Pasar al contenido principal

Daroca (Zaragoza)

  • Daroca, Zaragoza /  Julio E. Fóster
  • Daroca, Zaragoza.
  • Daroca, Zaragoza. Julio E. Foster.
  • Fuente de los Veinte Caños.  Daroca, Zaragoza / ALC
  • Plaza de Santiago y calle Gragera. Daroca, Zaragoza / ALC
  • Calles y comercios de Daroca, Zaragoza / ALC
  • Murallas de Daroca, Zaragoza / ALC
  • Paisaje de Daroca, Zaragoza / ALC
  • Daroca, Zaragoza / ALC
  • Puerta Baja. Daroca, Zaragoza / ALC
  • Daroca, Zaragoza / ALC
  • Panorámica de Daroca, Zaragoza / ALC
  • Daroca, Zaragoza / ALC
  • Torres y murallas de Daroca, Zaragoza / ALC


Puso tributo a Daroca antes

luego a Molina, que está por la otra parte,
la tercera a Teruel, que está más adelante...
Versos 866 y ss. CMC

Las imponentes murallas de Daroca dan una idea aproximada de la ciudad medieval que fundaron, con el nombre de Daruqa, árabes del Yemen en el siglo VIII. La Daroca musulmana formó parte durante el Califato de la Marca Superior de Al-Andalus y, tras la desmembración del mismo, en el primer tercio del siglo XI, de la Taifa de Zaragoza.

El Cid histórico fue, a finales del siglo XI, una pieza importante en el tablero geopolí­tico del Levante español, lo que le llevó, en el año 1090, a luchar contra las tropas del conde catalán Berenguer Ramón II y del rey de la taifa de Lérida, Al Hayib, a quienes derrotó en la batalla del Pinar de Tévar, un paraje situado al norte de Castellón.

Tras esta batalla y con el fin de consolidar sus inestables lazos con Al Mustaín, prí­ncipe de la taifa de Zaragoza, el Cid, herido en la batalla, se detuvo en Daroca, donde acampó durante muchos dí­as, ya que según la Historia Roderici, habí­a allí­ gran cantidad de víveres y ganado.

Fue precisamente en Daroca donde, días después, el conde catalán y el Cid firmaron un acuerdo por el que Berenguer Ramón cedí­a en favor del Cid el protectorado, incluidas las parias, que ejercía sobre los reinos de Al Hayib: Lérida, Tortosa y Denia.

En el Cantar de mio Cid  Daroca es una de las poblaciones zaragozanas a las que Rodrigo cobra tributo.

 

Qué ver y hacer en Daroca

La primera visión de Daroca es una de las impresiones más sugerentes del Camino del Cid. Encajada entre dos altos cerros, las murallas, torres y tejados de la ciudad hacen retroceder al viajero a épocas lejanas. Tras una cierta capa de inexplicable olvido, el paseo por sus muchas calles, pasadizos y rincones puede proporcionar al viajero numerosas satisfacciones.

De trazado inequívocamente islámico, con la conquista cristiana se convirtió en una plaza de gran interés estratégico y llegó a tener  tres castillos unidos mediante un sistema de murallas de casi cuatro kilómetros de longitud. Aún conserva numerosas torres y restos de murallas de tapial construidas con arcilla, lo que al atardecer proporciona a los muros un característico color rojizo.

Daroca es una ciudad monumental con un buen número de iglesias, palacios y conventos. Nuestra visita comienza en la Puerta Alta, una de las entradas principales a la ciudad amurallada. Es aquí donde empieza la calle Mayor,  una vía de 700 metros de longitud que atraviesa la ciudad de Este, por la Puerta Alta, a Oeste, donde se encuentra la Puerta Baja, que encamina al viajero a Molina de Aragón por Gallocanta.

Nada más cruzar la puerta Alta nos encontraremos, a la derecha, con la antigua judería, casi tan antigua como la propia ciudad. Es en este lado donde se encuentran la mayor parte de los edificios religiosos de Daroca, como la iglesia de San Juan de la Cuesta o la de Santo Domingo de Silos: ambas conservan elementos románicos, góticos y mudéjares de interés.

Quizá el templo más llamativo, más netamente románico en su expresión externa, sea la iglesia de San Miguel, del siglo XII. En su ábside pueden verse unas interesantes pinturas góticas realizadas al temple en el siglo XIV; la escena representa la Coronación de la Virgen Marí­a rodeada de ángeles que tocan instrumentos musicales de la época.

Aún así, la iglesia más emblemática de Daroca es la Basílica de Santa Marí­a de los Corporales, posiblemente levantada sobre la antigua mezquita Mayor. La iglesia conserva dos ábsides del templo románico original, pero su función como custodia del milagroso paño de los Sagrados Corporales (siglo XIII) propició su ampliación monumental a lo largo de los siglos, hasta convertirse en un mosaico de estilos -gótico, renacentista, y barroco-. La riqueza arquitectónica, pictórica y escultórica de su interior hacen de esta una visita muy recomendable para los aficionados al arte.

Nuestro paseo finaliza en la Puerta Baja, un interesante ejemplo de arquitectura gótica. Pegada a la muralla, intramuros, a la izquierda de la calle Mayor, se encontraba el barrio de la morería, que tenía su propia salida a los arrabales de la ciudad a través del portal de Valencia.

Extramuros, en el paseo que se abre desde la Puerta Baja y la Fuente de los veinte caños, y que nos conduce a Gallocanta, se encuentra la iglesia de la Santísima Trinidad del Convento de los Trinitarios, predominantemente barroco, aunque con algunos elementos gótico-mudéjares que recuerdan que en ese lugar, según la tradición, se desplomó la mula que portaba los Sagrados Corporales.

Para los aficionados a la ingenierí­a civil, es muy interesante la visita a la Mina, una de las obras hidráulicas más destacables del siglo XVI, y cuya finalidad era desviar las aguas torrenciales y evitar las inundaciones en la ciudad, para lo cual se perforó en la roca del cerro de San Jorge un túnel de 600 metros. La entrada está situada en los alrededores de la Puerta Alta.

 

Además, no puedes perderte...

  • La ruta del castillo y las murallas. Desde la Puerta Alta se inicia una ruta por siete siglos de la ciudad: el Castillo Mayor, las torres de nombres variopintos -de la Sisa, del Cuervo o el Jaque, de las Cinco Esquinas,  de San Cristóbal, de San Valero o de los Tres Guitarros, del Águila, de los Huevos, del Caballero de la Espuela-, o las puertas -del Arrabal, de Valencia, Alta y Baja- son algunos de los hitos de esta ruta perimetral de la ciudad, desde algunos de cuyos enclaves se ofrecen las mejores vistas de la ciudad. ¡Muy interesante!
  • El paseo por sus calles. Iglesias, palacios como el de Los Luna, casas blasonadas, fuentes, comercios antiguos... Daroca parece en algunos aspectos una ciudad dormida, lo que permite al viajero perderse por sus calles y pasadizos, a veces laberínticos, y descubrir rincones muy curiosos. Más allá de sus murallas, torres e iglesias, buena parte del secreto de Daroca está aquí.
  • Como probablemente la visita a Daroca te lleve a comer en la ciudad, si no a dormir, te recomendamos que pruebes algunos de sus postres de origen mudéjar, una dulce huella gastronómica de su pasado islámico. Daroca es conocida por este tipo de repostería; te sugerimos las trenzas mudéjares o las almojábanas.

 

Cómo llegar... y volver

Puedes desplazarte desde Daroca en autobús tanto a Zaragoza como a Teruel.

  • La compañía Ágreda realiza el trayecto Daroca-Zaragoza y Zaragoza-Daroca todos los días de la semana. Puedes consultar los horarios contactando con la Estación de Autobuses de Zaragoza a través del número de teléfono 976 700 599. Transportan bicicletas (sin coste añadido) siempre y cuando la bici esté debidamente embalada. 
  • La compañía Jiménez realiza el trayecto Zaragoza-Teruel, aunque no viaja todos los días de la semana. El autobús no entra en la localidad. Recoge y deja a los viajeros en el Hostal Legido, a dos minutos de la Puerta Alta (en la carretera Ctra. Sagunto-Burgos, Km. 220). La compañía sí permite transportar bicicletas aunque tienes que desmontar la rueda delantera y llevarla en una funda. Al precio del billete tendrás que añadir el coste de medio billete más. Permiten un máximo de 3 bicicletas por autobús por lo que te aconsejamos llamar con antelación al número de teléfono 902 202 787 donde también podrás consultar los horarios de esta línea.

 

Información práctica

  • Ayuntamiento: Plaza de España, 6 (50360)
  • Teléfono: 976 800 312
  • Correo electrónico: info@daroca.es
  • Web: www.daroca.es
  • Habitantes: 1903
  • Altitud: 797 m.

Compartir