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Álvaro Neil: He encontrado en el movimiento una forma de vivir

 
Alberto Luque Cortina
 
Se llama Álvaro Neil (Oviedo, 1967). En 2004 dejó España para dar la vuelta al mundo en bicicleta. Mucha gente le conoce como el Biciclown porque en su viaje ofrece a la gente más humilde sus espectáculos de payaso, de magia y acrobacias. Se decidió a ponerse en marcha el día que comprendió que "los cementerios están llenos de soñadores". Lleva más de 3.000 días de viaje y 117.000 km. Todo lo que necesita lo lleva en su bicicleta: desde un libro a la tienda de campaña. Ha recorrido unos 70 países, desde el Congo a Nueva Zelanda, pasando por Etiopía, Ruanda, Mongolia, Bhután, Pakistán, Irán, Nepal, Japón, Australia... viajando y viviendo, como él dice, "a la velocidad de las mariposas". Tiene previsto terminar su viaje y regresar a España dentro de cinco años. Le encontramos en Los Ángeles:
 
Cuando entro en tu página web y leo tus diarios, y veo tus magníficas fotografías, ya sea en la selva o en el desierto, a veces en lugares que ni siquiera aparecen en los mapas, lugares "al final del mundo", lo primero que pienso es: "Cuántas experiencias. Cuántas vidas en una sola".
El problema es que tú estás sentado en el sillón de tu casa, le das a un botón de tu ordenador y estás pasando de Angola a China, de China a Australia, de Australia a Mali, y eso es agotador. Yo no he hecho eso. Yo no he ido "de país a país". Viajar en bicicleta te permite digerir todos esos encuentros y experiencias. Por eso no tengo la sensación de enormidad a la que te refieres. Ahora, por ejemplo, estoy en Los Ángeles pero hace tres meses estaba en Alaska. Si haces ese viaje en avión el cambio es brutal, es un shock, yo sin embargo me adapto lentamente, con cada pedalada.
 
Hablando de Alaska, un día Rosa María Calaf me dijo que te encontró allí por casualidad, en un paraje helado y desolado donde nadie podría imaginar a un tipo en bicicleta. Sospecho que has tenido más de un encuentro inverosímil en estos ocho años: ¿el azar es muy caprichoso o es que el mundo no es tan grande como imaginamos?
El mundo es grande para el que se queda en casa y pequeño para el que lo recorre.
 
Aquí, en España, estamos tan absortos en nuestros problemas y en la crisis que nos asfixia, que nos cuesta levantar la cabeza y mirar los lados: así, nuestra percepción del mundo cada día es más limitada y nuestro criterio se empobrece.
En mi caso viajar me ha dado una visión más amplia. Después de tantos años me he convertido en una persona apátrida, apolítica y atea. Yo nací en España por casualidad, quiero decir que no lo elegí, es una cuestión de azar. He viajado por muchos países y me cuesta identificarme con uno solo. Me identifico con un sudanés con el que charlé en la calle; me identifico con un tipo que conocí en Nueva Zelanda...
 
Las personas, no las ideologías ni los países...
¡Claro! ¿Por qué poner etiquetas? Tú eres católico, yo soy budista, él es musulmán... A mí me da la risa eso. A mí los musulmanes me han dado de comer y de dormir, y también los budistas y los católicos. ¿Por qué elegir un equipo de fútbol si puedes pertenecer a todos?
 
¿Cómo cambia la perspectiva de las cosas cuando todo lo que tienes viaja contigo?
Todo lo que necesito lo muevo yo y está al alcance de mi mano. No tengo que pensar qué ropa me pondré mañana o qué mermelada tomaré porque solo tengo una... Y esto no me angustia, sino todo lo contrario, me tranquiliza. No tengo que pensar en hipotecas o en que mis acciones en el banco han caído: la vida es más simple cuando uno viaja en bicicleta, como un nómada. Yo salí de España siendo un viajero y volveré siendo un nómada, es decir: alguien que ha encontrado en el movimiento su forma de vivir. Necesito que mi horizonte cambie cada día, por eso digo que mi lugar preferido es el siguiente.
 
Osea, que para ti el viaje es una forma de vida a la que no puedes renunciar, pero ¿y al principio? ¿pensaste alguna vez en abandonar tu proyecto?
Nunca he tenido ese pensamiento, y he tenido muchos problemas. Pero regresar sólo sería una forma fácil de cambiar de problemas. Volver a España no es una solución porque, en realidad, la vida es siempre un reto con independencia de dónde estés. Y nosotros tenemos la capacidad para resolver ese reto.
 
Entonces invierto la pregunta: ¿has estado tentado a quedarte a vivir en alguna parte? ¿Qué es lo que te ata a un sitio, el lugar o las personas?
Evidentemente las personas. Yo salí a dar la vuelta al mundo para ver el Gran Cañón, Nueva Zelanda, para ver el Desierto de Australia, para ver el Himalaya... pero ahora viajo para conocer personas. Me interesa mucho más tener una charla con alguien que ir a ver el museo de la ciudad donde vive. Sin embargo nunca he deseado quedarme en un sitio. Las personas... las personas son maravillosas, y he conocido a mucha gente en circunstancias muy especiales, pero claro, lo mismo que conocen al biciclown durante cuatro días y el biciclown no para de contar historias, y es un tipo divertido, al quinto día el biciclown sigue con la misma camisa, y empieza a repetirse... entonces es mejor despedirse. Mi naturaleza es nómada, hay mucha gente en el mundo a la que quiero conocer.
 
Has atravesado en bici lugares conflictivos como Congo, Etiopía, Sudán, Georgia, Pakistán... Muchas veces la imagen que tenemos de estos países proviene de la televisión y es muy negativa. Sin embargo, cuentas que es ahora, en Estados Unidos, donde estás encontrando dificultades, no diré mayores, pero sí insospechadas.
Es justo lo que dices: son dificultades insospechadas. Yo no podía imaginar que aquí la policía pudiera poner tantos problemas, o la actitud tan distante de la gente en la calle. El otro día estaba en Hollywood: intentaba vender mi documental en la calle, pero la gente que pasaba por delante ni siquiera me miraba. La gente no te mira para no recibir información tuya, positiva o negativa. Si quieren ver a un tipo que viaja en bicicleta por el mundo van a casa y ponen el National Geographic, pero si lo tienen delante suyo no se arriesgan.
 
La gente en el "primer mundo" tiene miedo...
Sí. Hay cosas que son pura matemática: un coche genera agresividad. Tú pon al Dalai Lama a conducir en un atasco en la M30 en Madrid y en una semana se volverá un tipo agresivo. Bien, pues tener muchas cosas materiales genera un deseo de protección, de que no te lo quiten, y la sensación de que no necesitas a los demás. Y cuando no los necesitas, no te preocupan, y hasta te molestan. Decía un escritor senegalés: "Un día puedes llegar a perder todo y darte cuenta de que necesitas a los demás". Eso es lo que pasó en Japón, tras el tsunami. De repente esos tipos se necesitaban unos a otros. ¿De verdad nos hacen falta huracanes, guerras o crisis económicas para entender esto?
 
Has hablado del tsunami... Tú estabas en Japón cuando sucedió. Estuviste allí seis meses.
Sí. Llegué un mes antes del tsunami, y ocurrió. Los japoneses son muy organizados, y funcionan bien en situaciones de emergencia. Fue sorprendente vivir en un campo de refugiados y ver cómo compartían la comida, cómo lo compartían todo. Fue una experiencia muy importante para mí.
 
Has publicado cinco libros, dos fotográficos y tres diarios de viaje. También se han publicado sobre ti cuatro documentales, uno de ellos tiene el título: A la velocidad de las mariposas. ¿Viajar a la velocidad de las mariposas da una mejor perspectiva de la fugacidad de la vida?
Las mariposas viajan a una velocidad humana, y también la bicicleta. Ese acompasamiento te ayuda a entender mejor las cosas. Todo lo que tenga una dimensión humana es admisible, por eso viajar en avión, coche, moto... claro, está bien, es útil, pero también tiene un reverso negativo, hay que mirarlo con cierto recelo o por lo menos con cierta distancia.
 
Muchos se preguntan, ¿de qué vives?
El sesenta por ciento del dinero que necesito para el viaje es mío, de mis ahorros, de la venta de mis libros... Cada mes escribo un reportaje para la revista Bike. Un veinte por ciento son patrocinadores que me dan la bicicleta, la tienda, la ropa, osea: material, no dinero. El otro veinte por ciento me lo "encuentro" en el camino: alguien que me invita a comer, o a dormir, o me compra un DVD en la calle. He reducido mis gastos a 300 dólares al mes en un país del "primer mundo"; África o Asia lo he hecho con 150 euros al mes. Es poco dinero; al final, entre una colaboración con una revista y unos cuantos dvd"s o con la venta de mis libros sobrevivo. Ahora por ejemplo, mi nuevo documental lo he puesto en Verkami, para que la gente lo conozca y si quiere colabore.
 
De algún modo se trata de cerrar un ciclo: a ti pueden ayudarte pero tú también ayudas a los demás, ya que por un lado está Álvaro, el viajero, y por otro está el Biciclown. Tú siempre has querido hacer espectáculos de payaso. Se trata de sacar una sonrisa a gente que la está esperando de los demás...
Mi proyecto se llama "Miles de sonrisas alrededor del mundo". Lo que me he dado cuenta viajando es que la primera sonrisa necesaria, aquella sin la cual el proyecto no puede funcionar, es la mía. A la gente se le puede hacer sonreír de muchas maneras: están los espectáculos, pero también a través de mis libros, o los documentales, o el simple trato diario.
 
Cuando comenzaste tu viaje por África tu faceta de payaso llamó mucho la atención. Ahora, después de ocho años, parece que la faceta del viajero se ha agigantado. ¿El Álvaro viajero se está comiendo al Álvaro Biciclown?
No. Sigue estando todos los días, pero hay lugares en los que es mejor guardarlo dentro de la maleta. Esto me está pasando bastante en Estados Unidos, sobre todo en la calle. No puedes bromear con un desconocido, a veces no lo entienden y hasta se asustan, porque están fuera de contexto. Sólo si van a ver una función de un payaso ahí se ponen en función "modo risa", y entonces sí. Pero en el día a día no están en modo "risa", sino en modo "hasta las pelotas de trabajar". En otros países la gente no está tan compartimentada: no es "ahora trabajo y ahora me divierto", está más mezclado, y es más bonito.
 
Tienes miles de seguidores y amigos por todo el mundo: ¿tú crees que parte de esa atracción se debe a que estás haciendo cosas que a ellos les gustaría hacer?
Yo creo que lo que más le atrae a la gente de mí es haber tenido el valor para romper. Por eso la pregunta que más veces me hacen es: ¿por qué?. ¿Por qué has dejado una vida normal para ir a la carretera a dormir en una tienda de campaña y pasar hambre, frío o peligros? Y luego, cuando ven que eres feliz haciendo lo que haces, que eres un tipo tan normal como ellos, piensan: igual no está tan mal, igual no es una locura, igual yo puedo hacerlo. Y sí, es cierto que hay gente que piensa: "¡Qué bárbaro, dar la vuelta al mundo en bicicleta!, pero para mí tener hijos... ¡eso sí que hay que tener coraje! Esa sí es una gran responsabilidad, y para toda la vida.
 
Las dos opciones son válidas. El problema surge cuando uno no hace lo que quiere, cuando está anclado en una situación que detesta y no hace nada para remediarlo. Es una cuestión de coherencia personal, y eso tiene mucho que ver con la felicidad, el gran objetivo. Tu nuevo documental va por ahí.
Se titula Contagiando alegría. Iba a llamarse Defender la alegría, que es un poema de Benedetti, pero me di cuenta de que defender es un término negativo. Contagiar, en el sentido de extender, es más positivo. El documental comienza diciendo: "Mentiría si dijera que no he cambiado en los últimos 3.000 días de ruta". Por entonces yo era un tipo más ambicioso, con ganas de ver el mundo y de demostrar cosas a mí mismo y a los demás. Ahora veo el mapa del mundo y me cuesta creer que lo haya recorrido en bicicleta, y no tengo que demostrar nada. Solo pretendo ser honesto, intentando actuar correctamente y haciendo lo que me gusta. Con este último documental no busco ganar dinero o que la gente diga: ¡oh, bárbaro el tipo este! Lo he hecho porque me apetecía mucho trabajar con su director, Matías Saccomanno, y deseo que haga feliz a la gente que lo vea. Esa mi única motivación.
 
Algunos enlaces
  • Puedes ver a Álvaro en este vídeo del documental "A la velocidad de las mariposas": http://vimeo.com/29464737 , uno de los muchos vídeos de Álvaro que podrás ver en Vimeo, algunos increíbles. ¡Te recomendamos que les eches una ojeada!
  • Su página web es http://www.biciclown.com
  • En sus diarios, Álvaro cuenta a vuelapluma y cuando puede sus impresiones. Si pinchas en una de sus últimas entradas, donde podrás entender mejor cómo viaja.
  • Su Facebook es: https://www.facebook.com/biciclown.fb
  • Puedes también acompañarle en Twitter: https://twitter.com/biciclown
 

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