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Alberto Montaner: "En el Camino del Cid se da una concentración de geografía épica que hace que tenga una potencialidad excelente"

El catedrático y experto en el Cantar de mío Cid, Alberto Montaner

Patricia Ansótegui

El catedrtico y experto en el Cantar de mo Cid, Alberto MontanerEl catedrtico y experto en el Cantar de mo Cid, Alberto MontanerLa localidad burgalesa de Salas de los Infantes acogió a mediados de julio un congreso sobre el Poema de los Siete Infantes de Lara. El encuentro logró congregar a prestigiosos especialistas sobre épica medieval europea. Entre ellos se encontraba Alberto Montaner Frutos, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza y uno de los mayores expertos cidianos que existen en la actualidad. Con él compartimos unos minutos para hablar del encuentro y, lógicamente, del Cantar de mío Cid, en su opinión un poema "único" en la épica mundial.

- Finalizado el encuentro sobre el Poema de los Siete Infantes de Lara ¿qué balance podemos hacer?
El congreso ha sido un éxito en cuanto al nivel de las intervenciones, de la categoría de los invitados y, también, en lo que se refiere a la asistencia y participación del público. Entre nosotros - los ponentes - incluso hemos comentado que no es fácil congregar a un público ajeno al ámbito académico. Sin embargo en este congreso la asistencia y la participación ha sido muy notable y desde luego la gente de Salas de los Infantes se ha volcado, ha participando constantemente y además lo ha hecho con preguntas muy pertinentes.

- Una de las ponencias más comentadas, precisamente por los vecinos de Salas de los Infantes, fue la del profesor Gonzalo Martínez Díez en la que, de alguna forma, desmontaba la leyenda de los Siete Infantes de Lara...
Sí, comentaron que les había dejado un poco chafados. Yo no pensé que produciría esa reacción ya que él dejó muy claro que una cosa era la historicidad de los sucesos y otra el valor del poema épico como monumento literario, como sistema de valores. Que el texto sea ficticio no significa que no refleje el ambiente de una época, el ideario vinculado a los orígenes de Castilla. El valor del texto no está en su función documental sino en la capacidad de sugerir el imaginario que es capaz de exaltar. Otro de los ponentes, el profesor Miguel Cuenca, señaló que mientras sigamos hablando de la leyenda, la leyenda está viva y mientras esté viva significa que su valor radica en esa vitalidad.

- En alguna ocasión he tenido oportunidad de hablar con Gonzalo Martínez Díez y éste siempre ha insistido en la necesidad de diferenciar la historia y la leyenda, un argumento que parece difícil desvincular de los grandes cantares de gesta...
Hay un problema desde el punto de vista teórico. El gran estudioso de la épica y el fundador de la filología española Ramón Menéndez Pidal hizo tanto hincapié en la historicidad de los poemas que, al final, terminó condicionando la lectura, en este caso, de los Siete Infantes de Lara. Desde que en 1896 apareció el poema todas las aproximaciones han estado, como te indico, condicionadas. Sin desmerecer un ápice la impresionante labor que hizo Don Ramón hay que empezar a tomar distancia. El Poema no refleja tanto la mentalidad de los Infantes como el espíritu de la Edad Media, de la Edad Media central principalmente.

- Por lo tanto, el estudio de los cantares hay que plantearlo de otra forma...
Sí, en términos distintos de los de historia frente a leyenda. Lógicamente, en este primer congreso había que empezar preguntándose por ese asunto, es inevitable. Ahora que las cosas están claras es ocasión de ponerse a leer los textos reflexionando sobre ellos viendo lo que son: obras literarias. A nadie le preocupa que Don Quijote, Hamlet, Segismundo o Ulises fueran personajes ficticios lo que realmente importa es que esas obras nos hacen estremecernos, emocionarnos, entristecernos... Esa es la grandeza de la literatura.

- Permítame "enfrentar" el Poema de Los Siete Intantes de Lara con otro de los grandes cantares de gesta, el Cantar de mío Cid. Las diferencias entre ambos pueden ser más o menos fáciles de detectar pero ¿encontramos alguna similitud?
Sí, más de las que pudieran parecer a simple vista. Cuando uno se detiene en los argumentos da la sensación de que no tienen nada que ver pero en realidad tienen más puntos en contacto de lo que parece porque en ambos casos estamos ante manifestaciones de la épica de frontera, de una poesía épica que se compone en ese entorno fronterizo donde, en aparente paradoja aunque en realidad es lógico, resulta que los enemigos no son los moros sino los propios cristianos. Es cierto que en el Cantar de mío Cid hay bastantes enfrentamientos con los musulmanes pero también es cierto que esos enfrentamientos son efectos secundarios del enfrentamiento fundamental. Como dice Minaya en el Cantar "De Castilla la gentil hemos salido hasta acá / si con moros no lidiamos, nadie nos dará el pan" es decir no es que estén luchando contra lo moros, es que es su profesión, son guerreros, los han echado de su tierra y se tienen que buscar la vida. Desde ese punto de vista la guerra contra el musulmán en el Cantar de mío Cid es instrumental y en cambio el enfrentamiento con los cristianos es estructural. Responde a tensiones internas dentro de la propia comunidad del reino cristiano. En los Siete Infantes de Lara pasa lo mismo, salvo en la batalla de Almenar que a fin de cuentas es una trampa que organiza Ruy Velázquez, el conflicto es un conflicto entre cristianos.

- No es el único punto en común que encontramos...
No, es importante reflexionar sobre cómo se efectúa la venganza en ambos casos. Ruy Velázquez - al igual que los Infantes de Carrión en el Cantar de mío Cid - acude a la venganza activa, prepara una emboscada, un engaño descarado que también se produce en el Cantar. Los Infantes de Carrión sacan de Valencia a las hijas del Cid con la promesa de llevarlas a ver sus tierras de Carrión y lo hacen sabiendo que van a ultrajarlas y a abandonarlas. Curiosamente, la reacción en ambos casos es del mismo tipo ya que se recurre a los procedimientos judiciales establecidos, es decir, al mecanismo del desafío entre nobles. Por otro lado, el personaje de Pedro Bermúdez, uno de los sobrinos del Cid, recuerda el espíritu impetuoso de los héroes jóvenes como Gonzalo González y Mudarra en los Siete Infantes de Lara. Sí es cierto que en el Cantar de mío Cid aparece un Cid ya maduro y su actitud no tiene nada que ver con eso pero cuando se inventan la juventud del Cid en Las Mocedades de Rodrigo aparece ese héroe joven, impetuoso, turbulento, desobediente en apariencia . El resumen es que ambos poemas arrojan más datos en común de los que parece a simple vista.

- Mudarra es uno de los héroes de los Siete Infantes de Lara y curiosamente es mestizo. Dada la permeabilidad entre moros y cristianos que se produce en ese territorio de frontera que usted mencionaba hace unos instantes ¿podemos considerar a Mudarra incluso más protagonista que los propios Infantes de Lara?
No es una pregunta fácil de responder... en la versión original no, ya que están bastante equilibrados... realmente quien tiene protagonismo es Gonzalo González, el menor de los hermanos al que llaman Gonzalvico por diferenciarlo de su padre Gonzalo Gustioz. Junto a Mudarra tiene un peso muy parecido. De hecho a veces se habla de Mudarra como el alter ego de Gonzalvico, como su reencarnación aunque, claro está, hay algo que les diferencia y es ese carácter mestizo, además de ser bastardo por otra parte. En cierto modo hacía falta que fuese parecido pero a la vez diferente y ese grado de diferencia con Gonzalo lo marca el hecho de que Mudarra sea mestizo. Es importante incluso para entender por qué el primero muere y el segundo triunfa... Son temas que tienen que ver con el mundo de valores de la épica de frontera, un mundo de representaciones que se dan en otras épocas. Por ejemplo, el héroe de frontera de la época bizantina por antonomasia es Digenís, un héroe que pertenece a dos naciones. Encontramos ese motivo no sólo en los Siete Infantes de Lara sino que en otras manifestaciones obviamente independientes desde el punto de vista literario pero emparentadas culturalmente en una épica de frontera en otro extremo del Mediterráneo.

- Jornadas como la que se ha desarrollado en Salas de los Infantes permiten arrojar luz sobre los Siete Infantes de Lara. Centrándonos en el Cantar de mío Cid ¿aún es posible ofrecer algún dato nuevo o ya está todo dicho?
No, sobre estos textos nunca está todo dicho porque siempre quedan aspectos que revisar, datos que perfilar, posibilidades que se nos escapan... comparativamente se pueden producir muchas más novedades si nos referimos a los Siete Infantes porque se ha trabajado mucho menos pero en el caso del Cantar todavía se van descubriendo cosas. Actualmente, un colega de la Universidad de Santiago de Compostela está participando en una edición bilingüe para una editorial alemana y hay muchos aspectos que verificar, hay que repasar la traducción de los versos. De pronto te encuentras con aspectos que se habían pasado por alto y al releer el texto se descubren. Una de las cosas que todavía están por hacer es establecer conexiones, paralelismos con otros textos que no están estudiados, hay que situar el Cantar en la época de la épica hispánica, de la épica de frontera, del conjunto de la épica como manifestación literaria mundial. Ahí es donde aún hay cosas por hacer. Es lo que tienen los grandes textos, que no se agotan nunca.

- El Camino del Cid nace en Vivar del Cid, pasa por Tierras de Lara, el monasterio de San Pedro de Arlanza queda a muy poca distancia... en apenas 40 kilómetros se concentran tres grandes poemas épicos: el Cantar de mío Cid, los Siete Infantes de Lara y el Poema de Fernán González. Es muy significativo que en una ruta se de una concentración literaria tan importante...
En el caso del Cantar de mío Cid es un poco casual porque Rodrigo nació en Vivar (Burgos), en el caso de Fernán González y de los Siete Infantes no porque tienen que ver con el Condado de Castilla y sobre todo con la frontera sur. También podía haberse desarrollado una épica entre la frontera de Castilla frente a Navarra pero no fue así. Con el Cid se suman varias casualidades. Si hubiese nacido en Soria, en el norte de Guadalajara o en Segovia tendríamos una situación totalmente distinta. Podemos llamarlo el hado del Cid, quizás es una causa metafísica que se nos escapa... En cualquier caso en el Camino del Cid se da una concentración de materia, de geografía épica que hace que tenga una potencialidad excelente.

- ¿Con qué se queda un experto como Alberto Montaner con ese espíritu de venganza que encontramos en los Siete Infantes de Lara o con ese intento de recuperar la honra perdida del Cantar de mío Cid?
En realidad recuperar la honra suele ser una forma de venganza aunque no se produzca exactamente así en el Cantar. Lo que está claro es que el Cantar de mío Cid es único en la épica mundial. Yo personalmente estoy tan vinculado al Cid desde que era muy joven que para mí tiene una significación realmente especial. Además hay un hecho fundamental y es que tenemos el texto original algo que no sucede con los Siete Infantes de Lara. Si sólo tuviéramos la versión de las crónicas alfonsíes sería distinto pero tenemos el texto auténtico, eso marca una diferencia enorme pero bueno, la leyenda de los Infantes es fabulosa y tiene la capacidad de arañarte las entrañas... el famoso pasaje de las cabezas es impresionante o cuando Mudarra descubre quién es su padre son elementos estelares.

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