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Cella: Zaida y Hernando, el caballero del Cid

Cuenta la leyenda, en Cella, cómo Zaida, hija del alcaide moro, era pretendida por Melek, hijo de Abú Merúan, rey de Albarracín, y por Hernando, conde de Abuán y uno de los caballeros del Cid. El padre de Zaida impuso unas condiciones a cada uno de los pretendientes para conceder la mano de su hija. Dado que necesitaban agua para sus riegos, a Melek le impuso llevar agua a través de un acueducto procedente de un río próximo al pueblo y a Hernando que la encontrase a través de la construcción de pozos. Hernando se adelantó a su rival y dio con un manantial de agua subterránea que dio origen a la fuente de Cella. El hallazgo alegró a Zaida, puesto que le permitía casarse con la persona que amaba. Se acercó al pozo recién acabado y, cogiendo agua con sus manos, le dio de beber a Hernando. Melek presenció el hecho y loco de celos se enfrentó a Hernando, provocando una pelea entre ambos. De manera fortuita, Melek murió. Su padre quiso vengar su muerte y contrató a un sicario que mató a Hernando, quien cayó muerto en el pozo que había construido. Zaida no pudo con la trágica pérdida y murió poco después. La leyenda afirma que cuando la luna llena se refleja sobre las aguas cristalinas de la fuente, la imagen de Zaida aparece sobre el agua dando de beber a su amado Hernando. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra la fuente, pincha aquí. 

Cella, Teruel.Cella, Teruel.

 

Bronchales: Durmiendo en la localidad

Tal y como recoge el Cantar, tras la conquista de Valencia, el Cid envío a más de un centenar de jinetes, junto a algunos de sus hombres de confianza, a buscar a Jimena y a sus hijas que, junto a Álvar Fáñez, esperaban en Medinaceli. La tradición oral cuenta que en el camino hacia Valencia la familia de Rodrigo pernoctó en Bronchales en una casa dentro del pueblo que aún conserva un arco de medio punto en la puerta. Mientras, las huestes del Cid durmieron en el lugar hoy conocido como la Fuente del Hierro y que algún autor ha llegado a denominar como la Fuente del Cid. La tradición también ubica en la ermita de Santa Bárbara una pequeña fortaleza o torreón que serviría a los hombres del Cid para establecer un puesto de vigilancia y así defenderse de posibles ataques. Si quieres saber el lugar exacto en el que Jimena y sus hijas durmieron en la localidad pincha aquí.

Arco de medio punto de Bronchales, TeruelArco de medio punto de Bronchales, Teruel

 

El Poyo del Cid: la fuente de Berenguer

Bajando el cerro de San Esteban, lugar en el que varios estudiosos sitúan el campamento del Cid mencionado en el Cantar como El Poyo del Cid, se sitúa la fuente de Berenguer, un manantial donde la tradición ubica el lugar en el que el conde de Barcelona lavó sus heridas tras ser derrotado por el Cid. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

El Poyo del Cid, Teruel.El Poyo del Cid, Teruel.

 

La Iglesuela del Cid: La aparición del Apóstol Santiago

Cuenta la leyenda que estando el Cid extraviado por la zona y enfrentado en batalla desigual contra un ejército musulmán, una repentina aparición sorprendió a los combatientes cristianos: sobre la Peña del Morrón apareció, a lomos de un caballo blanco, el Apóstol Santiago que dio un gran salto desde la cima de la peña hasta la explanada en la que se desarrollaba la pelea. El salto fue de tal magnitud que el caballo dejó su huella marcada en la roca. Como era de prever la aparición dio un vuelco al combate, favoreciendo al bando cristiano. El caballero y el animal desparecieron tras la victoria, pero el Cid hizo levantar un peirón para conmemorar la victoria obtenida. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Huella del caballo del Apstol Santiago (Foto: Oficina de Turismo de La Iglesuela del Cid)Huella del caballo del Apstol Santiago (Foto: Oficina de Turismo de La Iglesuela del Cid)
 

La Iglesuela del Cid: La Virgen del Cid

La devoción a la Virgen del Cid tiene su origen en la Edad Media, momento en el que acontece un hecho milagroso, ya que, según se cuenta, a un pastor se le apareció una imagen tallada de la Virgen justo en el lugar donde hoy se encuentra el santuario. Se cree que la talla de la Virgen estaría datada del siglo XII y se le dio el nombre de “el Cid”, porque según cuenta la leyenda, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador la visitó en numerosas ocasiones (suponemos que después de muerto). Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Virgen del Cid. La Iglesuela del Cid, Teruel (Foto: Oficina de Turismo de La Iglesuela del Cid)Virgen del Cid. La Iglesuela del Cid, Teruel (Foto: Oficina de Turismo de La Iglesuela del Cid)

 

Tramacastilla: El salto de Pero Gil

Según la tradición oral, cabalgando por la Sierra de Albarracín – y en concreto por la zona de Tramacastilla – Pero Gil, caballero del Cid, fue sorprendido por un contingente musulmán que empezó a perseguirle. Al llegar a un desfiladero – llamado Barrancohondo - se vio acorralado y tuvo que espolear a su caballo para saltar de un lado al otro del río. Por allí se escapó y parece ser que el ejército enemigo, sorprendido por la magnitud del salto, perdonó la persecución. La leyenda también cuenta que la huella del caballo quedó impresa en una roca. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Tramacastilla, TeruelTramacastilla, Teruel

 

Otras leyendas y tradiciones cidianas fuera del Camino del Cid

Calanda: “Pata de Caballo” 

Cuenta la leyenda que el Cid - huyendo de los enemigos - tuvo que encaminarse a todo galope hacia Calanda. Su intención era vadear el río Guadalopillo. Sin embargo no podía cruzarlo, ya que, debido a las lluvias torrenciales, iba de crecida. Así pues, el Cid optó por espolear a su caballo, que dio un salto de un lado al otro del arroyo, dejando impresa en una roca la huella de sus herraduras. Esa roca es conocida como la Pata del Caballo. Los vecinos decidieron llamar a la calle que lleva a esa zona como Calle Puente Cid y hay un arco que la cruza denominado Arco del Cid, en alusión a la leyenda.

Fortanete: El Castillo del Cid

El Castillo del Cid es una fortificación de pequeñas dimensiones, denominada así porque, según la tradición, es muy probable que ya existiera en la época de las campañas del Cid durante el siglo XI. No obstante, su datación histórica es un enigma, pero por los restos constructivos de su interior y los escasos fragmentos cerámicos encontrados, podría tratarse de un castillo de época. 

Fortanete: Otra huella de Babieca

En Fortanete, a poco más de 15 kilómetros de Cantavieja, también “existe” una huella del famoso caballo del Cid. En este caso, Babieca saltó una distancia de unos 7 kilómetros desde el denominado “Salto del Moro” hasta la “Eslizada”, donde había dejado grabada su huella.

Griegos: La princesa enamorada del Cid

Según una leyenda local, una musulmana, hija de un rey moro de Albarracín, se enamoró perdidamente del Cid de tanto oír hablar de su valentía y sus proezas. Enterada del paso del Campeador por la zona, decidió salir a su encuentro para comunicarle su amor. Su padre, asustado de que cayera prisionera a manos de los cristianos, pidió a un mago que convirtiera a su hija en estrella. Éste accedió, pero introdujo una pequeña variación en el hechizo, ya que temía que el rey se arrepintiera de tan drástica decisión. Así, cada cien años, la joven adopta forma humana y aparece sentada, al lado de la Fuente de la Sielva, esperando a su amado (el Cid), mientras peina sus cabellos con un peine de oro y piedras preciosas. 


Agradecimientos: Oficina de Turismo de Bronchales, José Vicente Fuente, Oficina de Turismo de La Iglesuela del Cid, Oficina de Turismo de Albarracín.
 

Rev. PAB: 07.02.2020 

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