Val de San Martín (Zaragoza)

Qué ver y hacer en Vall de San Martín

La pequeña población de Val de San Martín se ubica en la margen izquierda del barranco de Val de la Parra, a los pies del puerto de Santed. El paisaje agrícola se funde con los espesos montes de las sierras de Santa Cruz y Valdelacasa, creando un paisaje de gran belleza. Allí donde la abrupta topografía y la dureza de los suelos no permitieron su cultivo, se conservan extensas masas forestales de elevado valor ecológico y paisajístico dominadas por carrascas (Quercus ilex spp. ballota) y pinares. 

Las partes superiores de la sierra, de suelos arcillosos, aparecen tapizadas por interminables prados con pastizales fundamentales para el ganado de la zona, acompañados de matorrales como la estepa, brecina, enebro, aliaga o tomillos. En los fondos de los barrancos, se dispersan pequeños bosques de ribera cubiertos de una maraña de vegetación junto a chopos y sauces.

El origen de la población se remonta a la Edad Media, apareciendo ya citada por Ramón de Castrocol en el año 1205. Durante siglos formará parte de la Sesma de Gallocanta dentro de la Comunidad de Aldeas de Daroca.

Testigo importante de la historia de Val de San Martín es su iglesia parroquial de Santa María la Mayor, también conocida popularmente bajo la advocación de San Blas. En su ábside conserva elementos del primitivo templo románico del siglo XIII. El aspecto del actual edificio es fruto de los añadidos y modificaciones que se le hicieron en los siglos XV y XVI. Su torre campanario de dos cuerpos destaca por su decoración en ladrillo de tradición mudéjar, lo que contrasta con la sobriedad del resto del conjunto, de mampostería. Varios son los peirones que acompañan al caminante en su recorrido, como el de San Roque, San Antón o San Blas. Alejado de la población, protegido por el espeso carrascal en lo alto de la sierra, se alza el peirón de San Quílez o San Quilico según lo llaman cariñosamente los valmartirianos.

El viajero podrá saciar su sed en cualquiera de las fuentes de la población, para reemprender el camino de ascenso, hasta los altos de la sierra, desde donde disfrutar de unas fabulosas vistas de la comarca.