Culla (Castellón)
No hay constancia de que el Cid estuviera en Culla, aunque no es improbable que así fuera. En el año 1091 el Cid viajó pora la zona de Morella, zona que conocía bastante bien, pues ya había realizado varias razzias por la comarca en 1083 y 1084. Poco después un destacamento de 40 caballeros aragoneses viajó a Valencia por orden del rey Sancho Ramírez para unirse al Cid. Sabemos que en 1093 Culla estaba bajo la esfera del pujante reino aragonés, ¿es posible que ya lo estuviera en 1091? En ese caso, quizá el Cid pasó por Culla.
En realidad, este hecho no es importante en sí, pero ilustra la realidad del territorio del Maestrazgo a finales del siglo XI, una tierra agreste, poco poblada, por la que competían, por razones estratégicas, el naciente reino cristiano de Aragón y la taifa musulmana de Lérida y Tortosa. A finales del siglo XI, y desde 1094, siendo rey Pedro I, aliado del Cid, Culla formaba parte de las puntas de lanza aragonesas hacia el Mediterráneo. Existe constancia de que Culla fue un puesto de avanzada aragonés durante el siglo XII, si bien pasó a manos almorávides en 1128.
La definitiva anexión de Culla a la Corona de Aragón tuvo lugar en 1233, bajo el reinado de Jaime I. En 1244 recibió la Carta de Población, y en 1303 la villa pasó a manos de la Orden del Temple. Extinguida la Orden en 1307 por mandamiento papal, en 1317 pasó a depender de la orden de Santa María de Montesa.
Qué ver y hacer en Culla
Culla aún preserva su sabor medieval en su casco antiguo, rodeado parcialmente por imponentes murallas y declarado conjunto histórico-artístico. Es un pueblo con numerosos atractivos. El primero es su entorno natural: ubicada en el Alto Maestrazgo, a su alrededor podemos ver cinturones de montañas y, más cerca, cultivos de almendros, olivos y avellanos dispuestos en terrazas, y masías dispersas. En su término municipal se encuentran las pinturas rupestres esquemáticas de los abrigos del Molinell, el Bovalar y la Covarcha o Covassa, cuyas pinturas forman parte del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998.
El paseo por su casco antiguo, predominantemente de piedra, es muy agradable, pues conserva buena parte de su estructura y sabor medievales. Las distintas callejuelas y pequeñas plazas parecen encaminarse a la iglesia de El Salvador (XVIII). También es conocido el antiguo Granero del Comendador (XIII-XIV), conocido como La Presó, pues fue usado como prisión durante las guerras carlistas (XIX), durante las cuales fue destruido su castillo, hoy parcialmente reconstruido, objeto principal de nuestra visita, y al que accedemos a través del arco de la Porta Nova (reconstruido en el siglo XVII).
Del castillo se conservan restos de algunas torres y torreones del siglo XIII, la puerta de entrada y los escudos de la Orden de Montesa. Situado en la parte alta de la villa, desde allí se tiene una visión muy interesante del entorno, y nos retrotrae, como en tantas ocasiones a lo largo del Camino del Cid, al siglo XI, y nos ayuda a entender mejor cómo eran aquellas gentes, cristianas o musulmanas, y el espíritu que les animaba.
También para los interesados en el mundo medieval, a unos 2 km de la localidad, se halla, en estado de ruina, y junto a la ermita homónima, la Torre de Sant Cristófol (XII-XIII), que hacía las funciones de vigilancia.
Además, no debes perderte...
- Viniendo de Torre Embessora, en la massía Bassa, se halla la famosa carrasca de Culla. Esta encina alcanza un diámetro medio de la copa de 30m, tiene una altura 24 m y el perímetro de su tronco supera los 6 metros. Pero más allá de estas cifras, que posiblemente no te digan nada, lo mejor es acercarse a verla para comprobar in situ sus dimensiones y dejarse sorprender una vez más por la Naturaleza. La carrasca de Culla está declarada árbol monumental.
Información práctica
- Ayuntamiento: Calle Recaredo García, 20 (12163)
- Teléfono: 964 446 325
- Correo electrónico: info@culla.es
- Web: www.culla.es
- Habitantes: 209
- Altitud: 1121 m.