Nos encontramos a los pies de la Sierra del Tabayá, una discreta alineación montañosa de apenas 400 metros de altitud que actúa de barrera entre la Depresión de Elche y la extensa llanura del valle medio del Vinalopó de la que obtenemos unas vistas privilegiadas. En el horizonte se extiende un extenso vergel verde de campos cultivados que contrasta con la blancura de los suelos de naturaleza calcárea que acentúa la sensación de aridez. Las exiguas aguas del río Vinalopó posibilitan la transformación de estos paisajes en fértiles viñedos de uva de mesa embolsada cuya fama transciende fronteras y que con mucha seguridad habrás comido en muchas ocasiones, ya que forman parte de la centenaria tradición de tomar las 12 uvas de la suerte a final de año.
Al fondo, la mole de la Sierra del Cid coronada por los 1.147 metros del pico de la Silla del Cid domina buena parte del valle del Vinalopó. La naturaleza caliza del valle ha servido para dinamizar su economía como se aprecia al visitar cualquiera de las poblaciones del entorno y que le ha valido el sobrenombre de “corredor del mármol”, ya que desde allí se extrae y transforma cerca del 60% de la producción nacional.
- Acceso con vehículos: en un collado del tramo del Camino del Cid senderista y Btt entre Monforte del Cid y Elche. Accedemos al punto por un camino de tierra arenoso pero accesible para todo tipo de vehículos, a 1,5 km desde el cruce con la carretera CV-847.
- Accesible a personas con movilidad reducida: no cuenta con infraestructuras adaptadas para personas con movilidad reducida.
- Figura de protección: no forman parte de ningún Espacio Natural Protegido.
- Temporalidad: el paisaje de los viñedos adquiere su mayor colorido a principios del verano y con la caída de la hoja en otoño.
- Recomendaciones, qué ver o hacer: resulta interesante continuar el recorrido dirección a Elche por la Sierra de Tabayá para descubrir la evolución de los paisajes. La sierra nos depara una sorpresa para los amantes de lo bizarro; el Cau de Elche, un llamativo conjunto escultórico de “art brut” (término académico para designar este tipo de actuaciones al margen de lo académico o los circuitos artísticos) realizado por Mariano Ros, zapatero jubilado que durante casi diez años embarcó a sus amigos para crear este espacio que seguro que no te dejará indiferente. Se accede desde el Camino del Cid, desviándose tan sólo unos 500 m, por un camino asfaltado y un breve sendero señalizado en precario.
Rev. PAB: 12.04.22