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Villanueva de Jiloca (Zaragoza)

  • Villanueva de Jiloca, Zaragoza
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Qué ver y hacer en Villanueva de Jiloca

Villanueva de Jiloca es una pequeña población zaragozana en el valle del río que da nombre a la población, muy próxima a Daroca, justo en el límite con la provincia de Teruel. Se ubica en el margen izquierdo de su extensa vega, preservando sus fértiles tierras para el cultivo. 

Su historia se remonta al año 1120, cuando el valle fue conquistado por Alfonso I, pasando la  población a formar parte de la Corona de Aragón, regida por el fuero de Daroca para posteriormente incorporarse a la Comunidad de Aldeas de Daroca, dentro de la Sesma de Gallocanta.

El caserío se disemina por la ladera de la montaña a pocos metros del río Jiloca, que en más de una ocasión ha amenazado a sus habitantes con sus peligrosas crecidas como la de 1901, que destruyó parte de la población y tuvo gran repercusión en la prensa nacional de la época. En agradecimiento a las personas e instituciones solidarias en la reconstrucción del municipio sus habitantes modificaron los nombres de las calles.

Por su volumen y tamaño destaca la iglesia de San Gil Abad, edificio barroco construido sobre otro anterior. Cuenta con un pequeño museo parroquial donde se puede conocer parte de la tradición orfebre de la zona.

Resulta reconfortante pasear por la villa, disfrutando del trazado mudéjar de calles estrechas e inclinadas, de las bellas edificaciones civiles como la casa de los Abad de Bernabé o acercarse hasta el río Jiloca para disfrutar de la sombra de sus sotos.

La población contó con un molino harinero que a principios del siglo XX se transformó en una pequeña central hidroeléctrica de la que se conserva parte de la infraestructura. Próxima al casco urbano, en un estado de semiruina, se halla la Ermita del Rosario, del siglo XVI y con aspecto mudéjar que espera paciente su restauración. Debió contar la población con un antiguo castillo de origen medieval del que no se conservan restos visibles.

Muchos autores citan a Arnaldo de Vilanova (1240-1311) como oriundo de la población; prestigioso médico y teólogo, fue un personaje de suma influencia para reyes y papas en esta época. Una placa en la Plaza Mayor honra la memoria de tan ilustre personaje.

 

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