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El Camino del Cid: algunas consideraciones sobre 2020 y próximos pasos

Camino del Cid

Alberto Luque Cortina

El pasado 19 de noviembre tuvo lugar el Consejo Rector del Camino del Cid, en el que valoramos la situación actual y aprobamos el presupuesto para 2021. En la reunión estuvieron los presidentes de las diputaciones provinciales de Castellón, Guadalajara, Soria, Teruel y Burgos, y diputados y técnicos de las ocho diputaciones que integran el Consorcio Camino del Cid.

Hicimos la reunión, la pandemia manda, a través de videollamada, un sistema muy práctico pero un poco frío, a pesar de lo cual quedó patente la confianza en este itinerario como herramienta para atraer viajeros y generar economía, que de eso se trata. Dejadme que os cuente algunos de los temas que se trataron y las líneas de actuación para 2021.

 

2020 no ha sido un año baldío

El mazazo de la pandemia nos ha obligado a realizar cambios no sólo en nuestra vida privada sino en las fórmulas y modos de trabajo. Aunque el Consorcio es una institución que compromete a ocho diputaciones provinciales, se articula sobre una oficina técnica con sede en Burgos formada por tres personas, desde donde se realizan buena parte de los trabajos y se coordinan el resto con las provincias. Su reducido tamaño ha hecho muy fácil la adaptación al confinamiento y a las limitaciones posteriores de la pandemia.

La verdad es que comenzamos el año apostando fuerte por la promoción internacional, una de nuestras líneas estratégicas para 2020. Así, en el primer trimestre, lanzamos la edición inglesa digital de nuestras 27 topoguías senderistas y cicloturistas; a continuación publicamos nuestro primer folleto turístico en inglés, del que editamos 12.000 ejemplares, y en marzo asistimos con stand a la feria de cicloturismo de Utrecht, en Holanda, un mercado que nos interesa mucho.

También sacamos a la luz los primeros resultados de un proyecto que estamos realizando en colaboración con el catedrático Alberto Montaner y su equipo de investigación: crear un mapa de leyendas y tradiciones cidianas a lo largo del Camino del Cid. Se trata, sin duda, de uno de los trabajos más bonitos y trascendentes en los que estamos metidos: hemos rastreado 57 leyendas, pero habrá más.

Y después, llegó el confinamiento, y todo cambió.

 

Limpieza de corrales

El confinamiento nos ha servido para muchas cosas. Una de ellas, importante, la operación "limpieza de corrales", es decir: finalizar algunos proyectos que en el día a día íbamos aplazando por cuestiones más urgentes. Por ejemplo, trabajamos mucho en mejorar los contenidos y usabilidad de la web: creamos nuevas secciones (la primera, la destinada al COVID), mejoramos la información de más de cincuenta poblaciones y subimos más de 400 nuevas fotografías turísticas. En lo que va de año hemos tenido más de 700.000 visitas a la web con más de medio millón de visitantes únicos, y esto no sucede porque sí.

También hemos reflexionado mucho sobre el futuro del Camino y del turismo de interior en general. Hemos asistido a numerosos foros donde cada cual, desde su posición, ha aportado su granito de arena, y también nosotros. Una de nuestras mayores preocupaciones son los alojamientos. En mayo lanzamos una encuesta anónima a la que respondieron más de 150 alojamientos del Camino del Cid: además de demostrar su lógica preocupación por la situación, quedó claro su interés por adaptarse y buscar fórmulas de negocio más ajustadas al nuevo perfil de viajero y a las modalidades de viaje en alza, como el cicloturismo. También la mayoría, el 96%, consideró que el Camino del Cid resulta una herramienta eficaz para atraer turismo de otras provincias.

Todo esto nos ha servido para afinar el enfoque de cara a 2021 y las medidas urgentes que deban tomarse para colaborar, en la medida de nuestras posibilidades, en la recuperación económica de nuestros territorios. Este es el único objetivo que tenemos en mente: ser útiles a la sociedad para la que trabajamos.

 

Siempre hacia adelante

Si algo nos recuerda la pandemia es que no hay que pararse, sino adaptarse lo más rápidamente posible y seguir adelante. En nuestro caso, la pandemia nos ha obligado a dar un volantazo y cambiar de ruta, pero no nos ha parado. Hemos logrado, por ejemplo, finalizar la campaña de señalización, este año con 2.136 intervenciones a lo largo de 1.500 km de recorrido; hemos abierto diez nuevos puntos de sellado; hemos conseguido llevar nuestra exposición a 17 localidades de cinco provincias del Camino, y hemos seguido con nuestras actividades ordinarias de dinamización: la más reciente, la tercera edición del Concurso de Vídeos.

No quiero terminar estos apuntes sin mencionar los esfuerzos de Turespaña para posicionarnos en el mercado cicloturista alemán, o la colaboración con otras cuatro rutas hermanas bajo la marca Rutas Culturales de España, este año enfocada, de forma extraordinaria, al turismo nacional a través de una página web que hemos creado, vídeos, redes sociales, micro-campañas de promoción, etc.

 

2021, ¿momento de oportunidades?

Con estos mimbres, y con el año aún por terminar, hemos aprobado las actuaciones para 2021 con la idea de dar una respuesta rápida a las muchas necesidades que van a tener, que ya tienen, nuestros territorios.

Pensamos que en la primavera de 2021 volveremos a una situación de "estabilidad sanitaria" similar a la del verano 2020, y habrá que aprovechar todos nuestros recursos para dar a conocer el Camino del Cid, que es un producto muy equilibrado, bien configurado y dotado de infraestructuras apropiadas para el turismo en coche y el cicloturista. Nuestro mensaje es claro: si estás buscando un viaje para 2021 por España que satisfaga tus necesidades de desconectar, de conocer cosas nuevas, y de aventura, vente al Camino del Cid. Si necesitas vivir un viaje, el Camino del Cid no te va a defraudar.

 

Un nuevo tipo de turismo que requiere una oferta proporcional

La promoción, claro, va a ser uno de nuestros ejes de trabajo. Pero seguimos apostando por las infraestructuras: seguiremos trabajando en la señalización y conservación de los 1.500 km de caminos, pero también para facilitar, mediante la colaboración público-privada, el transporte de bicicletas desde diferentes puntos de nuestro itinerario, y colaborar con los alojamientos para la mejora y especialización de sus servicios. Está claro que el turismo está cambiando: hay una nueva "llamada al interior" de visitantes más concienciados con el medio rural, que a su vez exigen una correspondencia en los servicios que contratan.

El Camino del Cid nunca se ha planteado como una ruta masificada -ni quiere ni puede serlo-; lo prioritario es atraer visitantes con "valor añadido", que aporten a los territorios, y para que esto suceda los servicios turísticos tienen que estar a la altura de las expectativas. Los trabajos que en 2021 podamos desarrollar desde Rutas Culturales de España con la Secretaría de Estado de Turismo van a ser muy importantes en este sentido.

 

La serie "El Cid" de Amazon

Y luego está la serie "El Cid", de Amazon. Sí, la protagonizada por Jaime Lorente, y que se estrenará mundialmente el 18 de diciembre. Ya hemos visto las primeras imágenes, y como era de esperar se han producido las primeras reacciones. Tengo muchos amigos "cidianos" que me llaman para decirme lo que les ha gustado y lo que no, y yo les respondo lo mismo: que es una serie de ficción y, en este sentido, una revisitación del mito.

Nadie espera, ni es la intención, encontrar un reflejo fiel a un personaje histórico sobre el que aún sobrevuelan muchos interrogantes. Se trata, sencillamente, de una nueva exploración del mito. La cosa no es nueva: el poeta que escribió el Cantar de mío Cid ya lo hizo, y el Romancero en el siglo XV, y Corneille, cuando en el siglo XVII incorporó el personaje del Cid al teatro francés; y lo mismo puede decirse de la película de 1961 de Anthony Mann protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren (nos consta que don Ramón Menéndez Pidal, que fue el asesor histórico de la película, se tiró más de una vez de los pelos de la barba), o los dibujos animados de Ruy, el pequeño Cid (1980) , o la película, también de dibujos animados, esta subtitulada con bastante acierto, El Cid: la leyenda (2003).

¿Qué tienen que ver estas obras con el Cid de carne y hueso? Pues muy poco. En realidad, esto es lo que tienen los mitos: por un lado, su reelaboración constante, y por otro, el hecho de que dicen más de la sociedad que los reutiliza que del personaje en el que se basan. Así que lo que podemos esperar de la serie, sin haberla visto aún, va muy en la línea de las producciones actuales: batallas a todo trapo, amores, envidias, y personajes ambiguos, con sus luces y sombras.

En nuestra opinión, si la serie sirve para que personas de cualquier lugar del mundo se interesen por el personaje y su época, habrá cumplido nuestras expectativas, porque sin duda un porcentaje de esas personas querrán viajar por el Camino del Cid para conocer los escenarios, reales y ficticios, ligados a esta historia tan fascinante de nuestra Edad Media.

Por de pronto, la productora española Zebra, la responsable de la creación de la serie, nos ha demostrado en numerosas ocasiones su especial sensibilidad hacia nuestros territorios de interior, y se ha esforzado por grabar aquí algunas de sus escenas de exteriores, en particular en la provincia de Soria, pero también en Burgos, Zaragoza y Teruel, lo que ha supuesto en algunos casos una importante inyección económica. Así que, por nuestra parte, estaremos pendientes del televisor, preparados para ver con qué ropajes se adorna este nuevo Cid que sigue luchando contra el tiempo para ganar una última batalla: la de su nombre.

Nos vemos, como siempre, Caminando.

 

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