Imponente torre de origen musulmán (se barajan dos posibles fechas de construcción, el siglo IX o el XI) con casi 25 metros de altura y situada en el centro histórico de la villa. Originalmente, el torrreón formaba parte del complejo de la alquería Almazaf de la que la localidad de Almussafes tomaría la raíz de su nombre. La construcción era una pieza más del cinturón defensivo y aduanero de la ciudad de Valencia, junto a torres hermanas como las de Sollana, Rafacheldi, Alcàsser, Silla, Alginet, Trullás, Benifayó, Picassent y Aledua de Llombai. Todas ellas estaban unidas visualmente para facilitar la comunicación por medio de señales. Cuando la alquería cayó en manos cristianas, Jaime I donó el torreón a su notario Pere Sanz. En los siglos posteriores, con el paso del tiempo y el cambio de propietarios, le fueron añadidas construcciones hasta que en 1981 volvió a quedar huérfana de ellas, recuperando el aspecto actual (en perfecto estado de conservación) tras la restauración de 1996. Consta de cinco plantas, está coronada por una terraza almenada y, originalmente, el acceso se encontraba a cuatro metros sobre el nivel del suelo, lo que sumado a sus ventanas saeteras abocinadas confirma su carácter defensivo.
Aunque no existe una vinculación conocida entre esta torre y el Cid, este nos parece un buen lugar para recordar uno de los muchos episodios que tuvieron lugar durante la conquista de Valencia. En enero de 1094, mientras el Cid asediaba la ciudad, un ejército almorávide acampó aquí, en Almussafes. El ejército venía a levantar el cerco de la ciudad, pero se retiró tras producirse una gran tormenta que trajo una fuerte riada y que desbarató el ejército musulmán. La suerte, como dice el refrán, es de los intrépidos.
Visita: Consultar horarios en el Centro Cultural de Almussafes.
Rev. ALC: 18.09.17