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Juan José García: “El Cid es cultura e historia. Es pacto y es guerra”

Juan José García, editor de Siloé y director del Museo del Libro

Patricia Ansótegui


“La repercusión que tiene el Cid es brutal. Percibíamos que el interés era cada vez mayor”, bajo estas premisas Juan José García, editor de Siloé y director del Museo del Libro de Burgos, decidió hace apenas cuatro meses liarse la manta a la cabeza y con el asesoramiento de Gregorio González – Mirbind- gran conocedor del universo cidiano, dedicar una planta íntegra del museo a la figura del Cid. No es la primera vez que tratan el personaje ya que a lo largo de la historia del Museo han sido varios los guiños que han hecho al Campeador. Sin embargo ahora y de forma permanente ofrecen al visitante un espacio sobre el de Vivar que emana trabajo, cariño y mimo, mucho mimo 

El editor de Silo y director del Museo del Libro, Juan Jos Garcia observa los documentos de una de las vitrinas del recientemente inaugurado Museo del CidEl editor de Silo y director del Museo del Libro, Juan Jos Garcia observa los documentos de una de las vitrinas del recientemente inaugurado Museo del Cid 

- ¿Cuándo y por qué surge la idea de poner en marcha un espacio dedicado al Cid?
El Museo del Cid está en el mismo edificio que el Museo del Libro, pero quiero subrayar que se trata de un compartimento absolutamente estanco porque aunque hemos hecho hincapié en los libros, es solamente una parte la que relaciona al Cid con la historia y con la religión. En 1999 adquirimos la edición completa de una editorial de Valencia que había reproducido los documentos de donación del Cid y Jimena a la Catedral de Valencia y cuyos originales se conservan en la Catedral de Salamanca. También realizamos el facsímil de la Carta de Arras que por cierto quedó de maravilla. Coincidió que cada vez que asistíamos a foros o encuentros internacionales siempre encontrábamos a auténticos seguidores del Cid tanto eruditos como otro tipo de personas con un mínimo de cultura. En Burgos, quizás al estar en el ojo del huracán, no nos damos cuenta de la repercusión que tiene el Cid, pero es brutal. Percibíamos que el interés era cada vez mayor.

- Y se empezaron a dar los primeros pasos… 
En su día pensamos en comprar un edificio cercano para hacer un museo exclusivamente dedicado al Cid pero todo es carísimo y hay que valorar dedicar toda una planta al Cid en el Museo del Libro que está en el centro de la ciudad. Hace ya un tiempo, y a través de una herramienta de Google, conocíamos que la estatua del Cid de Burgos era el punto más fotografiado de la ciudad. Creo que es una casualidad puntual porque está claro que el punto más retratado de Burgos es la catedral, lo que pasa es que la gente toma las fotografías desde tantos lugares que no existe un sitio  geográfico concreto que permita tomarlo de referencia. Sin embargo la estatua del Cid está ubicada en un punto geográfico muy reducido. Yo creo que las matrículas de nuestros coches circulando por la Plaza del Cid han dado la vuelta al mundo en miles de fotografías. Por otro lado, nosotros somos una empresa cultural que no recibe ninguna ayuda por lo que necesitamos promoción. Como decían los franceses, “en Francia no tenemos petróleo pero tenemos ideas”. A nosotros nos pasa lo mismo, tenemos ideas y tenemos músculo, en cuanto pensamos algo lo hacemos de inmediato, lo mejor posible y con el gran potencial que tiene nuestro pequeño equipo humano que se multiplica con los maravillosos contactos que apoyan a pies juntillas todo lo que hacemos desde Siloé. 

- Si el Cid tuvo a Álvar Fáñez ¿Juan José García ha tenido a Gregorio González Vilches – Mirbind -  para sacar adelante el Museo del Cid?
Yo sabía que era un gran coleccionista, una persona de un carácter maravilloso que se entrega, con una claridad e ideas extraordinarias. Sólo tuve que decirle: se va a tardar en hacer en Burgos un Centro de Interpretación del Cid pero nosotros queremos hacer un museo ya. Captó y desarrolló perfectamente esa idea de que no sólo se iba a hacer desde un punto de vista literario si no también desde un punto de vista general, que queríamos que fuera un punto más, un átomo más de ese museo del Cid que hacemos y que hacéis muchísimas personas e instituciones cada día y es que el gran museo del Cid son los pueblos del Camino del Cid, el Solar del Cid, las excavaciones que se han hecho allí, es traer la Tizona original al Museo de Burgos, en el Molino del Cid y la Legua Cero de Vivar, es el monasterio de San Pedro de Cardeña o la catedral donde está su tumba.

"El Museo del Cid es un átomo más
de este gran museo que hacemos  
muchísimas personas e instituciones cada día"

 

- Antes de comentar los contenidos o las piezas que exponéis veo que seguís una línea narrativa…
Lo que hemos hecho es contar una historia, el museo tiene esa línea narrativa que vamos a desarrollar con un librito para visitantes que estamos creando ya que una cosa es el texto que va a leer el visitante y otra el que, a posteriori, va a leer unos días después cuando esté en su casa y quiera ampliar la información.  El Voynich atrae a mucha gente , también la historia del libro que contamos en el museo, nuestra editorial que hace libros maravillosos de todo el mundo y ahora el Museo del Cid, que va a atraer a mucha más gente aún. 


Contenidos del Museo del Cid

- ¿Qué va a encontrar el visitante que acuda a esa primera planta del Museo del Libro?
Desde el primer momento queremos que sepa que del Cid empezamos a saber por escritos. Desde que entramos vemos los documentos que certifican que el Cid existió. A continuación encontramos una reproducción de la Tizona. El escrito es la paz pero de repente aparece la guerra representada por la espada. Así tenemos vacunado al visitante que ya sabe que el Cid es cultura, historia pero también es pacto y es guerra. Luego encontramos la edición del Cantar de mío Cid de Timoteo Riaño y también hacemos un guiño a la religión a través de las dos biblias que mostramos. Por un lado exponemos la Biblia Románica de Burgos, coetánea del Cid y que probablemente vio, así como la Biblia Visigótico-Mozárabe que alberga el monasterio de San Isidoro de León. También mostramos otros documentos de coetáneos del Cid como la edición facsímil de la vida de San Lesmes o el Beato de Fernando I y Doña Sancha. Junto a estos volúmenes también exponemos la Carta de Arras, otros libros muy interesantes aunque bastante más recientes o una vitrina con piezas de coleccionistas como el propio Mirbind o José Luis Fernández Alonso. La figura de Jimena por supuesto también está contemplada con documentos, una escultura o en las ilustraciones. Para la elaboración de los textos que acompañan a cada una de las piezas hemos contado con la colaboración de Alfonso Boix, medievalista y uno de los mayores especialistas que existen sobre el Cantar de mio Cid.

- Sin embargo, falta un elemento importante…
La gente quiere tocar y hacerse fotos con el Cid. Hemos encargado al escultor Juan Villa (responsable de todos los decorados y atrezo del programa Cuarto Milenio de Iker Jiménez) un Cid que probablemente tengamos aquí hacia finales de junio o primeros de julio. Queremos que presida la sala. No será una escultura de pose ya que el Cid aparecerá en acción que es como nos lo imaginamos imponiendo su figura y respeto. 

Una buena forma de acercarnos mejor al personaje… 
Existen muchísimas manifestaciones que nos permiten interpretar su figura. Sin embargo a los habitantes del siglo XXI nos cuesta mucho meternos en el pellejo mental y diario de los hombres y mujeres del Medievo y más aún de la Alta Edad Media. El propio Cantar de mío Cid nos acerca mucho pensamiento y filosofía. Tenemos que plantearnos…  ¿cuántos Cid hay hoy en día? El ejemplo del Cid es una persona con un sentimiento de supervivencia tremendo, la palabra destierro es lo más cruel que le puede pasar a un ser humano y con el destierro se le quita la pertenencia, se queda totalmente desprotegido. Sin embargo sale adelante de esa desprotección total. No hay duda que debía tener un carisma tremendo. 

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