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Castellón de la Plana - Castelló de la Plana (Castellón)

  • Castellón. Patronato Municipal de Turismo


Ha ganado Jérica y la que tiene Onda por nombre,

conquistó Almenara y Murviedro, que es mejor,
lo mismo hizo con Cebolla y después con Castellón
Versos 1327 y ss. CMC

En realidad, se desconoce si Castellón existía en tiempos del Cid; de ser así, constituía un enclave sin relevancia. El motivo es su situación geográfica: sobre una planicie, en los turbulentos siglos XI y XII, el lugar carecía de posibilidades serias de defensa y de importancia geoestratégica, no así el castillo árabe de Fadrell, a unos 7 km del actual Castellón, también conocido como el Castell Vell o Castilgone Ripa de Mare, que es el verdadero origen de la ciudad.

Este punto fuerte era parte de los dominios del rey Pedro I de Aragón en Levante, al igual que Miravet, Oropesa y la importante fortaleza de Montornés, de la que dependía. La sublevación de este castillo por parte de su población, mayoritariamente musulmana, propició que a principios de 1097 un ejército coaligado del Cid y el rey Pedro I sitiaran la fortaleza rebelde, que finalmente capituló. Ambas fortalezas permanecieron bajo dominio aragonés hasta la llegada de los almorávides en 1103, y continuaron bajo autoridad musulmana hasta 1233, cuando pasó a manos de Jaime I.

El rey Jaime donó el castillo al infante Nuño Sancho en 1242 y, más tarde, al monasterio de San Vicente de Valencia (1245), centro que pasaría, junto con todas sus posesiones, a quedar bajo control del poderoso monasterio de Poblet en 1287. Con la rebelión del al-Azrak (1247), los musulmanes fueron expulsados de la zona, quedando despoblada. Fue por ello que el rey Jaime I permitió el desplazamiento de la población del entonces llamado "Castellón de Burriana" hasta el llano (la “plana” incluida en su topónimo actual), con el fin de repoblarlo.

Por carta puebla otorgada en Lérida a Ximén Pérez de Arenós el 8 de septiembre de 1251, Jaime I permitió que los castellonenses descendieran del monte y se asentaran alrededor de la alquería de Benirabe. En 1255, diez años después de que Castellón pasase a manos de Poblet, Jaime II devolvió la localidad al patrimonio regio. El antiguo castillo –del cual viene el topónimo de la ciudad–, se hallaba en el Tossal de la Magdalena, el poyo sobre el que se alza la ermita dedicada a la santa. Por tanto, quien desee visitar el Castellón que conquistó el Cid deberá desplazarse hasta la ermita, donde hallará las ruinas de la fortaleza.

Según el Cantar, el castillo fue tributario del Campeador, como todas las tierras de Burriana, localidad bajo cuya jurisdicción quedaba toda la zona. La cita de Castellón en el Cantar, poema escrito con posterioridad a a la muerte del Cid, puede hacer relación a estos hechos o bien a su incipiente importancia como puerto marítimo en los tiempos en que el poema fue escrito, a finales del siglo XII o principios del XIII.

 

Qué ver y hacer en Castellón de la Plana

Castellón es ciudad mediterránea, con una temperatura media de 17º, muy ligada al mar. Sus orígenes modernos se remontan al siglo XIII; precisamente su emplazamiento a orillas del Mediterráneo tenía como finalidad principal potenciar el comercio marítimo. De época medieval conserva el diseño de las calles del casco antiguo y algunos edificios. El casco antiguo no es muy grande y el paseo resulta agradable. Situado entre la Lonja y la Plaza Mayor, se encuentra el Palacio de Sant Miquel, del siglo XV, y muy cerca, entre la concatedral  y la Casa Abadía, se encuentra uno de los símbolos de la ciudad, el Fadrí, (el "soltero") una torre-campanario de finales del siglo XVI, de planta octogonal, y de 58 mts. de altura. Su singularidad reside en ser un campanario exento, separado de la concatedral de Santa María de la Asunción; la concatedral, originalmente del siglo  XIII, fue reconstruida en el XIV, si bien sólo subsisten de esta época las tres portadas de acceso y algunos elementos constructivos y ornamentales, de estilo gótico.

Muy cerca, a unos 300 metros, se encuentra la Plaza de Tetuán, y a continuación de Plaza de la Independencia y el Parque Ribalta, que juntos conforman un bonito muestrario de la arquitectura urbana de finales del siglo XIX y principios del XX, y que por tal motivo está declarado conjunto histórico-artístico.

Pero sin duda, la mayor influencia de Castellón es el Mediterráneo. A las extensas playas del Gurugú, el Serradal y el Pinar de Castellón, debe sumarse el Grao, el distrito marítimo de Castellón, zona de turisteo pródiga en restaurantes donde degustar los arroces, pescados y otros platos típicos de Castellón, junto a locales más comunes de comida franquiciada.

Precisamente dentro del mar se encuentra uno de los parques naturales más importantes de Castellón, y eso que la provincia cuenta con ocho espacios naturales protegidos de primer orden: se trata de las Islas Columbretes, un pequeño archipiélago volcánico de acceso restringido situado a unos 60 km mar adentro, con una fauna y flora muy singulares. En el Centro de Información de la Reserva Natural encontrarás abundante información sobre estas islas y cómo visitarlas.

 

Además, no puedes perderte...

  • Los viajeros interesados en la Historia y el Arte pueden visitar el Museo de Bellas Artes: situado en un edificio del siglo XVIII, realiza un recorrido arqueológico de Castellón desde sus orígenes hasta la Edad Media. También recoge una muestra importante de la renombrada azulejería castellonense y una exposición de arte en la que destaca la pintura (Ribera, Romero de Torres, Sorolla, etc.) y la escultura (Gandarias, Benlliure, entre otros).
  • El tercer domingo de Cuaresma se inicia la celebración de las Fiestas de la Magdalena, que se extienden hasta el domingo siguiente. Dedicadas a la conmemoración del traslado poblacional desde Fadrell a la Plana, son unas fiestas que es necesario vivir en la calle: gaiatas -monumentos luminosos que se sitúan en los barrios-  fuegos de artificio, verbenas y múltiples conciertos y actividades culturales se desarrollan en esos días.

Información práctica

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