Skip to main content

Pablo Calvo (50 por ciento de Bikecanine): "Ahora soy más feliz que nunca"

Pablo y Hippie, en el monasterio de San Agustín de Burgos

Patricia Ansótegui

Pablo te hace pensar. Incluso plantearte tu forma de vida y tus rutinas. Con una mirada limpia, observadora y minuciosa exprime al máximo la vida, sus vidas y es que para él los cuatro años que lleva recorriendo el mundo en bicicleta es como si hubiera vivido tres o cuatro vidas. En 2015 creó Bikecanine, un proyecto del que es el 50 por ciento. El otro 50 le corresponde a su perra Hippie, lista y colaboradora a partes iguales. 

Pablo y Hippie en el monasterio de San Agustn de BurgosPablo y Hippie en el monasterio de San Agustn de Burgos
- ¿Quiénes sois Bikecanine?
Es un equipo formado por un hombre y un perro que nos conocimos en el año 2010. Por aquel entonces era bombero y estaba buscando un perro para trabajar en un rescate. Fui a la protectora y conocí a Hippie, encajaba perfectamente para ser un perro de rescate por las características que tenía y la adopté. A los pocos meses hicimos el primer viaje que fue la Vía de la Plata y ahí se forjó el proyecto de Bikecanine porque la gente se acercaba a ver un perro montado en bicicleta, les llamaba la atención y yo pensaba que eso tenía que servir para algo así que, en el siguiente viaje, decidí crear este nombre, crear este logo y aprovechar las miradas que recibíamos para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer infantil. Creé las redes sociales del proyecto y empecé a contar el viaje con fotos y unos pocos textos. Eso fue en 2012 y a partir de ese año la cosa fue creciendo hasta que en el 2015 dejé el trabajo y me dediqué a tiempo completo a viajar y a este proyecto.

¿Todos vuestros viajes tienen ese componente solidario?
Sí, todos los años intento tener una causa, bien sea para recaudar fondos, para concienciar… busco algún motivo que me interese y lo intento promover. Ya se han recaudado más de 60.000 euros y aunque este año ya he empezado el viaje lo tengo prácticamente enfocado, estará relacionado con el cambio climático.

"Hay momentos duros pero ahora 
soy más feliz que he sido nunca. Me siento
afortunado"

 

- Hace cuatro años dejaste tu trabajo la estabilidad de una vida ¿te has arrepentido en algún momento?
Hay momentos, sobretodo en invierno y cuando está lloviendo que te preguntas ¿qué hago yo aquí montado en esta bicicleta?, pero ese día cuando llegas a un sitio, acampas y entras en calor ese día dices ¡buah! ¡vaya día hoy!. Arrepentirme como tal más de cinco horas no lo he estado nunca. Claro que hay momentos duros y difíciles pero ahora soy más feliz que he sido nunca, me siento más joven de lo que he sido nunca y me siento muy afortunado por haber encontrado esto.

- Te escuchaba en una entrevista y decías que esta forma de vida cunde, que una vida es como si fueran dos o tres… ¡es casi una forma de conseguir la inmortalidad!
(Risas) Claro. Cuando eres niño un día es súper largo, un verano es eterno pero porque estás descubriendo el mundo, estás viendo cosas nuevas, entonces todos esos estímulos nuevos hacen como si el tiempo pasara mucho más despacio. Cuando te haces adulto, tienes un trabajo y una rutina, la rutina te mata. Pasa un mes y dices… ¿qué hice este mes?, no te das cuenta de que ha pasado volando. No tienes estímulos nuevos, no aprendes nada nuevo pero viajando es como si vuelves a ser un niño. En estos últimos cuatro años que he estado viajando es como si llevara tres o cuatro vidas.

- Ponemos en un peso de la balanza conocer nuevos lugares, en el otro conocer nuevas gentes. ¿Hacia dónde quieres que se incline? 
Quiero que esté equilibrada porque hay veces que conoces lugares impresionantes que te enamoran y hay veces que pasas por lugares que son más normales y que no te gustan tanto. Lo mismo ocurre con las personas. Yo creo que un viaje no sería un viaje si sólo tuviera una de las dos cosas. Sólo con paisajes bonitos faltaría algo más pero sólo con personas, también. Para mí tiene que haber un equilibrio, me gusta llegar a un sitio impresionante, igual no ver a nadie en tres días pero luego llegar a un pueblo y hablar con gente... que te cuenten cosas..

- ¿Has estado tentado a quedarte a vivir una temporada en alguno de los sitios por los que has viajado? 
Sí, lo he hecho. Por ejemplo en Budapest conocí a un chico que ahora es muy buen amigo mío y hemos viajado alguna vez juntos y estuve un mes allí. En Albania conocí a un matrimonio holandés que tenía un proyecto con el que recaudaban fondos, ropa y juguetes que repartían en zonas muy pobres que no tenían ni luz ni nada, me quedé dos meses y medio allí viviendo como se vive en Albania. En Malta también me quedé unos dos meses pero allí fue otra historia (risas).  Me gusta llegar a un sitio porque si pasas de largo no te empapas bien del lugar pero si vives aunque sea quince días… cuando ya conoces al de la tienda o ya te saludan por la calle ya cambia, ya puedes decir: he vivido en este sitio.

- ¿No te has planteado formar una familia? ¿tener hijos? ¿compartir la vida con alguien?
Me encantan los niños y siempre creí que iba a tener muchos pero siempre he pensado, más adelante, cuando me haga más mayor y sigo pensando lo mismo, cuando me haga más mayor... Ahora tengo 36 años pero me siento más joven ahora que cuando trabajaba. Ahora, sin embargo, no es el momento porque este estilo de vida es incompatible totalmente. Me gusta dormir en cualquier sitio, en un bosque… o en sitios en los se pasa frío, llueve... y con niños eso no lo podrías hacer. Hay muchísima gente que viaja con niños pero te tienes que adaptar a ellos y viajar para ellos. Lo mismo ocurre cuando viajas con un perro, yo por ejemplo no cojo aviones porque creo que no es seguro, si hace mucho calor me paro aunque yo pueda seguir por si el perro está sofocado. Yo ahora mismo soy un poco egoísta y prefiero viajar para mí y los niños tendrán que esperar y formar una familia lo mismo. Si que me gustaría tener una pareja y viajar con ella pero si ahora mismo tengo que elegir entre tener una pareja y viajar, elijo viajar claramente.

Hippie, el 50 por ciento de Bikecanine (Foto: Instagram Bikecanine)Hippie, el 50 por ciento de Bikecanine (Foto: Instagram Bikecanine)

- Pero ya tienes una pareja…
Yo la veo como una compañera. Me veo como un equipo. Yo tengo mis funciones y ella las suyas. Es verdad que tiene carácter, es buena pero tiene carácter. Acampado yo estoy tranquilo porque ella avisa, tiene un oído mucho mejor que el oído humano y dependiendo de cómo se comporte yo sé quién es o qué es… si me alejo con la bicicleta yo estoy tranquilo porque sé que nadie se va a acercar. Además si no existiera Hippie no hubiera existido este proyecto porque no hubiese llamado la atención de nadie y además ¡sale muy bien en las fotos!.

- ¿Te has planteado alguna vez viajar sin perro?
Mientras esté Hippie no. Alguna vez sí lo he pensado. Conozco a gente que no tiene perro y viaja y puede coger aviones, puede entrar en países a los que yo no puedo entrar porque no te dejan hacerlo con perro como por ejemplo Islandia o China. Tengo muchas limitaciones yendo con perro pero también tengo otras muchas ventajas que otra gente no tiene porque va sin perro. Por desgracia los perros no viven eternamente. Ahora es la etapa que tengo para viajar con Hippie, está bien y todavía es muy fuerte. El día que no esté ya tendré tiempo para viajar sin perro y ya veré… el día que no esté Hippie quizás no tarde ni una semana en tener otro. 

Un momento de la entrevista en la oficina del Consorcio Camino del CidUn momento de la entrevista en la oficina del Consorcio Camino del Cid

- ¿A dónde os dirigís?
Estoy aprendiendo a viajar. Tenemos previsto….

- (Interrumpo) ¿Todavía estás aprendiendo a viajar?
Se puede seguir aprendiendo toda la vida y a cualquier cosa, incluso a respirar. En otros viajes aprendí  a no ponerme metas, a no ponerme objetivos, a disfrutar más de los momentos, a empaparme más de los lugares por los que paso y es lo que quiero hacer en este viaje. Este viaje lleva por nombre “Nómadas del Oriente” porque somos nómadas y nos vamos hacia el oriente. Salimos de Gijón y nos vamos ahora por el Camino del Cid, empapándonos de la historia del Cid y aprendiendo de la historia de mi país. Desde aquí cogeremos un barco, nos saltaremos Europa que la conozco bastante bien y nos plantaremos en Oriente. Estaremos por Turquía, Georgia e Irán que son países que me apetece conocer. No tengo ningún plan concreto, lo que vaya surgiendo.

Entiendo por tanto que no sales con expectativas…
Sé lo que me va a esperar, tengo amigos que ya están por esa zona. Sé que me espera calor, gente súper hospitalaria en Oriente, montañas en Georgia, desiertos en Irán, culturas diferentes…


"Hay muchas formas de vivir
y viajar es una de ellas"

 

- Hace relativamente poco volvías a tu casa, a Gijón. Cuando regresas ¿ves las cosas muy cambiadas?
Aprecio muchísimo más determinadas cosas. Cuando viajas aprendes a tener los ojos mucho más abiertos. Últimamente he viajado mucho por España y viajar te hace apreciar mucho más las cosas que tienes cerca. Te das cuenta de que hay muchas formas de vivir y viajar es una de ellas.

- Las personas que, a través de tu canal de Youtube, vemos tu forma de vida, tus viajes... reflexionamos sobre nuestra propia forma de vida, sobre nuestras rutinas... ¿Eres consciente de ello?
Para mí lo que yo hago es normal. Para mí viajar en bicicleta con un perro es lo más normal que hay porque es lo que hago. No me parece extraordinario, tampoco le doy demasiada importancia. La diferencia es que yo lo cuento. A mi me encanta grabar, me encanta hacer fotos y al contarlo se ve. También las pantallas agrandan la normalidad. 

Tu canal de Youtube es el canal viajes en bicicleta con más seguidores y con más reproducciones de habla hispana. Me llama la atención la legión de seguidores procedentes de Latinoamérica
Según las estadísticas el 40 por ciento de los seguidores son de España, la siguiente cifra el 7 o el 8 por ciento es de Argentina aunque sí es cierto que si sumas estos países la cifra aumenta.

- ¿Dónde te ves dentro de treinta años?
En tres meses no sé dónde voy a estar (risas). Vengo de estar con Luis Markina, otro viajero, aventurero que ha hecho muchísimo por la bicicleta y dentro de treinta años tendré la edad que tiene él. No me importaría estar viviendo como está viviendo ahora él, en un pueblo tranquilo, con viajes puntuales y haciendo cosas relacionadas con la bicicleta. Me gustaría seguir con la mentalidad y el espíritu que tiene una persona como Luis tan abierto y vivo como él. 

Compartir