CAMINANDO CON ÁLVAR FÁÑEZ: ENCUENTRO DE ASOCIACIONES EN EL POYO DEL CID
Alberto Luque Cortina
Este fin de semana nos hemos ido a El Poyo del Cid, provincia de Teruel, para reunirnos con las asociaciones ganadoras del Premio Álvar Fáñez en sus diez pasadas ediciones. La finalidad de este certamen es premiar los proyectos que las asociaciones realizan para difundir, dinamizar y conservar el Camino del Cid o el legado cidiano a través de muy diferentes actividades, como marchas, fiestas, recuperación y conservación de los caminos, encuentros, charlas, conferencias, representaciones populares, y otras muchas.
El nombre del premio no es gratuito: en el Cantar, Álvar Fáñez es el lugarteniente del Cid: valiente, generoso, ajeno al desaliento, de voluntad inquebrantable y arrojado como pocos. Las asociaciones, en el contexto de este itinerario, actúan de forma similar. Su papel es necesario e insustituible. Sin asociaciones no hay nada, y no me refiero sólo al Camino del Cid, sino a la propia vida o supervivencia de los pueblos.
Son todas las que están, pero no están todas las que son
A nosotros nos gusta recordar que, con cada edición, no sólo estamos premiando un proyecto concreto, sino reconociendo de forma general el trabajo que realizan todas las asociaciones. Y con esta idea nos hemos ido al Poyo, con la espina clavada por no haber podido convocar a otras asociaciones que, no habiendo resultado ganadoras, poseen los mismos méritos, pero es que al final la realidad de la matemática manda y no lo vimos factible.
La elección del lugar y la fecha para la reunión tiene también todo el sentido. Precisamente el 11 de junio se cumplían los 20 años de existencia del Consorcio, y nos pareció que la mejor forma de celebrarlo era acudir al Poyo del Cid, donde la Asociación Cultural Mío Cid celebraba sus ya famosos Encuentros con el Cid, que conmemoran el paso legendario del Cid por la localidad. Y es que además, por méritos más que sobrados, esta asociación ganó la primera edición del Álvar Fáñez.
Participantes del I Encuentro de Asociaciones del Camino del Cid
Como siempre, la personas
Que la asociación de un pueblo tan pequeño -El Poyo del Cid es una pedanía de Calamocha de poco más de 200 habitantes- logre año tras año mantener y transformar esta fiesta popular (ya van por la XXIV edición), a mí me parece casi milagroso. Sólo cuando conoces a quienes se encuentran detrás de todo el cotarro, tirando del carro durante todo el año de forma desinteresada, entiendes las razones de su éxito.
Porque al final, la cosa va de personas, con nombres y apellidos. Fue un pequeño grupo de personas, los miembros de la Asociación Burgalesa Amigos del Caballo, quienes en 2007 crearon el Fin de Semana Cidiano en la ciudad de Burgos, una de las fiestas más multitudinarias de las que se celebran en la ciudad. Sin esta asociación, sin estas personas, esta fiesta no habría existido. Y lo hicieron contra todo pronóstico, venciendo muchas dificultades. Como bien resumió Cipri, su presidente, recordando a Jean Cocteau: "Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible".
Otro tanto podría aplicarse a la Asociación de Vecinos del Rabal de Villena, que llevan un montón de años luchando por normalizar el barrio del Rabal, azotado durante décadas por múltiples problemas sociales. En 2002 crearon sin grandes aspavientos las Fiestas del Medievo. Desde entonces no han dejado de crecer y hoy, veinte años después, son Fiesta de Interés Autonómico, pero también, y sobre todo, un referente en cuanto a la diversidad y originalidad de sus propuestas.
Y es que la tenacidad forma parte del ADN de las asociaciones, y si no, que se lo digan a la Asociación de Ultrafondistas Sin Fronteras de Alicante, que en 2014 recorrieron, corriendo, a veces con etapas de 100 km diarios, 1148 km del Camino del Cid, desde Vivar a Orihuela, con el objeto de recaudar fondos para Cáritas. Una tenacidad compartida por los miembros de la Asociación Tierra de Pinares de Quintanar de la Sierra, que durante siete años recorrieron (ellos sí, andando), el Camino en toda su dimensión (unos 2.000 km), realizando representaciones cidianas en los pueblos por los que pasaban, ante la mirada asombrada de sus habitantes.
Y luego está la Asociación Vivar, Cuna del Cid, cuyo nombre lo expresa todo, organizadora de las Jornadas Cidianas más veteranas (28 ediciones), y que soportan bajo sus hombros la responsabilidad de mantener viva la historia y la leyenda de su vecino más célebre.
Y así podríamos seguir: la asociación Reconquista de Jadraque, la asociación Mujeres de Hita, la asociación El Endrinal de Bronchales y la última en llegar, ganadora de la X edición del Álvar Fáñez, la asociación El Cid pasó por Huerta, de Huerta de Rey. Todas y cada una de las premiadas tienen su propia historia y su singularidad. Cada cual es diferente de la otra. Su éxito no se mide en cifras sino en la capacidad de cohesionar a un grupo de personas para llevar adelante un proyecto común que a su vez sirve de estímulo a otras personas.
En particular, las asociaciones de los pueblos coincidieron en que la finalidad última de sus actividades cidianas no es sólo rendir un homenaje al personaje, sino hacer sociedad y recuperar la historia o las tradiciones de sus pueblos, pues son parte esencial de su identidad. Por ejemplo, la representación Frontael Siglo XI por la asociación El Endrinal, ha servido para recordar a sus habitantes el paso literario del Cid por Bronchales y otras leyendas ligadas al personaje, como La Fuente del Cid o El Endrinal.
El encuentro, abierto por el Presidente de la Diputación de Teruel, anfitriona de esta jornada junto a la asociación Cultural Mío Cid, sirvió para poner en común las diferentes actividades que organizan las asociaciones. Se abordaron distintas problemáticas, como son el relevo generacional o la necesidad, todos los años, de crear nuevos proyectos o incorporar novedades que mantengan la ilusión de los asociados y el interés social. Se escucharon propuestas muy interesantes destinadas a facilitar la participación activa de los visitantes, no como meros espectadores, y se plantearon diversas posibilidades de colaboración.
Resultó una jornada muy interesante y productiva para todos. Ojalá el próximo año, con la incorporación de otras asociaciones, podamos repetirla. Nos vemos, como siempre, Caminando.