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María L. Herranz: El Cid tenía una inteligencia natural que le ayudaba a tomar decisiones, era muy astuto y con gran visión de futuro

María L. Herranz
Patricia Ansótegui

El Cantar de mío Cid no deja de sorprendernos. Cuando parece que ya está todo escrito, recibimos una nueva visión en la que (es bastante probable) no habíamos reparado. Algo parecido le ocurrió a María López Herranz, coach profesional, ex directiva de publicidad, directora de Onda Positiva (empresa de Coaching Ejecutivo) que, un buen día, decidió recuperar el Cantar y, tras volver a leerlo, comprobó que las claves del liderazgo y los éxitos del Cid que aparecían en él continuaban vigentes en pleno siglo XXI. A partir de ahí decidió escribir La estrategia del Cid (LevenAnclas), un libro claro y sencillo que aporta las cinco claves básicas que hicieron del Cid un emprendedor de éxito
 
- ¿Cómo surge la idea de escribir La estrategia del Cid?
A mí me gusta decir que La estrategia del Cid es el resultado de lo inesperado. En el año 2007 se celebró el octavo centenario de la publicación del Cantar y decidí volver a leerlo. Lo había hecho con dieciséis años, como parte de mi aprendizaje en el colegio. Cuando en 2007 lo leí de nuevo yo era directiva de una multinacional y esa nueva perspectiva me hizo ver en el Cid su faceta de líder y emprendedor. Me sorprendió especialmente darme cuenta de que las claves del liderazgo y de los éxitos del Cid continuaran vigentes en el siglo XXI. Y también el que el autor del Cantar, que lo escribió casi un siglo después de la muerte del Cid, fuese capaz de plasmarlas por si mismo. Esa inesperada doble sorpresa me hizo considerar la posibilidad de escribir un libro mostrando las claves de liderazgo y emprendimiento que se pueden encontrar en el Cantar.
 
- En tu libro hablas de las cinco claves básicas del liderazgo actual, claves que ya aplicaba el Cid del Cantar...
Sí, hablo de cinco claves básicas. En el libro se puede encontrar alguna más, pero me pareció mejor centrarme en las que yo considero esenciales para ejercer un buen liderazgo y para poner en marcha proyectos profesionales. Son claves que se enseñan hoy en día en las mejores escuelas de negocio del mundo. Claves que yo utilizo cuando trabajo con directivos en el desarrollo de sus habilidades y de sus competencias. Es increíble pensar que hace casi un milenio ya se utilizaban, no sé si de manera voluntaria o no, pero el caso es que en el Cantar pueden verse claramente reflejadas. Parece que la naturaleza humana y las motivaciones más profundas no han cambiado mucho en todo este tiempo.
 
- Son cinco capítulos (uno por cada clave o pauta). Aunque no pretendo desvelarlas sí me gustaría hablar de la primera: la marca personal. Algo que el Cid parecía tener muy bien definido ¿no?
Definido o no, lo cierto es que lo tenía. Quiero decir con esto que quizá no era consciente inicialmente de la leyenda que se estaba forjando en torno a él y de la influencia que esto tenía en las personas, en la admiración que le profesaban y en la autoridad que le concedían. Pero eso era lo que estaba ocurriendo y lo que le ayudó cuando llegó uno de los peores momentos de su vida: el destierro. Era un hombre que se hizo un nombre, lo que hoy llamaríamos una marca personal, gracias a su trayectoria como caballero y como guerrero. Tenía algo que le hacía diferente, único, y que movilizaba e inspiraba a las personas a su alrededor. Supo sacarle partido y esa fue una de las claves, quizá la primera, de su éxito. Sin su marca personal pienso que el Cid nunca habría logrado lo que logró. Fue lo que le impulsó.
 
- Mencionas que no es lo mismo marca personal que reputación. Sin embargo, al Cid su reputación parece que sí le ayudó en los primeros momentos del destierro...
Sí, no es lo mismo marca personal que reputación, pero la situación perfecta es que ambas vayan de la mano, algo que el Cid consiguió. Marca Personal es aquello que te define, que te hace único, lo que te diferencia. Y es algo que depende de ti, de lo que quieras destacar de ti mismo y utilizar para darte a conocer y diferenciarte. La reputación sin embargo es algo que te otorgan los demás, es cómo te ven otras personas, no depende directamente de ti. Por eso, cuando marca personal y reputación coinciden, se produce la situación perfecta en términos de imagen. Eso es lo que consiguió el Cid durante toda su vida y lo que más le ayudó cuando se produjo su destierro.
 
- Otra de las claves está relacionada con el liderazgo. ¿Se hacían más necesarios los líderes en la Edad Media que en el momento actual?
Los líderes son siempre necesarios, sobre todo en momentos convulsos o de crisis. La Edad Media fue un periodo difícil en muchos aspectos en el que las personas que encontraban un buen líder se sentían más protegidas y con la sensación de que alguien sabía hacia donde tenían que dirigir sus esfuerzos y sus vidas. Eso también ocurre actualmente.
 
- Pero... ¿por qué necesitamos un líder?
Yo aquí diferenciaría entre un líder y un buen líder. Y un buen líder es necesario por muchas razones, tanto emocionales como racionales. Porque en general nos sentimos más seguros cuando alguien guía nuestros pasos con confianza, porque en los momentos en que no hay consenso en los colectivos humanos, alguien tiene que tomar una decisión, porque necesitamos ejemplos, admirar a alguien, aprender de alguien, incluso de sus equivocaciones, de sus áreas de mejora, de cómo se enfrenta a la adversidad, de su resistencia o fortaleza para recuperarse y empezar de nuevo. Porque no todas las personas tienen talentos relacionados con las habilidades directivas y de gestión de personas. Necesitamos líderes inspiradores que nos hagan sentir que el futuro, ese lugar desconocido e impredecible, es una meta esperanzadora y segura.

"El Cid era un gran conocedor de la 
naturaleza humana, tenía ese talento innato y eso le
ayudó toda su vida"  
 
- ¿Crees que el Cid era consciente de estas habilidades y que, por tanto, las empleaba?
Pues la verdad es que no lo sé, aunque tengo la impresión de que no era consciente de ello. Simplemente creo que era un hombre tan seguro de sí mismo que no temía impulsar a los demás, que sabía que necesitaba buenos colaboradores y se rodeaba de ellos sin pensar en ningún momento si alguno de ellos le podría hacer sombra o no. Que era generoso porque conocía y valoraba el esfuerzo del soldado, la dureza y el riesgo de la batalla, y sabía que aquellos que ponían su vida a su servicio tenía que recibir algo a cambio que pudiera compensar mínimamente lo que hacían. Que era un caballero y los caballeros entonces tenía valor, honor y sentido de la justicia, y eso provocaba inspiración y admiración en sus mesnadas. Y sobre todo creo que el Cid era un gran conocedor de la naturaleza humana de una forma completamente intuitiva, natural, tenía ese talento innato, y eso le ayudó toda su vida.
 
- ¿Qué otras características tenía el Cid que se pueden aplicar hoy en día?
Pienso que era muy asertivo, algo muy necesario en el liderazgo. Que tenía una gran capacidad de comunicación y era capaz de transmitir claramente lo que pensaba y lo que quería, que probablemente era bastante empático con aquellos que estaban a su lado, y en algunos momentos incluso con sus enemigos. Que tenía una inteligencia natural que le ayudaba a tomar las mejores decisiones en los momentos más complicados, que era muy astuto y además tenía una gran visión de futuro y un pensamiento estratégico muy desarrollado.
 
- Leyendo las páginas de tu libro me ha gustado especialmente algo que apuntas sobre Rodrigo. 1ª que se rodeaba de profesionales incluso mejor cualificados que él y 2º que sabía delegar. ¿Crees que los líderes actuales aplican estos principios?
Creo que los líderes actuales saben racionalmente que hay que aplicarlos, pero emocionalmente muy pocos están preparados para hacerlo. Es necesaria mucha seguridad, mucha confianza en uno mismo y en los demás, una buena autoestima y mucha generosidad, tanto para rodearse de profesionales mejores que uno mismo como para delegar. Delegar en alguien muy preparado es relativamente sencillo. Lo difícil es delegar en alguien en quien sabes que está en fase de aprendizaje. Es necesario destinar un tiempo que a veces no se tiene a explicar a las personas lo que queremos que hagan y además se corre un riesgo en cuanto a los resultados, pero es esencial para hacer crecer a las personas que conforman los equipos y grupos de trabajo, y por ende a la empresa y al propio líder. Delegar es un acto de generosidad y de inteligencia que no se lleva a cabo tan a menudo como sería deseable. Es una gran asignatura pendiente para muchos líderes.
 
- Varios de nuestros entrevistados han apuntado que, actualmente, el Cid sería un gran empresario. ¿Coincides con esa afirmación o te arriesgarías a ponerle en "otro lugar"?
El Cid fue excepcional porque contaba con las habilidades y competencias más adecuadas para sobresalir en su actividad profesional -la lucha, la batalla, la conquista- en el periodo histórico en el que vivió. No sólo las habilidades de liderazgo y emprendimiento que destaco en el libro, sino también las del guerrero que era, el dominio de la lucha, la fortaleza física, el profundo conocimiento de la batalla y su estrategia, etc. Y contaba además con algo que es esencial para los empresarios de hoy en día: la capacidad de adaptación a situaciones cambiantes y de crisis. El Cid supo adaptarse muy bien al cambio incluso, y sobre todo, en los peores momentos. Y además lo hizo con agilidad. Esto es algo fundamental para cualquier empresa. Y lo será también en el futuro. Por eso creo que sí, que podría ser un gran empresario, emprendedor y líder en estos momentos.
 
- ¿Crees que el Cid carecía de alguna habilidad que le hubiera podido ayudar aún más en sus empresas?
Bueno, si algo le hubiera ayudado más en sus empresas quizá ahora hablaríamos de él como rey de Castilla o del reino de Valencia o algo así. Según las descripciones que nos hacen de él, lo tuvo todo para llegar. Y llegó. No creo que le faltara nada, al menos nada fundamental para el éxito.
 
- Por último, en tu libro recomiendas leer el Cantar ¿aún se pueden descubrir aspectos que podemos aplicar en la actualidad?
Por supuesto. Soy coach, creo que un mismo hecho puede verse desde muchas perspectivas distintas. Yo, desde mi perspectiva de directiva, leí el Cantar y descubrí aspectos relacionados con el liderazgo y el emprendimiento. Quizá un economista, un militar, un artista, un abogado o un aristócrata, por poner algunos ejemplos, encontrarían, desde sus perspectivas, enfoques diferentes, aspectos del Cid que nunca han sido destacados. Es un personaje histórico que ofrece una gran riqueza vital. Y tenemos la suerte que sus hazañas hayan sido maravillosamente cantadas y contadas en ese libro excepcional, que es el Cantar del Mío Cid. Creo que con nuevas miradas todavía tiene mucho que ofrecer.

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