Acueducto romano entre Albarracín y Cella

Impresionante infraestructura hidráulica de construcción casi titánica y una de las obras de ingeniería romana más singulares de la Península.

Se trata de un acueducto excavado en roca para llevar las aguas desde el río Guadalaviar (en un punto situado a unos dos kilómetros de Albarracín) hasta Cella, pasando por Gea de Albarracín: un recorrido de 25 kilómetros que debió discurrir por el lugar por el que hoy va la carretera A-1512. Por esta razón, se cree que han desaparecido muchos de los tramos del acueducto. Aquellos que se han conservado y son apreciables en la actualidad serían los siguientes: bajo el castillo de Santa Croche, en la denominada Galería de los Espejos, junto al túnel de la carretera, en el azud de Gea, el Barranco de los Burros, la Cañada de Monterde, en Las Hoyas, La Tejería, o en las zonas ya próximas a Cella.

Se pueden apreciar diversas técnicas de conducción del agua, pero la más habitual y característica de este acueducto sería la galería excavada en roca con ventanas laterales (spiraminas o luminas, en latín) que servían para expulsar la roca durante la construcción o para eliminar los barros acumulados. 

El acueducto llega a Cella por Las Eras y el peirón de la Fuensanta, y se dirige hacia el centro de la ciudad, hasta la plaza Mayor, donde se localizó, en 1998, una cisterna (castellum) de notables dimensiones para almacenar estas aguas traídas del río Guadalaviar.

Se trata de una obra de ingeniería magnífica. El Cantar de mío Cid se hace eco de esta magnífica obra de ingeniería, refiriéndose a la población de Cella, como “Celfa, la del canal”. 

Visita: Libre o guiada: consultar en el centro de visitantes de Gea de Albarracín, donde ofrecen información sobre la visita y el acueducto.

Rev. ALC: 18.07.17