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Del amor y otros demonios? del Cid

Patricia Anstegui

Durante estas fechas en las que el amor parece estar en el ambiente ante la inminente celebracin de San Valentn, queremos hacer un pequeo repaso a la vida sentimental del Cid siempre desde la perspectiva que nos dan las mltiples manifestaciones culturales que giran en torno a la "cosa cidiana" y sin ahondar en el tema histrico ya que sabemos muy poco de la historia real y de la verdadera relacin entre Rodrigo y Jimena.

Por lo tanto, y teniendo como punto de partida ese aspecto legendario del mito, creemos que es de justicia empezar con esa gran epopeya cinematogrfica que es El Cid (1961), de Anthony Mann, un autntico culebrn: Jimena decide casarse con el hombre que ha matado a su padre! y, adems, en detrimento de uno de sus pretendientes: el mismsimo Garca Ordez, enemigo irreconciliable de Rodrigo (atencin: esto de que se llevaban mal no es ninguna leyenda). Pero si la cosa va de pretendientes? el sobrino y mano derecha del Cid, Minaya lvar Fez, tambin le haca ojitos a Jimena o, al menos, as lo apunta Antonio Gala en Anilllos para una dama (1973). Conste, no obstante, que la asturiana lo rechaz por "cobarde". Una razn de peso, sin duda, que no se ajusta a la realidad histrica del personaje.

Pero si Jimena tuvo sus pretendientes - segn la novela de Antonio Gala - el Cid tambin las tuvo, y adems "de nivel": Urraca, hermana de Alfonso VI (a la que, por cierto, los romances acusaban de mantener relaciones incestuosas con su hermano), deba querer algo ms del Cid que una simple amistad, tal y como reflejan los siguientes versos del Romancero:

Afuera, afuera, Rodrigo, el soberbio castellano.
Casaste con Jimena Gmez, hija del conde Lozano;
Con ella tuviste dineros, conmigo hubieras estado;
Bien casaste t, Rodrigo, muy mejor fueras casado,
Dejaste hija de rey por tomar de tu vasallo

Si esto no es despecho que baje Dios y lo vea. Aunque, segn el Romancero, el Cid no acept los favores de Urraca, s lo hizo de otra dama (no sabemos si de alta cuna o no), segn recoge la leyenda atribuida al pueblo guadalajareo de Castejn de Henares donde an se conserva la casa en la que vivi la amante del Cid. Poco ms sabemos de ella y de esta relacin: quizs, una vez conquistada Valencia, nunca ms la volvi a ver? y ya sabemos cmo afectan las distancias a las relaciones!

Pero? cmo aborda la relacin entre el Cid y Jimena el Cantar? Jimena siempre est en los pensamientos del Cid, de eso no cabe duda, y las escenas que nos ofrece el Poema nos hacen pensar que entre los dos haba amor, amor del bueno. Sin olvidar el contexto (el Cid est a punto de partir hacia el destierro), podemos imaginarnos esa relacin a travs de los siguientes versos:

Doa Jimena, mi mujer tan cumplida
como a mi alma yo tanto os quera!
(Versos 278 y ss.)

Se quieren, segn el Cantar, y nosotros dadas las fechas en las que estamos? tambin queremos pensar que se amaron, y mucho. De hecho los restos del Cid y Jimena reposaron juntos durante un tiempo por lo que ni la muerte pudo acabar con un amor de verdadera leyenda.

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