Espectacular y llamativo palacio gótico renacentista construido a finales del siglo XV, reformado apenas cien años después y parcialmente destruido durante la Guerra Civil. A pesar de los numerosos cambios y restauraciones, el edificio que contemplamos en la actualidad conserva la capacidad de impacto que tuvo quinientos años atrás. El palacete es, ante todo, un juego de contrastes arquitectónicos entre los prodigios del gótico europeo, los del renacimiento y las inserciones de arte islámico que introdujeron los canteros árabes que tomaron parte en la obra. El edificio fue promovido por el duque Iñigo de Mendoza como muestra del poder de su familia.
Destaca su fachada de piedra caliza traída desde las canteras de Tamajón (a 50 km de Guadalajara) con las puntas de diamante características, la galería superior y la puerta principal. En el interior, la joya es el Patio de los Leones, con un extraordinario trabajo escultórico en el que animales, grifos, blasones y pajes parecen tener vida propia. El patio cuenta con dos galerías formadas por arcos rebajados en las que se reparten los diferentes temas escultóricos.
La mayoría de su decoración interior desapareció durante el incendio de la Guerra Civil,, aunque todavía pueden apreciarse algunos de los artesonados que decoraron los techos del edificio o los frescos del siglo XVI repartidos por las diferentes salas.
Visita: Con entrada, consultar horarios y precios en el Palacio del Infantado.
Rev. PAB: 18.09.17