Santed (Zaragoza)

Qué ver y hacer en Santed

Desde la distancia, la silueta del castillo de Santed da la bienvenida a la población al visitante del Camino del Cid. El viajero, cansado del largo ascenso desde el valle del Jiloca, obtiene su recompensa con la fantástica estampa de Santed, entre campos de cereal y los desafiantes relieves de la sierra de Peña Alta.

Los primeros testimonios de la ocupación de Santed se remontan a la Edad del Bronce según los restos hallados en el yacimiento del Pozo del Moro. La cultura celtibérica debió asentarse en el cerro del castillo, dejando entrever la futura importancia estratégica del enclave por el control del territorio. Habrá que esperar a la llegada de la Edad Media y los tiempos de la reconquista para que Santed ocupe un lugar destacado en el mapa del reino de Aragón, al configurarse gracias a su castillo como pieza clave en la defensa del reino de Aragón de las tropas castellanas. Así, se convirtió en la principal fortaleza de la Sexma de Gallocanta de la comunidad de aldeas de Daroca, sufriendo numerosos asedios y conquistas en el transcurso de los siglos. En la actualidad se conservan dos torres y restos del recinto amurallado, junto a los cimientos de lo que pudo ser una torre albarrana a media ladera.

La población se articula alrededor de una calle principal en la que se encuentra la plaza y la iglesia. Está última, dedicada a Santiago Apóstol, de estilo gótico tardío, fue construida a finales del siglo XVI con muros de mampostería y sillar. A la entrada de la población, encontramos la Ermita de la Virgen del Pilar, edificio barroco de pequeñas dimensiones en cuyas inmediaciones se localiza un singular peirón con la misma advocación.

A la salida de la población se ubica el peirón de San Pedro, recientemente restaurado, que deja ver a lo lejos, sobre un cerro próximo, las ruinas de la olvidada ermita de San Pedro, no lejos de los restos del molino medieval. Desde allí parte el camino a la ermita de la Virgen de la Olmeda, ya en el término de Used, pero que comparte su custodia con Santed y en la que tiene lugar una concurrida romería.

A escasos kilómetros en dirección a Molina de Aragón, muy próximas a la carretera existen dos pequeñas lagunas endorreicas casi unidas, de gran interés por las comunidades vegetales que las habitan, y un detalle muy curioso debido a su proximidad: una salada y la otra dulce.