista de la ciudad le lanz a un estrellato que an no se ha apagado.
No sabemos qu habra pasado si Diego, el hijo del Cid y su heredero natural, hubiera sobrevivido a la batalla de Consuegra (Toledo), donde falleci en 1097 luchando a las rdenes de Alfonso VI, o cul habra sido el destino de estos territorios si el propio Rodrigo, que firmaba como Prncipe de Valencia, no hubiera muerto en 1099 (en Valencia, claro), apenas pasada la cincuentena. Lo cierto es que a su muerte su esposa Jimena qued al mando de la ciudad e, incapaz de resistir al empuje de los almorvides (tribus bereberes procedentes del norte de frica), tuvo que abandonarla en 1102.
El Cantar me recuerda a esas pelculas de Hollywood
donde se advierte en el inicio: "basada en hechos reales"
Visto as, qu huella qued del Cid en Valencia? Por qu se le recuerda an? Hay muchos factores que juegan a favor de su memoria, algunos histricos y otros literarios, entre los que destaca el Cantar de mo Cid, el gran poema medieval hispnico escrito un siglo despus de su muerte, y que narra las aventuras del Cid en el destierro. El Cantar me recuerda a esas grandes producciones picas cinematogrficas que, en los primeros fotogramas, anuncian: "Esta pelcula est basada en hechos reales", como si esa base histrica aportara un valor aadido a lo que en general es un culebrn de pasiones y venganzas; y eso es, tambin aunque no exclusivamente, el Cantar de mo Cid: una historia de aventuras, traiciones, amores, afrentas y desgracias con final feliz. Vamos, lo que nos viene gustando desde, pongamos, los tiempos de La Odisea.
Este poema, que no llega a los 4.000 versos, lejos de desaparecer en el tiempo, dio lugar, siguiendo con el argot cinematogrfico, a numerosos remakes, a secuelas y precuelas, e incluso a notables spin-off, y traspas nuestras fronteras, vaya que s: del Cid, de sus desgracias y de sus amores con Jimena se han escrito, aqu y en el extranjero, incontables novelas, obras de teatro, poemas, cmics, pelculas, peras... que han hecho de Rodrigo, sin duda, y esto es importante, el personaje medieval espaol ms conocido fuera de nuestras fronteras. Por qu no utilizarlo como tarjeta de visita para dar a conocer nuestros increbles territorios, especialmente entre el turista extranjero deseoso de sumergirse en nuestro patrimonio e historia, o entre los aficionados al senderismo y al cicloturismo?
Nunca desconfiis del poder de los libros
Y aunque el Cid es, en efecto, un personaje histrico, volvamos por un momento a la literatura. No despreciemos su poder. Joyce construy sobre la ciudad de Dubln la ciudad del Ulises, que atrae a miles de turistas todos los aos, y lo mismo sucede con la Pamplona de Hemingway, el Pars de Cortzar, la Alejandra de Kavafis, el Trieste de Magris, la Venecia de Thomas Mann... Muchos de quienes han estado en estos sitios los han conocido antes a travs de la literatura y ha sido esta la que les ha arrastrado hacia all. Lo mismo sucede con el Cantar de mo Cid, que narra un viaje por los territorios fronterizos de nuestra Edad Media.
Quien no me crea puede preguntarle a los habitantes de Vivar del Cid, que ven llegar a viajeros de todo el mundo (europeos, desde luego, pero tambin japoneses, australianos...); algunos de ellos, incluso, recogen tierra o piedras de sus calles como recuerdo, porque no sienten que estn simplemente en un pequeo pueblo castellano, sino en un lugar mtico, un lugar que antes han imaginado gracias a la literatura, y esto les produce la misma emocin que si estuvieran en las calles arenosas de Tombuct, o en el Camelot del rey Arturo, en el caso de que pudieran hallar su ubicacin.
Lo que ms me gusta del Camino del Cid
es que dignifica a los pueblos pequeos
Siempre decimos que el Camino del Cid es un itinerario esencialmente rural, y lo es, pero lo que ms me gusta de este camino es que dignifica a los pueblos pequeos, tan pequeos como Navapalos, en Soria, que tiene un solo habitante, o Alcocer, en Zaragoza, abandonado hace mucho tiempo... todos estos lugares, y sus paisajes, cobran vida cada vez que alguien, en cualquier parte del mundo y en cualquier idioma, lee el Cantar de mo Cid.
Curiosamente, el Camino del Cid sigue un proceso inverso al del Cantar: el camino, aunque "est basado en hechos literarios", discurre por "lugares reales" vinculados histricamente al Cid y, por extensin, a los agitados, singulares, muy atractivos y desgraciadamente poco conocidos, siglos XI-XIII hispnicos. El caso de la provincia de Valencia es muy rico en ejemplos. Los tramos senderistas ahora sealizados como GR se encuentran dentro de las rutas La Conquista de Valencia y La Defensa del Sur, esta segunda con un peso ms histrico que literario. Patrimonios de la Humanidad, pueblos singulares, castillos y fortalezas, paisajes de montaa, huertas y albuferas, nos esperan para rememorar, una vez ms, uno de los pasajes ms intensos de nuestra historia medieval.
Un consejo: si te pones en ruta, ya vayas andando, en bici o en coche, no te olvides pedir en cualquiera de nuestras Oficinas de Turismo el Salvoconducto y nuestros folletos divulgativos.
Felices lecturas. Nos vemos caminando.