El monasterio de Santo Domingo de Silos es mundialmente conocido por el canto gregoriano de sus monjes -a los que puedes escuchar en sus servicios religiosos- y por su claustro románico, de los siglos XI y XII, auténtica obra maestra tallada en piedra del arte medieval europeo. El claustro tiene forma de cuadrilátero con lados ligeramente desiguales –dos flancos cuentan con 16 arcos y los otros dos, 14- y doble planta. La planta baja, la más fastuosa, es una creación del siglo XI en la que participaron varios artistas canteros que dejaron impronta, cada uno, de un estilo personal y magistral: uno talló relieves de escaso volumen con querencia por el estatismo, mientras que otro trabajó más los volúmenes y dotó a las figuras de rasgos más realistas.
La grandeza de Silos radica en los trabajos escultóricos de sus capiteles (64 en total) y los relieves que decoran la caras interiores de los ángulos del claustro. Es en éstas últimas donde se ubica la famosa "Duda de Santo Tomás" o la Anunciación a María. Por su parte, los capiteles son un auténtico muestrario de escultura medieval, no sólo por la diversidad de temas que abordan –desde escenas bíblicas o evangélicas, hasta escenas figurativas de animales quiméricos, grifos, leones, arpías, centauros, aves fabulosas y toda clase de elementos vegetales...- sino por la maestría a la hora de inmortalizarlos y el excelente estado de conservación en el que han llegado a nuestros días.
La puerta de las Vírgenes, que comunica el claustro con la iglesia, es el único vestigio del antiguo templo románico que ha llegado a nuestros días. Es, también, de especial relevancia el artesonado mudéjar ricamente decorado con cerca de 700 figuras y escenas de la Castilla de los siglos XIV y XV.
El esplendor de Silos, en los siglos XI-XIII, se debió en buena parte a su impulsor, Santo Domingo quien alrededor del año 1000 reedificó el monasterio, que con el tiempo se convertiría en un gran centro espiritual, cultural y artístico. En 1081, año en que el Cid fue desterrado, se estaba construyendo su famoso claustro románico. El 12 de mayo de 1076 Rodrigo y Jimena donaron al monasterio de San Sebastián de Silos y a su abad Fortún la mitad de las villas de Peñacoba y Fresnosa.
Visita: Con entrada, consultar horarios y precios en la Abadía Benedictina de Santo Domingo de Silos.
Rev. ALC: 08.09.17