Villena (Alicante)
Villena, o Belliana según aparece en la biografía más antigua sobre el Cid -la Estoria Roderici-, es la capital del Alto Vinapoló. Según los estudiosos, en 1088 el rey Alfonso VI pidió infructuosamente al Cid que le esperara en los alrededores de esta ciudad para unirse a las tropas reales y levantar el cerco almorávide sobre el castillo de Aledo, en posesión de los castellanos.
El desencuentro entre el rey y su vasallo propició un segundo y mucho más duro destierro que el sufrido en 1081. Este destierro puso al Cid contra las cuerdas. Abandonado por muchos de sus hombres y sin apoyos castellanos se vio obligado a superar difíciles pruebas, que le llevarían a conquistar, cinco años más tarde, la ciudad de Valencia. Así que de alguna manera puede decirse que esa historia comienza... en Villena.
En 1240 la ciudad fue conquistada por los cristianos para la Corona de Aragón, bajo el reinado de Jaime I.
Qué ver y hacer en Villena
Villena se encuentra rodeada por sierras. Una de ellas, la Sierra de Salinas, acoge un interesante bosque mediterráneo con predominio del pinar y la carrasca. Coronando la sierra de la Villa, sobre un roquedo calizo, están los vestigios del castillo de Salvatierra, una de las fortalezas de la ciudad. Pero sin duda, lo que más llama la atención al viajero son sus viñedos. Villena es uno de los puntos neurálgicos de la Denominación de Origen de Alicante. Su variedad predominante es la uva Monastrell, origen de un vino histórico y único: el Fondillón.
Hablar de Villena es hablar de la "historia de dos ciudades": el barrio del Rabal y la Ciudad. El primero nace a los pies del castillo. En el siglo XIV, el barrio quedó fuera de las murallas para alojar a la población morisca y aún conserva el trazado laberíntico de esa época. La Ciudad era la parte intramuros, la cristiana. Ambas realidades confluían en la Plaza Mayor, cordón umbilical de Villena. Desde la plaza se ve la iglesia de Santa María, construida sobre la antigua Mezquita Mayor. Las peculiaridades de su casco antiguo le valieron la declaración de conjunto histórico - artístico.
A menos de 200 metros de la Plaza Mayor está la plaza de Santiago, donde se encuentran el Ayuntamiento, la Oficina de Turismo y el Museo Festero. Las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena están declaradas de interés turístico. Vale la pena entrar en el museo porque ayuda a comprender la particularísima idiosincrasia de estas fiestas y de sus habitantes.
Muy cerca, con su característica estampa, se encuentra la la iglesia arcedianal de Santiago (siglos XIV-XVI), uno de los conjuntos gótico renacentistas más importantes de la Comunidad Valenciana: la fachada sobria es renacentista. En su interior pueden verse las 12 columnas "torsas" o helicoidales características de la Lonja de Valencia y atribuidas al gótico catalán.
La ascensión al castillo nos empuja hacia el popular barrio del Rabal, con sus calles tortuosas y alambicadas, genuinamente árabes, que ha sufrido periodos de marginación y que hoy resurge gracias al empuje de sus habitantes y, en concreto, de su Asociación de Vecinos, con actividades como Las Fiestas del Medievo, que narran la historia del barrio y el paso de personajes como el Cid o los Reyes Católicos, y que en 2018 merecieron el premio Álvar Fáñez.
El castillo, otro de los símbolos de la ciudad, es también el gran protagonista de estas fiestas. Construido en el siglo XII conserva algunos elementos constructivos almohades, como los tapiales, pero su aspecto predominante corresponde a los XIV y XV. Aquí vivió la hija de Jaime II, Constanza, segunda esposa de Don Juan Manuel (XIV), autor del clásico El Conde Lucanor y príncipe de Villena, y a quién desposó cuando ella tenía 12 años (él, 29). En el siglo XV el castillo perteneció a la familia Pacheco hasta que fue conquistado por los Reyes Católicos.
Junto al castillo hay una Oficina de Turismo que sirve también de pequeño centro interpretativo de la fortaleza. En su interior puede verse una réplica parcial del Tesoro de Villena, una colección increíble de cuencos, anillos, brazaletes, etc. de la Edad del Bronce fabricadas con oro, plata y otros metales. Con más de 3.000 años de antigüedad, es uno de los tesoros prehistóricos más importantes de Europa. Su hallazgo en una rambla parece ligado al cercano yacimiento arqueológico de Cabezo Redondo, de la misma época y vinculado a la cultura argárica. El Tesoro se encuentra en el Museo Arqueológico, un museo realmente espectacular de visita más que recomendable, que desgraciadamente se encuentra cerrado (julio 2021) en tanto se realizan las obras de acondicionamiento de las nuevas instalaciones donde será ubicado.
Villena es también la patria chica del maestro Ruperto Chapí (1851-1909), autor de La Revoltosa, célebre músico y (con más de 150 zarzuelas, óperas y operetas), prolífico compositor del que los villenenses se sienten muy orgullosos.
Además, no te puedes perder...
- El Fondillón. Los amantes del vino tiene una razón para acercarse a Villena, ya que varias bodegas con DO Alicante producen allí el Fondillón. En el siglo XVIII era uno de los vinos más prestigiosos de Europa, un vino de reyes, y es citado por escritores como Shakespeare, Dumas o Dostoievski. Se trata de un vino tinto dulce hecho con uvas Monastrell muy maduras, cultivadas en la zona de Alicante. Ha de tener como mínimo un 16% de volumen de alcohol; a diferencia del Jerez y del Oporto, que se fortifican añadiéndoles alcohol, el fondillón se consigue por el alto nivel natural de azúcar de la uva.
- Para los más madrileños, muy cerca de la Iglesia de Santiago hay un pequeño museo dedicado a la figura del escultor Navarro Santafé, cuyo nombre pasará desapercibido para muchos, pero no su obra. Ya que fue el autor de la reconocible escultura del oso y el madroño de la Puerta del Sol de Madrid.
Información práctica
- Ayuntamiento: Plaza Santiago, 2 (03400)
- Teléfono: 965 801 150
- Correo electrónico: 1067@villena.es
- Web: www.villena.es
- Habitantes: 31682
- Altitud: 505 m.