Según la tradición oral, cabalgando por la Sierra de Albarracín – y en concreto por la zona de Tramacastilla – Pero Gil, caballero del Cid, fue sorprendido por un contingente musulmán que empezó a perseguirle. Al llegar a un desfiladero – llamado Barrancohondo - se vio acorralado y tuvo que espolear a su caballo para saltar de un lado al otro del río. Por allí se escapó y parece ser que el ejército enemigo, sorprendido por la magnitud del salto, perdonó la persecución. La leyenda también cuenta que la huella del caballo quedó impresa en una roca.
Visita: libre.
Rev. PAB: 23.12.19