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Burgos: El Cofre del Cid, el arca de arena

La catedral de Burgos alberga en su interior algunos referentes cidianos, parte de ellos relacionados con la leyenda del Cid. Es el caso del arca de arena que aparece en el Cantar, cofre con el que Rodrigo engañó a los judíos de Burgos para conseguir capital con el que mantener a sus tropas de camino al Destierro. Lo que realmente contuvo este cofre son los documentos que impulsó el cardenal Gil Torres en 1250 con las normativas sobre asignación económica de los canónigos, su elección, residencia, ordenación de clérigos, estudios universitarios… Fue este incipiente archivo catedralicio el que casi seguro motivó la construcción del arca. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.  

El cofre del Cid, BurgosEl cofre del Cid, Burgos
 

Burgos: El Solar del Cid

El Solar del Cid es un monumento construido en 1784, obra del artista José Cortés, que señala el lugar donde tradicionalmente, sin fundamento histórico firme, se dice que tuvo una casa el mismo Cid, propiedad que habría pasado posteriormente a manos del monasterio de San Pedro de Cardeña. Se trata de un solar embaldosado donde destaca un pedestal sobre el que se rigen tres monolitos con los escudos de Burgos, de San Pedro de Cardeña y, en medio, una leyenda conmemorativa con el blasón del Cid, que reza: “En este sitio tuvo su casa y nació el año de 1026 Rodrigo Díaz de Vivar, llamado el Cid Campeador. Murió en Valencia en el de 1099 y fue trasladado su cuerpo al monasterio de San Pedro de Cardeña, cerca de esta ciudad, la que para perpetuar la memoria de tan esclarecido solar de un hijo suyo y héroe burgalés, erige sobre las antiguas ruinas este monumento en el año de 1784, reinando Carlos III". Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Solar del Cid, BurgosSolar del Cid, Burgos

 

Burgos: La bóveda del Arco de San Martín

El Arco de San Martín era una de las puertas de la ciudad amurallada de Burgos y comunicaba con el barrio judío, de ahí que fuera también llamado Puerta de la Judería. Su nombre se debe a su proximidad a la desaparecida iglesia de San Martín. En la actualidad, su arco de herradura árabe está flanqueado por dos cubos de apariencia defensiva. Sobre la bóveda del arco, aparece una marca alargada. Según la tradición es la longitud de la Tizona, la famosa espada del Cid. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Arco de San Martn, BurgosArco de San Martn, Burgos 

Burgos: La Jura de Santa Gadea

Uno de los episodios legendarios más famosos del Cid "tuvo lugar" en la antigua iglesia de Santa Gadea (la actual, gótica del siglo XV, se construyó sobre otra anterior románica). En este lugar el Cid obligó a Alfonso VI a jurar ante los nobles que no había tenido nada que ver en la muerte de su hermano. Al parecer, este pasaje carece de fundamento histórico y su origen se remonta al siglo XIII, aunque no aparece en el Cantar, pero sí en las Crónicas y en el Romancero. A pesar de su origen ficticio, está muy enraizado en las creencias populares castellanas, pues de alguna manera ha venido a simbolizar la defensa el honor y la resistencia al poder arbitrario. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Detalle de la Iglesia de Santa Gadea, BurgosDetalle de la Iglesia de Santa Gadea, Burgos

 

Caleruega: Las cuevas de San Jorge

Cuenta la leyenda que en la Peña de San Jorge, donde había numerosas cuevas (hoy bodegas), se refugiaban los moros a la espera de atacar al pueblo cada vez que necesitaran alimento o algún tipo de recurso. El Cid Campeador, a su paso por Caleruega, halló al pueblo atemorizado, escondido en el Torreón de los Guzmanes. Alentados por la presencia del Campeador, salieron a batallar y lograron expulsar a los moros de la villa. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Caleruega, Burgos. Al fondo la pea de San Jorge (Foto: Ayuntamiento de Caleruega)Caleruega, Burgos. Al fondo la pea de San Jorge (Foto: Ayuntamiento de Caleruega)

 

Monasterio de San Pedro de Cardeña: El descanso eterno de Babieca 

Según la tradición, Babieca, el mítico caballo del Cid Campeador, que sobrevivió dos años a su amo, fue enterrado a las puertas del monasterio de San Pedro de Cardeña bajo dos grandes olmos. Un monolito señala el lugar. En el año 1949 el duque de Alba realizó allí una excavación arqueológica, sin resultado. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí. 

San Pedro de Cardea, BurgosSan Pedro de Cardea, Burgos

 

Monasterio de San Pedro de Cardeña: El judío converso

Cuenta la leyenda que estando el cadáver del Cid – al cabo de siete años de su muerte – embalsamado y sentado en un estrado o banco de marfil (arrebatado a los moros) junto al altar de la iglesia del monasterio de San Pedro de Cardeña, un judío se acercó a él con la única intención de mesarle la barba. Tras pronunciar la frase “a tu barba nunca llegó cristiano ni moro; yo llegaré a ti y veremos qué harás”, el Campeador empuñó su Tizona y sacó de la vaina el acero, con lo cual el judío cayó aterrado y se convirtió al cristianismo, haciéndose monje con el nombre de Diego Gil. Algunas fuentes amplían la leyenda, asegurando que el Cid permaneció en esa postura tres años más, en total diez, hasta que se le cayó “el pico de la nariz” y el abad y los monjes de Cardeña consideraron más decoroso enterrarlo. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí. 

San Pedro de Cardea, BurgosSan Pedro de Cardea, Burgos

 

Quintanilla Vivar y Vivar del Cid: “Detente canto, no peques contra el Santo”

Cuenta la tradición oral que Quintanilla Vivar y Vivar del Cid decidieron resolver la disputa acerca de sus términos jurisdiccionales al arbitrio de que el término de Vivar alcanzase hasta el punto al que llegara una piedra que debía lanzar Rodrigo Díaz. Este cogió dicha piedra y desde Vivar la arrojó con tal violencia en dirección Quintanilla que se temió diera contra la iglesia de este lugar. Cuentan que entonces Rodrigo exclamó: "Detente, canto, no peques contra el Santo”, a cuyas palabras se detuvo en las inmediaciones del templo que hoy suponen próximo a la carretera, por cuyo sitio pasa la linde de los dos pueblos. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí. 

Quintanilla Vivar, BurgosQuintanilla Vivar, Burgos

 

Quintanilla Vivar y Vivar del Cid: La temible culebra

La leyenda narra cómo la madre del Cid, cansada de las travesuras de su hijo, decidió enviarlo a recoger hierba a un prado cercano a la ribera del río Ubierna, entre Quintanilla Vivar y Vivar del Cid. Rodrigo obedeció a su madre y cogió un saco y una hoz para dirigirse a aquella zona en la que, según contaban, vivía una terrible culebra que tenía atemorizados a los vecinos. Cuando el Cid llegó, la culebra se lanzó sobre él y fue entonces cuando, no solo le hizo frente, sino que también le cortó la cabeza con un golpe de la hoz. Luego, la hizo trozos que metió en el saco junto a la hierba. La leyenda añade que desde entonces no se ha encontrado culebra de ninguna especie por aquel entorno. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Quintanilla de Vivar, BurgosQuintanilla de Vivar, Burgos

 

Quintanilla Vivar, Real Monasterio de Nuestra Señora de Fresdelval: La aparición del Cid

Pasando el Barrio de Villatoro de la ciudad de Burgos, a la derecha de la carretera, se levanta el Real Monasterio de Nuestra Señora de Fresdelval.  Cuenta la leyenda que todos los años, el Día de Difuntos, en la denominada Cuesta de los Grillos, un caballero con atuendo medieval,  montado sobre su caballo, otea sobre un pequeño cerro la extensión de los terreros. En seguida, gira su caballo y se lanza a la carrera a lo largo de toda la meseta, que recorre unas veces al trote, otras al galope, para ya fatigado volver al alto y divisar rápidamente el entorno. Pausadamente el caballero, al que se identifica con el Cid, deshace su camino, baja de la cuesta y en uno de sus recodos desaparece junto a su caballo como tragados por la tierra. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.  

 

Otras leyendas y tradiciones cidianas fuera del Camino del Cid

Agés y Atapuerca: El Campo de la Matanza

Entre Agés y Atapuerca se extiende una llanura denominada “el campo de la Matanza”, ya que fue en aquel terreno, según la tradición, donde se libró en el año 1054 la batalla entre Fernando I de Castilla y su hermano García Sánchez III de Pamplona, que murió en el combate. Cuenta la leyenda que en dicha batalla el Cid llevó de unos montes cercanos una gran piedra que aún hoy puede contemplarse en medio del campo.
  



Basconcillos del Tozo: La Patada del Cid

En Barrio Panizares, pedanía perteneciente a Basconcillos del Tozo, se cuenta que existía una gran serpiente que llegó a “tragarse” siete niños, así como a buena parte del ganado. La serpiente se refugiaba en una cueva – hoy conocida como “Cueva de los Moros” . Los vecinos, temerosos de la bestia y al enterarse del paso del Cid por la zona, acudieron a él para trasladarle su preocupación. El Cid, decidido, se dirigió a la guarida del animal y, tras una lucha encarnizada, las patas de Babieca aplastaron la cabeza del animal. Cuenta la leyenda que el golpe fue tan contundente que la huella del caballo quedó marcada en la roca, así como la punta de la lanza de su dueño, recibiendo la zona el nombre de “La Patada del Cid”. Dicen los vecinos que debido a la erosión ya no existe la señal en la roca. 

Sotopalacios: El Castillo del Cid

El Castillo de Sotopalacios es también conocido como el Castillo del Cid, ya que la tradición ha ubicado en este lugar la casa de la familia del Cid o al menos en el solar en el que se levanta esta fortaleza del siglo XV. Alguna teoría apunta que sí pudo haber alguna fortaleza anterior aunque no existe documentación que avale esta información. Si quieres saber el lugar exacto en el que se encuentra, pincha aquí.

Rev. PAB: 06.02.2020 

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