Restos ruinosos pero estimables del antiguo castillo medieval de uso puramente militar levantado a partir del siglo XII. Pueden apreciarse todavía sus dos torres, varios lienzos del recinto doble que cerraba la fortaleza, varias puertas y un aljibe. Como otras tantas fortalezas castellanas, la fortaleza corona una muela con excelentes panorámicas del entorno, aprovechando un precipicio como defensa natural. También, se levanta sobre los restos de una construcción previa de orígenes musulmanes. Varias fuentes apuntan que debió formar parte del listado de propiedades que la orden de los caballeros templarios tuvo al sur del Duero.
El resto más reseñable es la entrada en ángulo, aupada sobre un cerrillo plagado de excavaciones artificiales utilizadas en la actualidad como bodegas.
Visita: Libre.
Rev. PAB: 09.08.17