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Florentino García: “"Donde nosotros solo vemos los restos de un castillo, los vecinos ven también parte de su vida"

Florentino García, autor del libro "Por los caminos del Cid" en Vivar del Cid (Burgos)

Florentino Garca, autor de "Por los Caminos del Cid", antes de iniciar el Camino del Cid en Vivar (Burgos)Florentino Garca, autor de "Por los Caminos del Cid", antes de iniciar el Camino del Cid en Vivar (Burgos)

Patricia Ansótegui

Compagina su afición por los viajes con la práctica deportiva y aunque se declara maratoniano, en octubre del pasado año decidió coger la bici para recorrer la ruta del Destierro del Camino del Cid junto a dos compañeros, Jesús y Luis. Su experiencia decidió plasmarla en el libro “Por los Caminos del Cid. De Burgos a Atienza en bicicleta". Hablamos con Florentino García para conocer, de primera mano, sus impresiones tras recorrer parte de la ruta cidiana

- ¿Cómo surge la idea y el interés de recorrer el Camino del Cid?
Desde hace algunos años, mis amigos y yo, solemos dedicar una semana a realizar una ruta en bicicleta.  Entre las  opciones que manejamos nos pareció que el Camino del Cid podía ser interesante.

- ¿Cómo conociste la ruta?
Consultando internet la oferta es interminable. Nosotros ya estábamos interesados en hacer el Camino del Cid y al informarnos en su página web encontramos todos los datos que buscábamos en la opción cicloturista. Después adaptamos el recorrido y las etapas a nuestros intereses.

- Compaginas tu afición por los viajes con la práctica deportiva ¿has recorrido alguna otra ruta de características similares?
Viajar siempre me encantó. Claro que una cosa es hacerlo de manera convencional y otra en bicicleta, sobre todo cuando no es el deporte que practicas, como es mi caso, que soy maratoniano. Sin embargo la preparación física fue fundamental para poder realizar en bicicleta esta ruta y otras como el Camino de Santiago y la Ruta del Quijote.

- El pasado mes de octubre decides ponerte en ruta – junto a Jesús y Luis - ¿con qué expectativas saliste?
Te voy a contestar con las mismas palabras que aparecen en el salvoconducto que nos entregaron en Vivar del Cid al comenzar el viaje: “El deseo de recorrer y conocer tierras, gentes y lugares con el único fin de aumentar nuestro conocimiento y experiencia” 

- En tu libro vas ofreciendo diferentes pinceladas de los pueblos que recorres y que forman parte de la ruta del Destierro ¿recuerdas alguno especialmente?
Podría recitar por orden, como la lista de los reyes godos, cada uno de los pueblos por los que pasé (y varios de los que nos caían a trasmano) pero si me tengo de decantar por uno lo haré por Nograles, en Soria. Aún conservo las cuatro almendras que me dio el anciano y también por la sorpresa que me llevé cuando en  la presentación del libro uno de mis amigos me dijo que su padre era de Nograles y que él aún tenía tierras en el pueblo.

- Al margen de la riqueza patrimonial, paisajística… das un valor importante a las conversaciones y charlas que mantienes con los vecinos de algunos de los pueblos que mencionaba. Doy por hecho que era algo que querías transmitir en el libro… 
Para mí es algo muy importante. De hecho si algo lamento del viaje es no haber dispuesto de más tiempo para poder charlar con más tranquilidad tomando una caña en el bar del pueblo, si lo hay, o a la sombra de un árbol de la plaza. Y es que donde nosotros solo vemos una hermosa iglesia románica, los restos de un castillo o los interminables campos labrados, los vecinos ven también parte de su vida, con sus momentos buenos y malos. Y a mí me gusta escuchar las historias que me quieran contar, siempre con el máximo respeto, por supuesto.

- Otra cosa que me ha llamado la atención, además de la dureza del trayecto que mencionas en alguna página, es que lo que más te impresionó del viaje fue “el silencio”. ¿Se hacía difícil continuar el viaje con esa sensación de silencio permanente?
Tal vez sea porque al vivir en una ciudad industrial uno está acostumbrado a un ambiente plagado de ruidos o al murmullo incesante de las olas en la playa de Salinas a la que voy todos los días. El silencio me impresionó, sí, pero favorablemente. No viajaba solo y podíamos romperlo en cualquier momento pero procuré disfrutar de él el mayor tiempo posible.

- Una vez finalizado el viaje decides escribir el libro ¿por qué?
Es cierto que durante el viaje hice fotos y tomé algunas notas pero no pensaba en escribir un libro. Si piensas en escribir viajas de otra manera, ves las cosas desde la perspectiva de si esto servirá o no. Yo disfruté del viaje y una vez en casa nació la idea de contarlo. De contar mi viaje, mis vivencias porque si mis dos compañeros lo contaran, seguro que lo harían de manera diferente aunque hicimos el mismo recorrido. Lo que sí pretendí fue hacer, con mayor o menor fortuna, literatura de viajes no una guía cicloturista.

- ¿Habrá alguna parte más? ¿Seguirás recorriendo la ruta?
Nunca se sabe. Mi primer libro fue una novela histórica sobre la Operación Antropoide, el atentado contra el nazi Heydrich en Praga. Ahora escribo un libro de viajes sobre el Camino del Cid ¿El próximo? Si lo hubiera, lo único que tengo seguro es que será en prosa.

Aquellos interesados en el libro pueden obtener más información pinchando aquí.

Portada del libro "Por los Caminos del Cid"Portada del libro "Por los Caminos del Cid"




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