El castillo de Pelegrina fue construido tras la conquista cristiana de Sigüenza en 1124 a los musulmanes como segunda vivienda y lugar de recreo para los obispos seguntinos. El pueblo de Pelegrina nació a su sombra. Aunque sus formas arquitectónicas son eminentemente defensivas, no tuvo una importancia estratégica decisiva sufrió diversos avatares históricos que precipitaron su actual estado ruinoso: el saqueo y destrucción en 1710 por las tropas en retirada del archiduque Carlos, y en 1811 por las tropas napoleónicas.
El castillo se encarama en un alto muy próximo a los cortados que perfilan el impresionante meandro del río Dulce. Se trata de un castillo roquero, de planta alargada, poligonal, adaptada a la superficie del terreno, esquinado por fuertes torreones cilíndricos. Su estado es ruinoso, su silueta al atardecer ofrece una estampa muy sugestiva.
ALC: 24.10.18